La Cocina Económica inaugura un centro de acogida para catorce personas sin hogar

Aunque no hay datos fijos de cuántas personas duermen cada día en las calles de Cantabria –el Gobierno regional ha iniciado un conteo para disponer de la cifra y abordar la problemática–, está comprobado que el sinhogarismo es cada vez mayor. Sólo en Santander se calcula que son más de treinta, según los datos que maneja Jesús Castanedo, director gerente de la Cocina Económica. A su juicio, el «gran problema» de la exclusión en la actualidad está en la vivienda, más que en el trabajo. Los precios del alquiler están «desorbitados», de ahí que «mucha gente viva en habitaciones» que mejoran solo «un poco» las condiciones de la calle.

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En este contexto de «escasez de recursos» para ofrecer soluciones, Santander inaugura este espacio recién reformado (con habitaciones individuales, cocina, salón, baños y comedor), que anteriormente también acogía a personas sin hogar aunque con un modelo distinto. Los primeros residentes que entrarán próximamente a vivir, hombres y mujeres de entre 20 y 35 años, se caracterizan por tener cualidades que les permiten poder estar en breve en condiciones de incorporación social mediante el estudio y el desarrollo de sus habilidades. Aunque de entrada es un perfil joven, se dará cabida a cualquiera que esté dispuesto a comprometerse con el proyecto. «Nosotros no estamos sólo para dar de comer, estamos para erradicar el hambre. Hay que alimentar también las capacidades, las competencias, las ilusiones...», resume Castanedo.

El objetivo es que se puedan formar para acceder a un puesto de trabajo y «alcanzar una vida con autonomía el día que salgan de aquí», destaca Sor Pilar. La presidenta del Gobierno, María José Sáenz de Buruaga, asistió a la inauguración junto a la directora de la Cocina Económica, Sor Clara Gallego, y la consejera de Inclusión Social, Begoña Gómez del Río. «Celebramos la reapertura y modernización del alojamiento para gente sin hogar, prestando una atención integral, dignidad a estas personas y calidez humana», destacó la presidenta tras visitar unas instalaciones que «hacen visible la enormidad de la obra social de las Hijas de la Caridad».

Las obras han supuesto una inversión de 670.000 euros, financiados a tres bandas: Gobierno de Cantabria (435.000 euros, el 65%), Cocina Económica (205.000 euros) y Obra Social La Caixa (30.000 euros). Buruaga destacó que «el dinero procede de 0,7% del IRP destinado a proyectos sociales, es decir, de los contribuyentes que marcan x en la casilla de la Iglesia para una sociedad mejor». En este sentido, añadió que las Hijas de Caridad con su labor «dignifican a los pobres y nos dignifican a todos como sociedad».