Cueto pide soluciones a la plaga de conejos que les invade

Sierra asegura que se ha hablado del problema con las autoridades cuando han visitado el lugar, pero que ahora han pedido ya oficialmente por escrito a las dos instituciones citadas que intervengan. Según sus datos, se les ve por las dos localidades citadas (en donde residen unas 12.000 personas), por la zona de la depuradora de San Román, por Mataleñas, por el campo de golf, por Las Llamas «y están causando perjuicios a los ganaderos y vecinos. Queremos que se actúe antes de que se conviertan en un problema mayor: la preocupación de la gente empieza a ser importante», señala el colectivo en la misiva enviada al Ayuntamiento y Desarrollo Rural.

En su reclamación, la asociación indica que «se ha confirmado que dada la masificación, los animales comienzan a ser portadores de parásitos, pulgas, garrapatas, sarna y tiña. Sin un control veterinario, se pueden convertir en un problema de salud pública». También afirma que el origen de la invasión actual está en el área entre la Maruca y el Faro de Cabo Mayor, donde «hace ya años que se empezó a observar que había conejos domésticos en libertad que estaban creando madrigueras entre matorrales o en las paredes de piedra seca que cierran las multitudes de fincas de la zona norte de Santander».

«Nos consta por comentarios de los vecinos que los conejos no aparecieron por casualidad: los soltaron como señuelos para adiestrar perros de caza y también aficionados a la cetrería. Debido a su gran capacidad reproductiva y a que no hay depredadores naturales para equilibrar la población, su número se ha multiplicado».

Por este motivo, se ha pedido oficialmente que, primero, se compruebe la existencia de estos animales domésticos en libertad en el entorno indicado. También se reclama una investigación sobre el origen de la plaga actual y que, «si se confirma que su existencia puede ser considerada como imprudencia, se tomen las medidas necesarias para que no se vuelva a repetir». Además, la asociación exige que se informe a los vecinos de los riesgos sanitarios que pueden suponer para la población pero, por encima de todo lo demás, la principal demanda es que se controle la población «antes de que se conviertan en un problema mayor, al ocupar zonas más urbanas del entorno».