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La imagen de los contenedores de Castilla-Hermida a rebosar es cada vez más habitual, para lamento de los vecinos. En esta ocasión, el problema se concentra en la calle Antonio López, donde la recogida neumática de residuos vuelve a dar problemas con consecuencias desagradables para quienes transitan por la zona: bolsas de basura acumuladas, malos olores y el temor de que aparezcan ratas.
Este tipo de contenedores subterráneos, presentes sobre todo en este barrio de Santander, da fallos a menudo, lo que genera quejas entre los habitantes y también entre los partidos políticos de la oposición. De hecho, el asunto saltó al Pleno el mes pasado de la mano del PRC, que pedía una auditoría externa para determinar el estado del sistema neumático y las posibles mejoras. La propuesta no salió adelante por la negativa del PP ya que, como expuso la concejala de Medio Ambiente, Margarita Rojo, será la próxima empresa concesionaria del servicio de Limpieza Viaria -que aún no se ha licitado- la que audite este sistema.
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