Secciones
Servicios
Destacamos
Una de las siete estatuas de bronce que conforman el monumento a la reconstrucción de Santander (José Cobo Calderón, 1989) ha aparecido tumbada en el suelo. Es una figura de mujer, que está tirada en los jardines de las inmediaciones del Centro Botín, apenas ... sujeta por el anclaje de uno de sus pies. La manera en la que ha quedado sugiere que alguien se ha subido encima y se ha balanceado con fuerza para tirarla. «El viento de estos días no ha sido tan intenso» como para pensar que el daño al monumento pudiera ser fortuito, considera el técnico municipal desplazado al lugar para comprobar los daños.
El estropicio provocado al conjunto escultórico está generando bastante expectación. Los viandantes se detienen a mirar la figura, lamentan en corrillos la falta de civismo y comentan incluso que en esta zona de Santander «hace falta más vigilancia nocturna».
Aunque 'oficialmente' esta estatua ha sido abatida esta noche, hay testigos que indican que ya ayer domingo por la mañana «estaba escorada». Se supone, por tanto, que el acto vandálico, de ser, se produjo en dos tiempos: Uno empezó y otro lo remató.
La Policía Local de Santander ha enviado a dos agentes a comprobar el monumento y se ha dado parte al servicio municipal de Parques y Jardines para que procedan a repararlo. Un funcionario de este servicio también ha acudido a examinar el resultado de la presunta gamberrada y ha visto que, aunque la figura no presenta daños visibles, uno de los anclajes está roto, por lo que debería ser trasladada a los talleres para arreglarlo, como así se ha hecho este mediodía.
Aunque supuestamente la figura no está rota, el Ayuntamiento de Santander ha puesto los hechos en conocimiento del autor de la obra por si finalmente es necesario intervenir más allá que en los anclajes.
Esa figura de mujer, junto con las otras seis estatuas pedestres de bronce de hombres, mujeres y niños, y el gran conjunto de mármol, simbolizan la aparición del fuego, la presencia del viento y de los habitantes de Santander. Ocurrió en febrero de 1941, cuando el Gran Incendio destruyó la ciudad. Pero luego Santander resurgió como el ave fénix de sus cenizas, y así quiso plasmarlo Cobo Calderón (Santander, 1958) en el monumento levantado hace tres décadas en la confluencia de Alfonso XIII con la calle Calderón de la Barca, cerca de donde surgió el primer foco del fuego.
'¿Todo es ya nada? El fuego ¿también puede devorar la ilusión, lo que no cede? A ese alado ladrón ¿no hay quien le ladre? (...)'
Esta estrofa del poema de Gerardo Diego 'Elegía de Atarazanas' (1961) reproducido en la placa del monumento bien vale para darle ahora un sentido literario a la burda destrucción del homenaje a la reconstrucción.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.