En dicho escrito, la abogada santanderina requiere al Juzgado para que designe un sustituto y solicita que en caso de ser necesario suspenda las actuaciones que estuvieran señaladas hasta que se asignen una nueva representación legal. De hecho, fuentes de la investigación han avanzado a este periódico que este jueves se practicaran algunas de las testificales que ya recogió la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) en su atestado policial. En dicho documento se recopilan una serie de testimonios que contradicen a la denunciante; además de las imágenes del hotel donde se ve a la chica y al denunciado en actitud cariñosa, y se hace mención al parte facultativo, «que no recoge las mordeduras que ella denunció, ni refleja marca alguna en las muñecas por un fuerte agarre como refirió ella».
Con todo esto, la Policía de Aragón concluye que la versión aportada por la denunciante y sus posteriores ampliaciones, apoyadas por un compañero de trabajo y amigo, «no es corroborada por los datos objetivos obtenidos en la investigación».
Aunque aún tendrá que practicar más testificales, la instructora del caso, la titular del Juzgado de Instrucción Número 3 de Santander, Prado García, tendrá que tomar una decisión y decidir si archiva el caso o bien sigue adelante con él (la Fiscalía también tendrá que pronunciarse al respecto).
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