Costas recupera el rompeolas del Sardinero para frenar la pérdida de arena

Pero quizá ya no sea necesaria esa reclamación en vista de que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha sacado a concurso el pasado 22 de octubre, por 71.286 euros y una plazo de ejecución de siete meses, una modificación de este proyecto, como consecuencia de los resultados que ha arrojado un estudio realizado en 2019.

Según se recoge en la memoria de la convocatoria, fue el 27 de julio de 2016 cuando se redactó el proyecto original, que preveía la construcción de tres rompeolas de unos 15 metros de longitud, perpendiculares al muro del paseo, que se revestirían de forma similar para minimizar el impacto visual en uno de los puntos más visitados de Santander.

La primera escollera se proyectaba a 42 metros de la rotonda del Chiqui y la tercera, a 132. No se levantarían justamente donde estaban los viejos diques: uno de los antiguos «ni siquiera era efectivo porque estaba en la playa seca» y los otros dos «eran demasiado cortos» y, aunque aliviaban un poco el oleaje, «no corregían totalmente el problema», según expresaron los autores del proyecto. Los rompeolas estarían formados por escollera de hormigón de una tonelada o más -para que se comporten como una estructura de gravedad- y su altura rondaría los 3,25 metros. La inversión prevista para la obra era de casi 464.000 euros.

En 2017, la obra fue sometida a información pública por la Demarcación de Costas en Cantabria, habiendo emitido la Secretaría de Estado de Medio Ambiente un Informe de Impacto Ambiental que daba luz verde a su construcción. Nada más se volvió a saber del proyecto. Pero los trabajos continuaron.

El Ministerio llevó a cabo unos ensayos en modelo físico 3D con fondo móvil que finalizaron en febrero de 2019 y que determinaron que «con la solución adoptada se corrige el efecto erosivo, pero que se incrementa el rebase existente en la avenida Manuel García Lago por efecto de la rotura de la ola sobre los rompeolas proyectados». Entonces se decidió realizar otro estudio sobre los rebases en la Segunda del Sardinero, cuyos resultados fueron plasmados en un informe el pasado mes de enero, que concluye que «las obras del proyecto incrementan de manera significativa el riesgo de rebases en el Paseo, especialmente frente al rompeolas nº 1, el más exterior, por lo que se considera necesario algún tipo de alternativa para reducir estos riesgos».

Ante esta circunstancia los expertos han analizado varias actuaciones, obteniendo dos alternativas al proyecto que mejorarían su comportamiento. La primera consiste en reducir la cota de coronación del rompeolas nº1 a la +2,36 metros. En esta situación se reducen los rebases por debajo de la situación de proyecto, pero no de la situación actual. Y la segunda alternativa, por la que finalmente se ha optado, consiste en incorporar a la alternativa anterior un cuarto rompeolas de baja cota de coronación próximo al mirador. En los ensayos realizados esta escollera estaba coronada a la cota +0,55 m. En esta situación se reduce el rebase por debajo de la situación actual y en general por debajo de los umbrales admisibles.

Además, los estudios citados anteriormente señalan que no es posible la recuperación de la playa únicamente con la construcción de los rompeolas proyectados, «sino que es necesario realizar además un aporte de arenas provenientes de dragado».