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Los vecinos aprovecharon los permisos para descender a los garajes y recuperar enseres. :: Daniel Pedriza
Cronología de un milagro

Cronología de un milagro

Los vecinos aún se preguntan cómo la suerte pudo conjugarse para que el desplome de más de 3.250 metros cuadrados de hormigón se saldase sin ninguna víctima mortal

José Carlos Rojo

Santander

Domingo, 19 de enero 2020, 07:45

Ninguno de los 500 vecinos afectados recuerda haber escuchado en su vida un estruendo semejante. El retumbar de las casas los despertó pasadas las seis y veinte de la mañana del lunes, día 13. «Sonó como si el mundo se viniera abajo» ... , contó Javier Carrera. Unos pensaron que tal vez un avión se hubiera estrellado, o quizá un camión de carga, de los que transitan por la zona industrial, pero nadie imaginó jamás que al asomarse a sus balcones, entre densa nube de polvo, fuera a descubrir que la tierra se había tragado el suelo. Cerca de 3.250 metros cuadrados de parque y de pista deportiva, que cada tarde albergaban los juegos de decenas de niños y familias enteras, se habían desplomado encima de los garajes sobre los que reposaban.

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