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El Ayuntamiento de Santander ha puesto el foco sobre Codelse, empresa de seguridad y telecomunicaciones de Torrelavega. Casi ocho meses después del incendio del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander (MAS), ha iniciado un expediente al grupo para pedirle responsabilidades económicas ... por el siniestro, que se produjo cuando el edificio estaba siendo reformado. Esta circunstancia dejó fuera de juego la red de alarmas que, según el Consistorio, podría haber evitado un fuego de la envergadura del que se declaró. Santander también ha empezado el trámite para retirar a Codelse el contrato para el mantenimiento de la seguridad de los edificios municipales «por pérdida de confianza».
Esta decisión municipal provoca una guerra abierta con la firma, cuyo presidente (Fermín García Balbás), ha defendido siempre su profesionalidad. García Balbás anunció ayer que irá «hasta el final» por la vía judicial. «En este caso, hubo una gravísima irresponsabilidad de la Administración y de la concejala de Cultura y quieren taparlo». Ayer aún no se le habían comunicado los expedientes abiertos y el empresario tiene un plazo de 10 días para alegar administrativamente.
Desde que el MAS ardió en la madrugada del 20 de noviembre pasado, el Ayuntamiento se ha centrado en reunir toda la información sobre lo ocurrido si bien no ha podido determinar cuál fue el origen de las llamas. La página web del centro informa actualmente de que está cerrado por reformas y de que no reabrirá hasta 2019.
El Ayuntamiento ha concluido ahora que Codelse no se atuvo al contrato de mantenimiento de los sistemas de alarmas municipales y ha resuelto imponer una penalización «por incumplimiento de carácter muy grave». Según especifica el concejal de Contratación, la empresa estaba obligada a informar al Consistorio mensualmente de los trabajos realizados, lo que no habría sucedido en este caso ya que, a raíz del acondicionamiento del museo, las alarmas anti incendios se habían desactivado. Este extremo era conocido tanto por Codelse como por Siec, la constructora que ejecutaba los trabajo pero, según el Ayuntamiento, no lo era por sus técnicos.
García Balbás denunció hace ya meses, sin embargo, que la concejala de Cultura (Miriam Díaz) y el director del museo (Salvador Carretero) sabían que en el MAS se habían reducido las medidas de seguridad durante la obra. «Hasta tenían un presupuesto para adaptarlas provisionalmente a las nuevas condiciones de la instalación, pero pasaron de ello olímpicamente», recordó ayer.
García Balbás agregó que en Codelse «no somos unos mindundis y no nos vamos a dejar amedrentar. Nuestra actuación estuvo dentro de las obligaciones contractuales y nos vamos a defender». El empresario calificó de «solemne tontería» y «pataleta» el anuncio municipal de rescindir su contrato como suministrador de seguridad para otros edificios municipales. «El trámite administrativo para denunciar el contrato va a ser más largo que lo que quedaba de él», reseñó. «Que reclamen lo que quieran. Lo único que están haciendo es enmarañar a ver si libran de responsabilidades a la concejala».
Por su parte, el grupo regionalista en el Ayuntamiento de Santander acusó al equipo de gobierno municipal del PP de «oscurantismo» en la gestión del incendio del MAS. Después de cinco meses «sin recibir ningún tipo de información», deciden penalizar a una empresa «sin explicar nada», lamentó José María Fuentes-Pila, su portavoz, para quien «siempre ha estado claro que el PP no iba a asumir ningún tipo de responsabilidad».
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