
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A simple vista no parece un peligro. Su fachada, recientemente arreglada, se mimetiza con los edificios de su alrededor. Llama más la atención, incluso, por ... su color azul. Pero hay otro elemento que acapara las miradas: sus letreros. En las plantas superiores, asoman carteles donde se puede leer: «Edificio amenaza ruina». Pero en los pisos inferiores, el mensaje es diferente: «Aunque presionen, no vendo». Un enfrentamiento entre propietarios que ya ha llegado al Ayuntamiento de Santander, donde dos particulares han registrado la declaración de ruina del inmueble, el número 17 de la avenida de Reina Victoria, mientras un tercero ha presentado alegaciones para impedirlo.
Aunque la fachada está en buen estado, la situación es completamente opuesta en el interior del inmueble. Allí no vive nadie desde hace tiempo. Incluso en el portal hay avisos que alertan de que nadie entre. Y a través del cristal es visible la degradación del rellano.
Los vecinos de la zona afirman que, efectivamente, el edificio no está en buenas condiciones. Y apuntan que estuvo peor. «Antes de las obras de la fachada, el mirador estaba tan mal que lo sujetaba una viga», explica Marián, que vive en un piso cercano. Desde un bar de la zona, subrayan sus palabras. «Era un peligro porque hay un colegio cerca y los niños pasaban por debajo, nos daba miedo que pasara una desgracia». Otro vecino de la calle, Felipe, coincide con los demás. «Aunque ahora da confianza porque está arreglado por fuera, por dentro sigue el mismo desastre, hay que actuar cuanto antes».
La 'guerra' entre propietarios -aunque ninguno vive allí- ha llegado al Ayuntamiento, donde se tramita la documentación sobre el posible derribo del edificio. Dos particulares solicitaron un expediente de ruina del inmueble y el Consistorio, a su vez, les pidió documentación que justifique su petición. Estos dos propietarios presentaron entonces un informe técnico en el que se especificaba que se cumplen los requisitos para declarar la ruina económica. Este tipo de ruina se refiere a que el valor de la rehabilitación superaría el 50% del valor actual del edificio.
Tras entregar toda la documentación en el Ayuntamiento, el arquitecto municipal se trasladó al edificio para analizar las patologías del inmueble y ver si cumplía con la normativa. Así, concluyó que efectivamente debían corregirse varias deficiencias por cuestiones de seguridad y salubridad. Por ejemplo, el patio interior está en malas condiciones, la cubierta no es segura, el agua se filtra por las paredes, hay fisuras en algunos tabiques y la estructura de madera está podrida en algunas zonas del edificio.
«Hay deficiencias que deben resolverse. No hace falta que las medidas se tomen de manera inmediata porque aunque está en mal estado, no es una emergencia. No es urgente el desalojo, aunque allí no vive nadie ya, ni apuntalar el edificio», apunta el concejal de Vivienda, César Díaz. Por eso, el procedimiento iniciado en el Ayuntamiento para que las patologías se resuelvan se está realizando de manera ordinaria y no con carácter de urgencia.
Y aquí es donde está el dilema. Debido a su mal estado, los propietarios tienen que reparar las deficiencias o bien declarar la ruina del inmueble. La tramitación en el Consistorio, tras trasladar las primeras conclusiones a los propietarios, está ahora en un periodo de alegaciones. Los interesados ya tienen la documentación del arquitecto técnico y ahora aquellos que no quieren declarar la ruina -los de las plantas inferiores- pueden presentar sus propios informes para demostrar que el edificio no está en las malas condiciones que justifica el resto. Por el momento, uno ya ha presentado alegaciones para impedirlo y otros han pedido ampliar este periodo de exposiciones para ganar tiempo de cara a recabar información. Este plazo terminará en las próximas semanas.
Una vez concluya el ya alargado periodo de alegaciones, el Ayuntamiento podrá estudiar toda la documentación generada durante este tiempo -de los propietarios a favor del derribo, de los que están en contra y el informe del arquitecto técnico- y decidir si se cumplen los requisitos para declarar la ruina económica o si no se cumplen y los vecinos deben decantarse por reparar el inmueble.
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Ana del Castillo
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