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La Policía Local de Santander desalojó en la noche del lunes un establecimiento hostelero situado en la calle Floranes en el que había 24 personas sin mascarilla y sin guardar la distancia de seguridad en su interior, algunas de las cuales estaban bailando en la ... pista, lo que no está permitido en estos momentos por las autoridades sanitarias debido a la pandemia de covid. No fue, además, el único caso durante el puente. La Policía Local de Santoña también desalojó un establecimiento de hostelería de la villa en el que había 22 personas celebrando un cumpleaños sin mascarillas y sin guardar la distancia. En este caso, fue en la tarde del domingo.
Durante la intervención en la capital se procedió a denunciar al responsable del local de ocio, con iniciales D. A. F., y a los clientes, por incumplir la resolución de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Cantabria. Los hechos se produjeron a las 00.45 horas de la madrugada del lunes al martes, cuando los agentes acudieron al establecimiento tras recibir llamadas de los vecinos protestando porque tenían la música alta y se oían voces en tono elevado. Al llegar allí, los policías se encontraron con clientes utilizando la pista de baile y sin portar la preceptiva mascarilla. En total, había 24 personas que no llevaban la obligatoria protección y que no cumplían tampoco con la distancia de seguridad.
En Santoña, por su parte, los agentes denunciaron igualmente tanto al dueño del local como a todos los participantes en el evento por incumplir las restricciones sanitarias. Allí, los hechos se produjeron a eso de las seis de la tarde del pasado domingo cuando la Policía Local, durante sus labores de patrulla, se percató de la música y el elevado ruido procedente de un establecimiento. Los agentes accedieron al bar y comprobaron que había 22 personas, todos adultos a excepción de un menor, celebrando un cumpleaños. Aunque no se superaba el aforo máximo del local, los asistentes se encontraban todos de pie sin guardar la distancia de seguridad y tampoco se protegían con la mascarilla. Además, también en este caso algunos estaban bailando en el local.
Los agentes procedieron a identificar a los presentes y se les denunció por incumplir las normas. Al propietario, en calidad de responsable por consentir y no controlar que los asistentes cumplieran con las medidas de seguridad vigentes, mientras que a los participantes se les sancionó por reunirse más de 10 personas, limite máximo fijado por la Consejería de Sanidad a no ser que sean todos convivientes, y por no guardar la distancia ni llevar mascarillas.
Para el desalojo, por el gran número de asistentes, se pidió el apoyo de la Guarda Civil, que se personó de inmediato, aunque no tuvo que intervenir pues abandonaron el local sin ningún problema.
Más allá de estos hechos, en Santander se habían presentado otra decena de multas a establecimientos hosteleros por incumplir la normativa al celebrar fiestas, no respetar la distancia entre las mesas o superar el horario de apertura. La denuncia a algunos locales se está convirtiendo en una tónica habitual los fines de semana. De hecho, varios encadenan más de una sanción en un corto espacio de tiempo. «Los incumplimientos son preocupantes, porque no ayudan a combatir el covid. Estos locales pueden ser focos de contagio y está claro lo que se puede y lo que no se puede hacer», lamentan fuentes de la Policía Local.
A esto hay que sumar las fiestas en pisos. Los agentes identificaron y denunciaron durante el puente a los responsables de 14 viviendas, situadas en diferentes zonas de Santander, por las molestias de música y voces en tono elevado originadas por la celebración de fiestas. «El horario de cierre temprano del ocio nocturno deriva en que la gente se dedica a hacer fiestas en casas, con más gente de la permitida, lo que supone una irresponsabilidad y un peligro como posible foco de contagios», reitera la Policía.
Otra de estas fiestas tuvo lugar el sábado en un piso de la calle La Arenosa de Laredo. Allí acudió la Guardia Civil tras las llamadas de distintos vecinos por el ruido excesivo. Los agentes consiguieron que les abrieran la puerta tras llamar varias veces al timbre. Ya en el interior comprobaron que había 16 jóvenes, todos menores excepto tres de ellos y algunos incluso por debajo de los 14 años, que estaban consumiendo bebidas alcohólicas.
A todos se les informó que se confeccionaba un informe-denuncia por realizar una reunión en número superior al permitido actualmente, procediéndose a disolver la fiesta.
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