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¿El techo será de quita y pon? ¿Por qué se toma ahora la decisión de explorar esta oportunidad cuando la idea llevaba años girando por la ciudad? ¿Qué uso se le dará al recinto si se le techa? ¿Es necesario en una ciudad donde ... llueve, de media anual, un día de cada tres? Ahora que ha trascendido que el Ayuntamiento estudia la posibilidad de cubrir la Plaza Porticada, Santander se ha llenado de interrogantes, pero se van desvelando respuestas. La ingeniería Arenas y Asociados está investigando fórmulas de cobertura «que sean lo más transparentes posible» y cuyo mantenimiento «sea factible». La propuesta habrá de tener en cuenta, además, «los edificios importantes» que configuran el espacio y sobre todo, se quiere una cubierta «permanente que, en principio, se considera lo más operativo».
En ningún caso sería «movible, retráctil o de quita y pon» como han sugerido algunas voces. «En entornos como éste», justifica César Díaz, primer teniente de alcalde, «la infraestructura es siempre fija». Desde esta premisa, se estudian varias tipologías (más alta, más plana, más cúpula) y hasta los efectos que tendría el viento sur. Se están mirando modelos similares a los que ilustran esta página, que han sido facilitados por el Ayuntamiento.
Díaz explica que se tira ahora adelante con la idea porque antes un proyecto de estas características «no era una prioridad» para el Consistorio. Para empezar, porque la plaza ni siquiera era peatonal. Sólo adquirió ese estatus en 2007. Desde ese año, «el objetivo era finalizar la urbanización» y abrir al público un centro de interpretación de la historia de la villa medieval de Santander. «Una vez que se ha completado el proceso de renovación y ahora que se está remontando la crisis económica hemos considerado analizar si la actuación es o no viable desde todos los puntos de vista: técnico, económico, jurídico, etcétera». El Consistorio no tomará una decisión hasta que no se vea las conclusiones del informe encargado a Arenas y Asociados.
En el impás, tanto en el circuito social como en el político se van haciendo cábalas. En el primer ámbito, un colectivo vecinal, un miembro del Grupo Alceda o los comerciantes agrupados en Coercán aplauden la iniciativa municipal, si bien tras las palmas vienen los matices. Ramón Carrancio, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos Ciudad de Santander y Cantabria, defiende que esta organización lleva «años de reivindicación» de este proyecto, con escritos periódicamente en el Ayuntamiento. Lo quieren por un motivo sencillo: «Cuando llueve, la gente del centro no tiene dónde ir. Sobre todo, la gente mayor. Nos parece fenomenal el plan. Incluso, querríamos más espacios cubiertos en la ciudad y que el centro se revitalizase con actividades. Ahora, a ver cómo lo hacen». Carrancio avisa: «Nos gustaría que, si se concreta, hubiera vigilancia policial para que no se montaran botellones».
Aurelio González-Riancho, integrante del Grupo Alceda y profesional muy activo en todas las iniciativas que tienen que ver con la ciudad, califica la iniciativa de «fantástica». «Un cierre bonito y bien hecho podría quedar espectacular». Riancho alude a las muchas plazas cubiertas que hay por Europa, que favorecen el comercio local. «Lo que hay que buscar es que no se trate de cerrarla y nada más. Habría que ser ambicioso y madurar cómo se podrían utilizar más los edificios que circundan la plaza». Tanto ve la necesidad de revitalizar este punto que el Grupo Alceda ya había debatido largo y tendido al respecto.
Por su parte, Gonzalo Cayón, de la organización de comerciantes Coercán advierte: «Cubierta, la Porticada tendrá muchas novias». En su opinión, el recinto se convertiría en un sitio «muy interesante para realizar convocatorias y actividades, lo que sería muy positivo ya que podría repercutir en el comercio del centro». No vería con buenos ojos, sin embargo, eventos que significaran competencia para los comerciantes. «La gestión tendría que ser muy cuidadosa, sin abusos de sectores o empresas. Si hubiera usos comerciales, habría que buscar que «no entren conflicto con las firmas de las calles adyacentes. No queremos nada que dañe al comercio de los alrededores».
Más dudas expresa el decano del Colegio de Arquitectos, Moisés Castro, que confiesa no tener una opinión totalmente formada y aboga por que se abra un debate público. Se pregunta: «¿Cuánto mejor es una plaza cubierta que una descubierta?». Él valora su belleza actual y le encanta «el espacio diáfano que queda entre la Delegación de Hacienda y la del Gobierno. Es una obra estupenda». Reconoce que la parte del pórtico «tiene poca vida y no es muy amable», aunque no acaba de tener muy claro que se le fuera «a sacar más rentabilidad» ciudadana si se tapara. «Ganaríamos un espacio cubierto al precio de perder otro al aire libre. Hay que pensarlo bien».
En el plano político, el PSOE y el PRC están a favor de un cierre por arriba. El primero en proponerlo fue, en 2007, el socialista Jesús Cabezón, que sigue pensando que una solución idónea sería una cubierta que «mantuviera el espíritu de plaza abierta. O con las dos opciones, como las que hay en algunos estadios deportivos», que se abren y cierran a conveniencia. Pedro Casares, portavoz socialista municipal, opina que el proyecto «puede estar bien» porque la plaza daría más juego en invierno. «Me parece bien que se estudie la posibilidad y que no se descarte de antemano si la tapa ha de ser permanente o fija. Podríamos tener una plaza de verano abierta y una de invierno cerrada», señala. Cuestiona, eso sí, que el Ayuntamiento haya tardado 11 años en promover este estudio. «Santander se pierde muchas cosas y ser una ciudad más amable y habitable» por la actitud del PP local.
También los regionalistas, que luchan por este proyecto desde 2009, quieren que salga adelante ya. José María Fuentes-Pila piensa que el centro de Santander «necesita un revulsivo de estas características». Muy crítico con las carpas «y chiringuitos» en que se desarrollan muchas actividades en la ciudad, sostiene que una plaza techada acabaría con este tipo de tenderetes. Al PRC le molestó que el PP encargara el estudio sin hacerlo público.
Desde IU, Ainara Bezanilla considera que el proyecto de una cúpula «es secundario a la decisión sobre los usos que tendría» la Porticada tras cubrirse. «Si se busca un nuevo espacio con uso exclusivamente comercial o soporte de terrazas, no nos parece una prioridad. Si se trata de buscar nuevos y más cómodos espacios para facilitar actividades como las que alojó la plaza cuando era la sede del FIS, es una buena idea que merece ser estudiada».
A la concejala no adscrita Cora Vielva también le parece que «puede ser positivo» el plan, pero piensa que la idea «es electoralista 100%» por el momento en que ha trascendido. «Toda la vida hemos tenido el mismo clima y me parece mucha casualidad que lo planteen ahora. Temo que sea algo electoralista y se lleve a cabo sin pies de cabeza».
Antonio Mantecón, también edil no adscrito, se ha tomado la idea con ironía. El PP patrocina cada campaña electoral «con una enorme, cara e inútil imbecilidad en forma de megalómana obra. Esta es la que toca para la campaña de las municipales de 2019».
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