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Santander está realizando un esfuerzo para dotar a la ciudad de carriles bici y se ha avanzado en ello, pero falta una planificación que permita la interconexión entre ellos y, sobre todo, separar al peatón del ciclista. Esta es una de las principales conclusiones ... a las que se llegó en el debate abierto que sobre la movilidad en la ciudad organizó junto a la Grúa de Piedra Cantabria con Bici. Una idea que permitió al colectivo abrir un intercambio de opiniones con el resto de ciudadanos interesados y «visibilizar las inquietudes y la preocupación por el estado de nuestros barrios», además de dar a conocer «el estado actual de la movilidad y el uso de la bicicleta como medio de transporte». Un debate que recogió los avances que Santander ha experimentado en este punto, pero también las necesidades y demandas de los propios ciclistas.
Uno de los puntos sobre los que más se incidió fue la «falta de concienciación que tiene la ciudad con el ciclista». A ello se refirió Marta Torre, quien confesó que en Santander «ha sido la primera vez que me he sentido insegura con la bicicleta». Acostumbrada a desplazarse por Bilbao, hizo pública su sorpresa por «la falta de concienciación con la movilidad ciclista» en la capital en comparación con otras ciudades. «Aunque la mayoría de los conductores no lo respeten, la ciudad está limitada a 30 kilómetros por hora», recordó. «Incluso, hay tramos a 20», apostilló. Un argumento que aprovechó Rafael Casuso, de Cantabria con Bici, para volver a insistir en un reclamación básica para el: «Tenemos derecho a ir por la carretera, las bicicletas no tienen que ir por la acera». Es decir, segregar los carriles bici de las aceras, alejarse del peatón y construir viales separados también de los coches. Roberto Ortiz, vocal de la plataforma, apoyó su tesis y puso como ejemplo el carril bici que bordea la zona del Centro Botín, «entre el mar y una terraza en una zona con mucha afluencia de gente. Actuaciones como esta –dijo– dejan claro que los ciclistas somos los últimos de la fila».
A lo largo del debate también hubo tiempo para sugerencias de cara a mejorar la movilidad ciclista en la ciudad. A este respecto, uno de los socios propuso «cortar algunas calles de Santander de forma regular, una vez a la semana por ejemplo. Hay zonas que se cortan por maratones, conciertos, celebraciones... Y no pasa nada», argumentó el asociado. A ello se le unió la reflexión de otro contertulio defendiendo la idea de que sería «una gran oportunidad para el sector servicios, ya que para la hostelería, por ejemplo, es más fácil que se detenga a tomar algo una persona que se desplaza en bicicleta a una que lo haga en otro vehículo».
Como broche final a la reunión, Sergio Peña, presidente de la asociación, propuso a los presentes dar un paseo en bicicleta hasta el final del carril bici de Tetuán, donde aún continua el polémico mojón que marca el fin del tramo ciclista. Una actuación que el Ayuntamiento de Santander ha asegurado que es provisional.
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