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Un grupo de personas pasea por la dársena de Molnedo, muy deteriorada actualmente. En el vídeo, los vecinos opinan. Foto: Javier Cotera / Vídeo: Héctor Díaz

La dársena de Molnedo languidece y los vecinos aplauden que se «mantenga» la estética de Santander

Reconocen que este «lugar emblemático» necesita un lavado de cara, aunque temen que el resultado sea «como el de la plaza de Italia»

Candela Gordovil

Santander

Viernes, 25 de octubre 2024, 07:14

María Antonia recorre a diario Santander de punta a punta. Empieza por la zona de Castilla-Hermida, donde reside, y llega hasta la playa de Mataleñas. «Hay que andar por salud», reconoce. Aunque en el camino, hace una parada. Y más en días como el ... de ayer, que «parece verano». Llega hasta la dársena de Molnedo y ahí aprecia las vistas a la bahía. «Es un lugar excepcional». Por eso, le sorprende que se dé tan poco uso a este espacio, «aunque entiendo que es porque está muy deteriorado». Más allá de algunos paseantes como María Antonia y los coches que acceden hasta los pantalanes, el muelle de Puertochico no solo está muy descuidado, también infrautilizado, a pesar de las privilegiadas vistas que pueden disfrutarse desde el muro. La gran mayoría de los adoquines, que tienen más de un siglo de historia, están ocultos bajo el cemento y los noráis –también históricos–, completamente oxidados. Precisamente lo que pretende el proyecto que presentó el miércoles la alcaldesa de Santander, Gema Igual, es dejar atrás las marcas del paso del tiempo en esta zona, aunque «preservando el respeto a su historia». Los vecinos aplauden que la regidora desechara aquel plan que incluía como icono de la ciudad el bisonte de Okuda y que así se «mantenga» la estética. Eso sí, temen que el resultado sea «como el de la plaza de Italia».

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