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El que haya pasado durante los últimos días por el entorno del parque de Mataleñas se habrá fijado en que el ruido de una pala excavadora amarilla sustituye ahora al silencio y la tranquilidad que reinan normalmente por las mañanas en este espacio verde, muy ... próximo a la segunda playa de El Sardinero y también al Faro de Cabo Mayor. Un ruido que deslució el paseo que se dieron ayer por la zona varios grupos de turistas y también el de los vecinos de la ciudad que practicaban deporte. Aunque precisamente esas obras se están ejecutando para evitar accidentes. Así lo confirman fuentes municipales y también el cartel que se encuentra junto a la valla que separa los trabajos del resto del parque: «Zona en mantenimiento para el bienestar de la gente», se puede leer en el letrero. Esta actuación, que durará «aproximadamente un mes», consiste en derribar esa parte inicial del muro para así evitar accidentes ya que, en el estado en el que se encontraba hasta ahora, «corría el riesgo de derrumbarse».
Según informan desde el Ayuntamiento, fue en esa parte del muro mencionada en la que se detectó una inclinación por lo que se estaba venciendo de un lado. Todo ello debido a la escorrentía de aguas, que se produce cuando el agua se escurre por los pequeños drenajes naturales hasta que encuentra el cauce. Así, una vez derribada por completo la zona afectada, los operarios se van a centrar en colocar una placa de cemento debajo del muro que sirva como refuerzo y así evitar que vuelva a ocurrir lo mismo. Aunque, según explican las mismas fuentes municipales, el aspecto del muro «será tal y como estaba», en sintonía con el resto de la tapia.
Cabe recordar que la subida de Mataleñas es una de las zonas de la ciudad que más se complica cuando se producen episodios de fuertes lluvias en Santander. De hecho, hace tres años, se inundó gran parte de la avenida del Faro –además de otros puntos de la ciudad como El Sardinero–. Entonces, se vivieron momentos mucho más tensos que en otros incidentes debido al tiempo, con la curva inundada y algún coche atrapado en medio del agua.
Se trata de una actuación que los más asiduos en la zona agradecen. «Un mes no es nada. Yo vengo aquí todos los días y no me quiero ni imaginar si este muro tan pesado se me cae encima», comentó ayer Natalia Ruiz, una vecina que siempre que puede se da un paseo desde el centro hasta el Faro de Cabo Mayor. «Este es un lugar excepcional y además en verano vienen muchísimas familias porque si hace bueno es muy agradable. Habiendo aquí niños jugando y todo... Nada, nada, mejor prevenir que curar», añade Ruiz, que ayer decidió cambiar el recorrido habitual de su paseo y caminó por la senda de Mataleñas.
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