El desmantelamiento del espigón de La Magdalena costará más que su construcción

El proyecto, redactado por la empresa gallega Acadar, recoge en sus más de 300 páginas las actuaciones paso a paso que deben llevarse a cabo para retirar el espigón, la justificación de la obra y las alternativas al desmantelamiento, entre otras cuestiones. Así, el texto recoge que el sistema de playas Magdalena-Peligros se encuentra «en estado de retroceso por fenómenos erosivos derivados de la dinámica litoral existente en la zona», lo que provoca una reducción de la superficie de playa seca, «pese a las sucesivas actuaciones realizadas –rellenos–» por Costas.

También recoge las actuaciones realizadas en estas playas que no han logrado frenar el desgaste, como la construcción del Campo de Polo, la construcción del dique en el Promontorio, la implantación de un Pantalán en el Balneario y el espigón en la playa de Bikinis. Destaca que la realización parcial de la construcción de dos diques «no es suficiente» para solucionar el desequilibrio existente, aunque la playa ha ido avanzando en la parte cercana al espigón y retrocediendo en la parte oeste.

Adacar describe las cuatro alternativas que podrían desarrollarse en las playas antes de decantarse por una: dejar la playa como está, desmontarlo por vía terrestre por secciones, por vía terrestre por capas o por vía marítimo-terrestre. Basándose en cinco criterios, el alcance de la recuperación, el nivel de impacto ambiental, la viabilidad jurídica, los efectos del cambio climático, el grado de efectividad de la solución y el coste. Tras analizar todas, consideran «la alternativa óptima» la del desmantelamiento por vía terrestre por secciones desde el morro hasta el arranque.

Así, los pasos que tendrá que seguir la empresa que finalmente sea adjudicataria para desmantelar el espigón comenzarán con la delimitación de la zona de trabajo con un vallado que impida el paso de personal no autorizado y mantenga una distancia que garantice la seguridad de los usuarios de la playa. Después, se colocarán barreras anticontaminación y se retirará la arena que entierra el espigón en sus partes laterales hasta la base de la misma. A partir de ahí, empezará el desmantelamiento en sí. Primero, el manto principal de la escollera, llamada espigón de coronación, desde la parte situada en el talud de acceso hacia el morro de la estructura. En este proceso, se vigilará en todo momento que no se produzcan desprendimientos hacia el interior por las vibraciones producidas por la maquinaria pesada. También se creará una superficie de avance sobre la coronación del espigón para que los trabajadores y las máquinas puedan moverse sobre la estructura.

Una vez eliminada la parte superior, se retirará el resto del espigón por secciones desde el morro hacia el arranque. Y cada sección se retirará por capas: en primer lugar la escollera del manto, luego la escollera de la capa filtro y finalmente el material 'todo uno' del núcleo. La adjudicataria de la obra tendrá que extremar la precaución durante la retirada del núcleo situado sobre los restos del antiguo pantalán del balneario. En esta operación, tendrá que estar presente un técnico competente en patrimonio arqueológico para que los trabajos de retirada del núcleo no dañen los restos de la anterior estructura del muelle. Ya para finalizar, se retirarán los restos de la obra, se adecuará la zona, se repondrán los firmes y se estudiará el estado de los restos arqueológicos del muelle.

Las obras de los espigones se paralizaron en 2019, con la entrada de Cs en el equipo de gobierno. Fue una de las condiciones que marcó al PP para formar gobierno, junto a la exigencia a Costas de garantizar el buen estado de las playas mediante rellenos regulares. A partir de ese momento, comenzó el periplo para parar las intervenciones –ya se había construido uno y estaba preparado el material del segundo–. La burocracia se alargó hasta 2021 y en ese abril se retiró el material de obra que había quedado en Los Peligros.

Ahora, con la redacción del proyecto para retirarlo, queda por delante la licitación y la adjudicación, que puede prolongarse meses. Cuando finalmente arranquen las obras, la configuración en el Ayuntamiento podría ser distinta a la actual. Visto que el pacto entre el PP y Cs no ha sido un camino de rosas, las probabilidades de que repitan como socios de gobierno es mínima. Eso, en el caso de que ambos sumen concejales suficientes para volver a pactar.

Si la actual alcaldesa, Gema Igual, lograse gobernar en solitario, tendría que asumir la retirada de unos espigones que ella misma defendió que se construyeran y a los que tuvo que renunciar para gobernar. En el caso de que hubiera un cambio de color político en el Ayuntamiento, tanto el PSOE como el PRC y UxS estarían en sintonía con la decisión de retirar el espigón, pues siempre lo han defendido.

La polémica de los espigones traspasa el panorama político y los ciudadanos también se enfrentan entre los que quieren la playa libre de espigones y los que piden que la obra finalice para que los dos diques eviten la pérdida de area. De hecho, fue la plataforma vecinal 'Salvar La Magdalena' la que inició la campaña para paralizar la obra y, tras varias concentraciones, logró que partidos como el PSOE y el PRC pidieran dar marcha atrás y seguir recurriendo a los rellenos para mantener las playas de La Magdalena y Los Peligros.

Lograron paralizar las obras, pero prendieron la mecha para que surgiera una nueva plataforma: 'Salvar el espigón para salvar La Magdalena'. Quieren todo lo contrario que el primer grupo, que las obras se retomen, se construya el segundo espigón, y así los arenales no pierdan arena y no haya que recurrir a rellenos regulares.

Y con los rellenos surge otro problema: Costas afirmó que, si paralizaban las obras y retiraban el espigón ya construido, no realizarían más rellenos, pues el Ayuntamiento ya habría rechazado la solución para evitar la pérdida de arena y no estaban dispuestos a gastar dinero en otra alternativa si se rechazaba esta.