Los cinco Bienes de Interés Cultural del Ayuntamiento de Santander

Este castillo se declaró BIC en 2012, un régimen de protección que también obtuvo gracias a las investigaciones de González de Riancho. Construido en 1874 con motivo de las terceras guerras carlistas, su propiedad quedó en el aire con el paso de los años. Ahora, dentro de su fortificación hay incluso una casa habitada y sus portones están cerrados para aquellos ajenos a la familia que vive allí. En la carta que el arquitecto escribió a la alcaldesa de Santander, Gema Igual, junto a la documentación, también expresa su petición de que, si finalmente el Ayuntamiento se hace con la propiedad del inmueble, el desalojo se produjera «de la forma más humana y dialogante posible, tratando de llegar a acuerdos que beneficien a los actuales beneficiarios de las fincas».

A la espera de que terminen los análisis iniciados en el Ayuntamiento para determinar si el castillo de Corbanera es de su propiedad, cabe recordar que el Consistorio posee cinco de los 15 BIC reconocidos en la ciudad. El resto se dividen entre el Obispado, el Gobierno de Cantabria y el Puerto de Santander.

De los cinco que pertenecen al Ayuntamiento, el Museo de Arte de Santander (MAS) fue el primero en ser declarado BIC, en 1962. Se terminó de construir cuarenta años antes, bajo las indicaciones de Leonardo Rucabado -quien murió antes de que estuviera terminado- y acogió en un primer momento los fondos de la biblioteca pública. Se convirtió en museo en 1925 y, tras muchas reformas internas durante más de seis décadas, contó con la misma disposición desde 1990 hasta el incendio de 2017. A día de hoy, está cerrado al público y las obras de rehabilitación están a punto de licitarse. La intención municipal es que se inicien «en la segunda parte del verano». El plazo de ejecución es de 18 meses, por lo que, si la previsión se cumple, el MAS podrá volver a abrir sus puertas al público a finales del 2022.

La torre, murallas y conjunto monumental de la casa noble de los Riva-Herrera, en Pronillo, fue el siguiente monumento de propiedad municipal en convertirse en BIC, en 1979. Se considera el primer edificio renacentista de la ciudad y fue construido a mediados del siglo XVI por Fernando de la Riva-Herrera, proveedor de la Real Armada, quien remodeló una antigua torre medieval. Durante muchos años no tuvo uso y sus daños y abandono se acumularon hasta 2013, cuando se inauguró en su interior el centro de demostración de 'Smart City'. Ahora, completamente rehabilitado, se puede acudir a este palacio para descubrir todas las funciones de la herramienta 'inteligente' y es destino habitual de excursiones de centros educativos.

La península de La Magdalena era propiedad del Ayuntamiento de Santander hasta que se cedió en 1908 al rey Alfonso XIII. Con los años y tras la construcción del Palacio, pasó por diferentes manos hasta regresar a la Administración local en 1977. Cinco años después, fue reconocido BIC. Actualmente, acoge múltiples eventos, desde bodas civiles y congresos a cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). También se puede visitar para conocer su historia.

El Palacio acaba de enfrentarse a una rehabilitación integral, en la que se han sustituido suelos y ventanas respetando su imagen clásica. También se han limpiado en profundidad sus fachadas y se ha arreglado el entorno, entre otras actuaciones.

El cuarto BIC propiedad del Ayuntamiento es el Mercado del Este, que obtuvo el reconocimiento en 1986. El edificio se inauguró en 1842 y fue un acontecimiento para la ciudad por su singularidad y por la introducción en España de la idea de la galería comercial. Durante muchos años fue un mercado de abastos, similar a otros como el de La Esperanza o Puertochico, hasta que su estado de conservación obligó a plantear su completa reconstrucción en 1998. Volvió a abrirse al público en 2002 y, desde entonces, acoge varios locales hosteleros y comerciales.

El único BIC propiedad del Ayuntamiento que no es un monumento sino un conjunto histórico es el Paseo Pereda y Castelar, reconocido en 1985. Desde finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, Santander asiste a un proceso de expansión debido a su transformación de villa pesquera a ciudad comercial. Las primeras manzanas del Paseo Pereda quedan terminadas en 1795. Tras el paréntesis de la Guerra de la Independencia, se reanuda el proceso de urbanización de esta zona que estaba siendo ganada al mar en 1827. También en esas fechas, comienza a perfilarse la calle Castelar, que no recibió su nombre hasta 1885.

Ahora queda en el aire la incorporación del que sería el sexto BIC, el castillo de Corbanera. Aunque el Ayuntamiento lo está estudiando, desde la oposición ya piden explicaciones. El PRC insta a la convocatoria urgente de una comisión para que todos los grupos conozcan la documentación compartida por González de Riancho y las intenciones del equipo de gobierno, mientras que el PSOE pedirá en el próximo Pleno que se certifique su propiedad municipal. Su moción también solicitará que se incorpore la edificación al patrimonio de la ciudad mediante su registro en el Inventario de Bienes y Derechos del Ayuntamiento de Santander y que se adopten todas las medidas necesarias para proceder a la protección, recuperación y puesta en valor.