Cede parte de la fachada del edificio de San Matías desalojado en mayo: «Se veía venir»

«La puerta se ha venido abajo y he llamado al 112 al momento», añadía el vecino afectado mientras los Bomberos de Santander precintaban el bloque. Además, hasta el lugar se desplazaron también agentes de la Policía Local que comprobaron el derrumbe. Por su parte los bomberos se encargaron de retirar los escombros caídos sobre la acera y trataron de dejar la zona lo más limpia posible para facilitar la salida de los vehículos aparcados en la travesía. Poco más se podía hacer. Eso sí: «Han venido enseguida», agradeció el vecino que reconocía resultaba evidente que antes o después se cayera. «Cada día se abre más el muro, se veía venir», añadía. Esta vez ha sido parte de la fachada pero Bosco teme que en cualquier momento caiga el inmueble completo por eso pide a los propietarios y al Consistorio que actúen. «Hay que tener responsabilidad. Esta autorizado el derrumbe, pero falta que se pongan de acuerdo».

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Sobre todo pide celeridad por la preocupación de que «pase algo grave». El derrumbe de parte de la fachada le pilló ya en casa, pero podría «haber pasado por la acera» y haber tenido un accidente. Al menos esa intranquilidad no se traslada a su vivienda. De momento está tranquilo porque «no tiene ningún desperfecto y no está afectada», resumía.

En el bloque número 3 de la travesía de San Matías, próxima al colegio de La Enseñanza, vivían cinco personas que fueron desalojadas en mayo por el riesgo inminente de derrumbe. Al otro lado de la vivienda afectada, hay un espacio que hace años ocupó otro edificio, también derribado por su mal estado. Desde entonces, el inmueble ha ido inclinándose poco a poco hacia ese hueco. El Consistorio ordenó en mayo el apuntalamiento de la planta baja, después de que los inquilinos lo vaciasen, ya que lo utilizaban como almacén.

Sin embargo, era responsabilidad de los propios vecinos hacer lo propio con el resto del edificio y garantizar su estabilidad. En caso contrario, será el Ayuntamiento quien tenga que realizar una ejecución subsidiaria y les remita luego los gastos. Los cinco afectados, de dos unidades familiares distintas, vivían en casas de familiares y amigos tras rechazar el alojamiento en el centro de acogida Princesa Letizia.