Cierra Perfumería Villafranca, otro comercio histórico de Santander

En la última etapa han sido tres socios: Pilar Gómez Roldán, su hermano Juan Gómez Roldán y Lola Rodríguez, sobrina de ambos. El fallecimiento de Pili, alma de la emblemática perfumería, ha sido una de las razones que ha motivado esta despedida, unido a la cadena de jubilaciones de veteranos encargados de tienda.

El primer cierre fue hace un año, del local de la calle San Fernando, y este próximo viernes, lo hará el establecimiento de la calle San Francisco número 25, junto a la Plaza Porticada y con entrada también por la calle Juan de Herrera 24.

El negocio -que cumple un siglo y medio de vida- pone el broche de oro a una trayectoria que ha sido fiel al estilo que imprimió la familia Gómez Roldán al adquirirlo en 1939. Inicialmente fue una farmacia y droguería, fundado en 1881. Tras los primeros 50 años de actividad lo compran Juan Gómez y Lola Roldán (abuelos de la actual persona al frente de la gestión y socia, Lola). Fue esta familia la artífice del giro del negocia en los años 60 y 70 hacia productos cosméticos de referencia, complementos de hogar y accesorios de artesanía, paraguas, cristalerías, bisutería, productos de caballero y una prestigiosa línea de trajes de baño.

Villafranca ha superado momentos difíciles, como la posguerra, cuando había escasez de todo; el incendio de la ciudad, que arrasó su primer local en la calle La Blanca (1941); o la explosión de gas en el vecindario cuando ya estaba en la calle Juan de Herrera. Tras esta explosión se actualizó el local que adquirió el aspecto que ha permanecido hasta ahora con muebles de madera a medida. Es entonces cuando se redefine el negocio y se desarrolla la parte de perfumería y se apuesta por los complementos de hogar, textil y artesanía, buscando siempre objetos diferentes.

Lola Rodríguez se ha marcado el objetivo de «gestionar el cierre siguiendo la estela del negocio, con tranquilidad, discreción y buscando la excelencia», señala quien ha llevado el peso de esta etapa. Publicista e ilustradora de libros, es hija de la difunta escultora, María Dolores Gómez Roldán, una mujer «con grandes valores y también dosis de rebeldía, que nunca tiraba la toalla, no se achicaba con nada y lidió la vida con valentía y muy consciente de la realidad», describe su hija.

La familia Roldán ha estado muy vinculada al mundo de las artes, la literatura, el teatro y el cine, siendo propietarios del Teatro Pereda, el Cine Coliseum, Teatro Gran Cinema y Cine Roxi.

La Perfumería Villafranca destaca por su catálogo exclusivo, con una oferta poco frecuente y difícil de encontrar, y también por ofrecer un trato al cliente muy cuidado y selecto, asesorando de una manera muy personal en función de las necesidades de cada comprador, una característica que escasea en un mundo globalizado donde prima la compra 'online' y en el que las grandes franquicias dominan el tejido comercial.

«Aquí lo que vendemos son consejos personalizados y con esmero máximo por atender a la gente con excelencia», subraya Lola. Su apuesta ha sido darle valor a la especialización y la venta presencial a través de «un personal altamente formado que asesora a los clientes en función de sus necesidades y no lo que toque por mercado». Estos han sido los ingredientes para hacer frente a la alta competencia de la venta 'online' y las grandes cadenas internacionales cosméticas que han surgido con precios 'low cost'.

En este momento de la entrevista se detiene una clienta, Lina, que comenta que le da «mucha pena» el cierre: «Os echaré de menos». Lola responde que comparte el sentimiento y que «toca hacer un cierre con orgullo de haber pertenecido a este negocio familiar y haber aguantado tantos años gracias a clientas como vosotras». Este viernes la Perfumería Villafranca cierra por vacaciones, como antesala de lo que será su despedida definitiva del mercado, prevista para finales de junio.