El Estado compra el Archivo Lafuente por 30 millones de euros, que se abonarán hasta 2032

Una vez dado el visto bueno a la operación por parte del Consejo de Ministros, que pone fin a casi una década de pasos, reuniones y negociaciones entre las Administraciones, este miercoles se escenificará en la propia sede del Archivo Lafuente, en Heras, el acuerdo. Tras un largo proceso que se remonta a 2014 se hace efectivo el interés mostrado siempre desde el Centro de Arte Reina Sofía por el Archivo y, por consiguiente, se formaliza la futura presencia del Museo Nacional en Santander. Para ello se siguen dando pasos destinados a rehabilitar el antiguo Banco de España, el inmueble ubicado en la plaza del Alfonso XIII, que albergará el Centro Asociado.

El proyecto de compra vivió un paso casi definitivo el pasado mes de marzo. Entonces, Miquel Iceta, ministro de Cultura, ya hizo pública la intención de adquirir el archivo del coleccionista, editor y empresario, ahora oficializada. El importe de la compra, según desveló el ministerio a falta de otros detalles, es de 29.795.045,21 euros que se abonará en once anualidades (hasta 2032). El Archivo Lafuente ha sido definido por Cultura como «un archivo de archivos, una colección de colecciones de arte contemporáneo especializada en historia del arte del siglo XX en América Latina, Estados Unidos y Europa, con un énfasis particular en España». La colección, que abarca múltiples formatos, también contiene otro tipo de materiales no tan habituales como pueden ser libros de artista, fotolibros, proyectos impresos y/o manuscritos de obras conceptuales, documentación de performances, acciones y artes en vivo, libros-objeto, revistas ensambladas, fanzines, borradores y maquetas de diseño gráfico, piezas de arte correo, obras de poesía/literatura experimental, y originales de cómic.

A través de las exposiciones, producciones y préstamos, ha quedado subrayada en esta última década la trascendencia del Archivo, con fondos únicos en muchos casos que han sido motivo de elogio de comisarios y conservadores de arte, gestores de museos y centros de arte, desde el Pompidou hasta el MoMa. Además, se ha conocido en ocasiones el interés por parte de instituciones europeas y americanas en hacerse con los fondos. Desde Cultura se considera que el Archivo Lafuente «es tan solo comparable con dos de las colecciones privadas más importantes de Estados Unidos y Europa: la Merrill C. Berman Collection y la colección de Edigio Marzona, con las que ha mantenido puntos de afinidad». El Archivo de Lafuente «resulta único por la representación de la contracultura y el cómic español de las décadas de 1970 y 1980, con fondos únicos de publicaciones y autores: revista Ajoblanco, revista Star, Nazario, El Cubri, Ceesepe».

Este miércoles, en la sede del grupo Lafuente en Heras, en la que se hallan depositados provisionalmente parte de los fondos, el director del Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, y el propio José María Lafuente, acompañados por el secretario general de Cultura y Deporte, Víctor Francos, y la alcaldesa de Santander, Gema Igual, firmarán el contrato de compraventa por el que el Estado español adquiere el Archivo, «uno de los fondos documentales de arte moderno y contemporáneo más completos que existen a nivel internacional».

El conjunto entra ahora a formar parte de los fondos del Museo Reina Sofía y estará a disposición del público en el centro asociado. La adquisición, tal como avanzó El Diario, venía gestándose en las últimas semanas aunque debía aprobarse definitivamente por el Consejo de Ministros. El momento fundacional clave hasta llegar aquí fue el acuerdo del Patronato del Museo Reina Sofía en 2014, aunque su director, Borja-Villel, ya se interesó mucho antes en la compra de esta colección de colecciones documental.

El propietario del Archivo siempre ha definido su proyecto como «un archivo privado con vocación pública». El proceso, hasta llegar al anuncio por parte del Gobierno central, tal como había adelantado en marzo el ministro Iceta, ha vivido muy diversos escenarios a lo largo de la pasada década. El Ministerio anunció esta primavera que disponía del informe favorable de la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico. Iceta incluso anunció que la compra del Archivo se realizaría «muy pronto».

Desde el momento en que se conoció la magnitud del proyecto quedó claro que desde el Museo esta iniciativa nada tiene que ver con los modelos de sucursal o franquicia, seguido por otros centros, caso del Pompidou, sino que el vínculo queda plasmado a través de la fórmula de sede o subsede asociada.

El inicio del estudio geotécnico el pasado mes de mayo constituyó otro paso en la construcción del centro. Las catas y sondeos se han sucedido mientras se elaboraba el proyecto de ejecución cuyos detalles se conocerán en breve. El Ayuntamiento ya contaba con el proyecto básico –de la UTE Voluar Arquitectura-CeroArquitectur–y en los próximos meses se espera la licitación de las obras, por lo que prevé que antes de que acabe 2022 ya habrán comenzado los trabajos en el Banco de España.

Pero, ¿cual es la identidad de un Archivo ingente y diverso, que abarca épocas, periodos y movimientos tan diferentes?

Sus fondos constituyen «un sistema de múltiples constelaciones, que están estrechamente relacionadas entre sí». En su totalidad, tanto por su especificidad como por las conexiones que los vinculan, ofrecen una visión «plural y dinámica del arte del siglo XX que, en diversos aspectos, desafía las clasificaciones cronológicas y geográficas tradicionales». Durante el crecimiento y evolución del Archivo, la comunicación y proyección pública de sus fondos se ha plasmado en más de 130 exposiciones y colaboraciones en producciones culturales con centros de arte, museos, fundaciones e instituciones y entidades privadas tanto nacionales como internacionales.