Parados en el semáforo a la altura del intercambiador de El Sardinero, dos hombres mayores en un descapotable lo inspeccionan con interés. El autobús que les llama la atención -seis metros más largo que los habituales- es fruto de un proyecto, cálculos infinitos, una carcasa ... construída en Polonia, un motor alemán y unos retoques en Cantabria. En paralelo al primero que salga el 1 de febrero de las cocheras del TUS para recorrer la nueva línea central de Santander (entre Valdecilla y El Sardinero) hay mucho desvelo y una ambición: conectar «mejor y más deprisa» a los usuarios con sus destinos. Desde el miércoles, ya están rodando varios por las calles principales de la ciudad porque un primer grupo de 70 profesionales les tiene que ir cogiendo el tranquillo. Dicen quienes los han probado que van «como la seda». Pero hay que hacerse con la longitud antes de llenarlos de gente.
Estos cinco autobuses articulados recién salidos del horno son la imagen del cambio del sistema público de transporte, el llamado MetroTUS. Tres de ellos van a atravesar la capital sin descanso durante 16 horas diarias, con el refuerzo de un cuarto para momentos puntuales (el quinto queda para sustuticiones si hay averías). Exteriormente, siguen siendo azules, aunque dan una cara algo más limpia, con más blanco y una línea verde fosforito que les atraviesa.
Los vehículos han sido diseñados por Mercedes Benz y transportarán 149 pasajeros al tiempo (casi el doble que uno de ahora). Lo harán casi sin esfuerzo (para eso se les ha dotado de 380 cv de potencia), consumiendo poco más de lo que traga ahora un autobús convencional y contaminando lo que marca la Unión Europea: «Poco, poquísimo. Nada de humos negros, porque lleva un sistema interno que reduce al mínimo la emisión de gases». El ancho respecto a los autocares actuales no varía, de manera que los conductores están constantando que «entran donde entra el resto de la flota» (se ha ensayado cruzando la calle Nicolás Salmerón).
En parte, porque pese a la largura extra, «el radio de giro es prácticamente el mismo». Ayer, los inspectores Miguel Ángel Cruces, Fermín Villegas y Lamberto Muriedas se mostraron encantados con la nueva herramienta de trabajo. Desde el «muy cómodos de conducir» (Muriedas) hasta el «en verano, en los servicios a la playa, van a ser una pasada» (Cruces). Villegas recuerda los antiguos buses alargados que se usaron en Santander hace décadas que, en su mayoría, se retiraron en el año 93. «Eran totalmente distintos, muy rígidos. Nada que ver con estos». Para los profesionales, el uso es prácticamente igual al del resto, apunta el director de producción del TUS, Fernando Rocillo, que los compara con los híbridos. «Esos exigen un estilo de conducción diferente».
El TUS incorporará seis nuevos trabajadores este año
La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Santander acaba de aprobar la oferta de empleo público del servicio municipal de transportes urbanos, que permitirá la incorporación de seis nuevos trabajadores al TUS.
De las seis plazas, cuatro están destinadas a conductores, otra para un jefe de tráfico y la sexta para un jefe de taller.
El concejal de Medio Ambiente y Movilidad Sostenible, José Ignacio Quirós, señaló que el TUS incorpora el máximo de trabajadores permitido con la tasa de reposición que permite la ley. Quirós subrayó la apuesta del Consistorio santanderino por el transporte público y por la mejora permanente de sus infraestructuras y medios.
«Por fin, datos»
Los 'coches' llevan incorporadas cámaras encima de las puertas (tiene cuatro en lugar de tres) que, por un lado, ayudarán al conductor a saber si hay viajeros bajando y, por otro, hacen un conteo permanente. Esto llenará de datos a la empresa que, por vez primera en su historia, no solo sabrá dónde inician los usuarios las rutas sino también dónde las terminan, «lo que nos dará una información muy valiosa para ir al detalle de los recorridos de la gente y podremos tomar decisiones para optimizar el servicio con números reales», explica José Ramón Fernández Regatillo, gerente del TUS. Él está acostumbrado a que los usuarios le digan que tal o cual autobús va «abarrotado». «Pero hasta hoy, esto era una percepción. A partir de ahora sabremos seguro si es así o no».
Los autobuses elegidos por el Ayuntamiento son del modelo Citaro G Euro VI de la citada enseña alemana 'tipo tranvía': solo las ruedas delanteras están a la vista, las demás van integradas con la carrocería. El equipamiento está a la última. En tres asientos se cuenta con enchufes USB dobles para cargar los dispositivos electrónicos, hay una rampa eléctrica de última generación para el acceso de sillas de ruedas y cochecitos de bebé y los asideros interiores cumplen la normativa que recomienda que, sin moverse de su posición, el viajero tenga tres puntos al alcance de la mano.
También son el último grito para los conductores, que irán informados en todo momento de lo que está pasando por medio de un cuadro de mandos «liviano y nada complicado». Lo mismo podrán conocer cual es la presión de los neumáticos como si están pilotando con la mayor eficiencia. Estos días, los trabajadores circulan en situaciones reales para conocer la respuesta de los vehículos, sobre todo en las rotondas, que es donde más se aprecia el cambio. De momento, se está verificando que las máquinas son «muy estables, seguras y de andar suave».
«Tenemos mucha confianza»
«Tenemos mucha confianza en los cambios que hemos introducido y estamos convencidos de los beneficios», explica Fernández Regatillo. Porque el MetroTUS supone introducir estos autobuses y una reorganización de la filosofía del servicio. Se mantendrán nueve de las líneas actuales, pero el resto (12, en total) cambiará. El responsable también defiende el sistema de transbordos ideado para sacar líneas de autobús del centro de la ciudad. «Sabemos que hay recelos, aunque vamos a dar muchas más posibilidades de destino con transbordos fáciles y cada pocos minutos y esperamos que en poco tiempo la gente aprecie las mejoras. El transbordo es el único sistema de progreso y de optimización de recursos para hacer trayectos en el mínimo tiempo posible».
El alto cargo del TUS señala que este es un servicio público «que el ciudadano valora cada día. Si le ayudas, lo usa. Si no, le pierdes. Aquí no se puede vender humo». Cree que las líneas tardarán un tiempo en asentarse «y los usuarios en aprendérselas. No podremos valorar cómo va todo hasta el sexto mes de funcionamiento».
Fernández Regatillo avisa de que en los primeros días de febrero, cuando arranque el nuevo sistema, en las paradas no estará disponible toda la información con las modificaciones de las líneas y los horarios. «Es materialmente imposible, porque los paneles no pueden empezar a cambiarse el 27 de enero, ya que entonces no se estaría dando información correcta a los usuarios del momento». Pide un poco de margen, «ya que llevará tiempo ponerlo todo a punto».
En el TUS viven estos días con la sensación de la cuenta atrás, de modificación en modificación y calculando hasta los segundos que tarda un semáforo en ponerse verde. Desde hoy, solo quedan 26 fechas para el día D.
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