

Secciones
Servicios
Destacamos
El tramo de la calle Cádiz entre Isabel II y la Plaza de Alfonso XIII es una rara avis en el mapa urbano de Santander. ... De aspecto peatonal, sin aceras ni calzada delimitadas, pero de normas semipeatonales, de manera que los coches pueden entrar por ambos sentidos y estacionar un tiempo, en una vía pensada supuestamente para los peatones. Pero pasar a pie por el medio no es aconsejable. De pronto, un taxi acude a dejar a huéspedes al Hotel Bahía, una furgoneta de reparto se pone a descargar, un turismo particular pasa para cambiar de sentido y en ocasiones esto ocurre «sin respetar los límites de velocidad», denuncian los comerciantes de este tramo. Aseguran que son habituales «las discusiones». Que la gente no se corta a la hora de llamar la atención a los conductores, y que más de una vez se han vivido situaciones peligrosas. No están en contra de la ventaja que supone para todos que se permita entrar a los vehículos de manera más o menos restringida, pero piden «que se controle la velocidad con radares y que los agentes no vengan solo a multar por aparcamiento indebido, que ese no es el problema».
El último temporal de viento, a principios de enero, derribó la señal que advierte de 'zona residencial' colocada en uno de los extremos de esta calle en la que se indicaban ciertas restricciones: horario de carga y descarga hasta las 11.00 y velocidad máxima de 20 km/h (según la Policía Local), aunque en el Ayuntamiento de Santander han indicado a este periódico que es «una Zona 30» (...).
David | encargado de una vermutería
«Se supone que es semipeatonal y que se puede parar a descargar solo hasta las 11.00, pero hay furgonetas aparcadas a todas horas», comenta David, encargado de una vermutería. Pero apunta a «la alta velocidad» como el peligro principal: «un día con mal tiempo pasan taxis hacia el Bahía a 60 ó 70 km/h y por las noches constantemente pasan furgonetas a 80 por hora. Cada día veo estas situaciones. Cuántas veces he visto a la gente tener que saltar porque pasa un coche lanzado».
Juan es portero en uno de los edificios de viviendas y comparte la queja por la velocidad. «A los seis meses de inaugurarse la calle -en octubre de 2014- vi una moto llevarse a una señora por delante». Cree que se debe ser más estricto con el cumplimiento de las normas de circulación en esta calle tan particular, «se debe rodar a la velocidad del peatón, y aquí no se respeta» y dice ser testigo habitual de las llamadas de atención de los vecinos a los conductores, «sobre todo los que llevan niños pequeños, les piden que vayan más despacio, pero encima se ofenden».
Juan | Portero de un edificio
Esto le ha ocurido, por ejemplo, a Álex, que trabaja en una tienda de fotos, «a mí no me han atropellado más de una vez por pura suerte. Un día me puse en medio de la calzada para pedir a un coche que fuera más despacio, llamé a la Policía y todo porque el tío encima aceleró, como haciendo el ademán de arrollarme. Y esto no es una carretera», se queja. Él, que conoce el peligro de la calle Cádiz porque ahí está su puesto de trabajo, cuenta que cuando pasa con su mujer y con el carrito de su bebé «ya nos apartamos a la cara interior de las terrazas, como si fueran aceras, porque ir por el medio es peligroso. La calle Cádiz se ha hecho peatonal para nada», sentencia.
Álex | Empleado de una tienda
«Entrar por aquí a más de 20 km/h es un peligro», comenta José Antonio, dueño de un restaurante, «y muchos pasan demasiado rápido para dejar a gente en el hotel o simplemente para dar la vuelta». Dice que tanto él como otros hosteleros del tramo están organizándose para solicitar que se les permita poner mamparas en las terrazas, de manera que sirva para delimitar la calzada de la acera. Es, de hecho, una de las medidas que van a impulsar en una futura asociación de comerciantes que están creando, sin integrarse en ninguno de los colectivos que funcionan en Santander, porque piensan que la calle Cádiz es diferente y sus problemas y necesidades también lo son.
José Antonio | Restaurador
Es «muy habitual» la presencia de agentes de movilidad, dicen desde el Ayuntamiento de Santander al ser preguntados por estas quejas de vecinos, «la presencia policial se intensifica porque está permitido el paso de coches hacia los garajes, para recogida de huéspedes, los camiones de basura....». Pero en la calle Cádiz observan que la presencia policial «se limita» a multar los aparcamientos indebidos o excederse en el tiempo de carga/descarga, «y sería necesario que colocaran un radar o se hicieran controles de velocidad», añade Javier, dueño de un bar. «Que aquí lo raro es que no pase nada tal y como van», insiste.
Javier | Hostelero
Y al asunto del incumplimiento de los límites de velocidad, añaden otros problemas: «no hay iluminación -ayer todas las farolas estaban apagadas (o fundidas)-», «los árboles sufren golpes constantes de los camiones que intentan aparcar en medio» y «los contenedores soterrados se estropean cada dos por tres y no hay para reciclar cartón ni vidrio».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.