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La disputa de las playas santanderinas: todo parado, menos la arena

La disputa de las playas santanderinas: todo parado, menos la arena

Nuevos arenales y deterioro, discusión política y espigones a medias forman parte de un relato difícil de seguir y entender

Álvaro Machín

Santander

Domingo, 19 de febrero 2023, 09:59

Ahora que están tan de moda las series, los expertos en televisión coinciden en que la más larga de la historia es una británica titulada 'Coronation Street'. Llevan más de 63 temporadas y ya pasan de los 10.300 episodios. La tormenta de arena que sobrevuela Santander –centrada, por resumir, en el entorno de La Magdalena– no es tan larga, pero, bien distribuida (y con el rocambolesco relato de idas y venidas que incluye), daría para un buen guión. En febrero de 2016, el Ministerio de Medio Ambiente dio luz verde al proyecto de los espigones. Fue un aparente 'principio del fin' a un propósito que llevaba rondando diez años. Estabilizar esa zona de playas y evitar, con ello, los rellenos que había que hacer cada temporada. Nada más lejos. Ese paso inicial (que no el primero) es el punto de partida de un culebrón. Lo último, una playa nueva junto a la rampa del Mundial de Vela. Porque la arena sí que se mueve.

Empezando por el final, en poco más de un año –se puede comprobar con fotos– la arena ha 'corrido' por la línea del paseo hasta consolidar una playa de considerables dimensiones en torno a la rampa. Ha cubierto por completo el pedregal que había allí hasta formar un arenal en forma de concha y aguas cristalinas.

Scroll Story imagen 0

9 de marzo de 2012

La rampa que se usó para el Mundial de Vela aún no existía. Había en ese punto una zona de arena acumulada. Lo demás, piedras.

26 de marzo de 2021

La arena empezaba a asomar por esta zona aunque aún era un pedregal y estaba lejos de la rampa

13 de febrero de 2023

La nueva playa, ya absolutamente consolidada, ha llegado hasta la rampa, en la que ya hay una fina capa de arena.

AUX STEP FOR JS

Está eso –lo más nuevo– y está La Fenómeno, que ya no es la playa que aparecía y desaparecía por temporadas. Ahora está siempre, y, aunque en los últimos tiempos todo indica que la zona ha perdido altura en favor del tramo del fondo, con marea baja se puede ir andando sin pisar cemento desde el final de Gamazo (la rampa) casi hasta Los Peligros. Y si a uno le da por seguir por la playa 'tradicional' –ya sin la pasarela para peatones y bicis que hubo en su día–, se encontrará con el museo del abandono. Una rampa caída hace más dos años, un arenal que el mar corta en dos, un edificio cochambroso (La Horadada)... Así, hasta el único espigón construido de los dos previstos (a cuyo abrigo se mantiene la arena frente al balneario), pero sentenciado a muerte a la espera de que se ejecute la orden.

Todo (incluso los deterioros de otras playas fuera de esta zona) tiene que ver con el culebrón. La dinámica de la arena, el proyecto de los espigones, la guerra política de culpas, el abandono...

La explicación técnica del movimiento actual de la arena

Jara Martínez, del IH, ofreció una charla esta semana en el Ateneo. A preguntas de los asistentes resumió cómo se está moviendo la arena en la actualidad. «Hay una serie de corrientes y oleajes que están arrastrando el sedimento. Lo están llevando desde la zona de Bikinis al interior de la Bahía. Cuando se ha construido el primer espigón de La Magdalena, lo que se hace es generar una zona de abrigo que permite que haya un poco más de arena frente al balneario. Pero claro, al no tener el segundo espigón previsto para retener esa arena, sigue viajando y acaba donde ha acabado, en la rampa. Algo totalmente esperable».

Dando por hecho que el origen de esas playas no es natural –son artificiales–, con la idea de conservarlas se encargó al Instituto de Hidráulica Ambiental (IH) que planteara opciones. Es importante lo de 'con la idea de conservarlas', porque los expertos dejan claro que es necesario actuar si se quieren mantener esas playas, pero que también se podría optar porque la naturaleza siguiera su curso y se volviera al escenario inicial (playas diminutas, inestables e inapreciables en invierno). Y ellos no son los encargados de tomar las decisiones. Eso es cosa de los gestores de lo público. Dicho esto, presentaron diez alternativas pensadas para retener la arena y evitar los rellenos periódicos que se hacían desde 1972.

La trama de la serie se pone interesante. Se optó por la solución de dos espigones. El de la zona del Balneario, en forma de 'ele', y un segundo al final de San Martín, que en parte iría sumergido. Los técnicos nunca escondieron que esta idea no era dañina desde el punto de vista ambiental (tendría –indicaron– menos efectos, de hecho, sobre la flora y la fauna que los rellenos periódicos), pero que sí supondría un impacto paisajístico.

Al lío. Porque a partir de esto, meramente técnico, empezó el embrollo (según la RAE, «enredo, confusión, maraña» o «situación embarazosa, conflicto del cual no se sabe cómo salir»). Lean con atención porque los giros de guión son más abruptos que el episodio de la Boda Roja en Juego de Tronos (para el que no sepa de qué va, es un capítulo que cambia todo lo anterior).

El Ministerio de Medio Ambiente (en manos entonces del PP) dio luz verde en febrero de 2016 a un proyecto que salió a licitación en marzo. Ese mismo mes, el Parlamento de Cantabria aprueba que el Gobierno regional (del bipartito PRC-PSOE) recurra el plan. Exigen mayores garantías sobre la repercusión en el entorno natural. La licitación y el recurso siguen su camino –ligados, pero cada uno por su lado– y en agosto se adjudica la obra a la empresa Becsa. Sin embargo, hasta julio de 2017 el Ejecutivo cántabro no retira el recurso.

Todo parece en orden, pero no. En septiembre (año 2017, no se pierdan) trasciende que hay «problemas contractuales» con la adjudicataria. La presencia de palas y obreros en la playa se retrasa. Así que, para poder completar la tarea lo antes posible –hubo reuniones sobre los calendarios para que las obras molestaran lo menos posible durante las temporadas de vacaciones–, después de varias gestiones, se encarga finalmente el trabajo a Tragsa (de carácter público) por 1,4 millones (el precio es más barato que la cifra inicial que se manejó porque los proyectos ya están hechos y redactados). Estamos ya en el mes de diciembre.

¿Arreglado? En principio, sí. Pero no. El año 2018 arrancó, ahora sí, con el trajín de una obra que pronto llamó la atención de un sector de población (hubo varias concentraciones de un grupo creado bajo el nombre 'Salvar la Magdalena' que pedía parar la obra). El avance de los trabajos fue en paralelo al del debate social y, sobre todo, a una ya imparable y enconada batalla política. El Ayuntamiento de Santander (PP) defendía seguir con la obra, pero el Parlamento (dominado por el bipartito PRC-PSOE con el apoyo de Podemos en ese asunto) aprobó en junio dos propuestas de resolución para pedir al Gobierno central que la parase. Esto –es un apunte importante– coincide con la moción de censura que sacó a Rajoy (PP) de La Moncloa para poner a Sánchez (PSOE). ¿Qué pasó? Que el Ministerio de Medio Ambiente (ahora en manos socialistas) acordó en septiembre la suspensión indefinida del proyecto. Para entonces, el primer espigón estaba casi construido (iba a quedar en parte cubierto por la arena) y el segundo, más allá de que los materiales para su construcción estuvieran en la playa y en la rotonda que hay al final del promontorio, sin empezar. Así se quedó. No sólo parado, sino con destino pendiente de decidir.

Las diez alternativas que analizó el Instituto de Hidráulica

Doble

espigón

Propuesta aprobada

Espigón sumergido

Línea de playa

Espigón

Promontorio

La propuesta elegida por el Instituto de Hidráulica contempla la construcción de dos espigones, uno a la altura del balneario de La Magdalena y el segundo cerca del promontorio de San Martín. El primero, con dos brazos (140 metros y otro de 60 en otro ángulo) y, el segundo, de 120 metros y otros 100 sumergidos bajo el mar. La obra, sin embargo, no se llegó a completar y se limitó al primer dique.

Continuación del

espigón de Bikinis

Propuesta rechazada

Pérdida

de arena

Espigón

Línea de playa

Este era el objetivo original del proyecto cuando se construyó este dique hace décadas, completarlo hasta

la isla de la Torre, pero finalmente no se concluyó. Crearía una playa aún más grande en Bikinis y consolidaría en parte la de Peligros. En cambio, supondría una pérdida casi total de arena en la playa de La Magdalena.

La opción se descartó.

Cierre del espigón

del Balneario

Propuesta rechazada

Línea de playa

Pérdida

de arena

Espigón

La propuesta de crear un dique como

el actual y prolongarlo hasta la isla de la Torre también se descartó. El resultado de esta actuación habría sido crear una gran playa –similar a la de La Concha de San Sebastián– en las zonas de Bikinis y la parte que conecta con La Magdalena. En el resto de los arenales la estructura no tendría consecuencias.

Un único espigón

en La Magdalena

Propuesta rechazada

Línea de playa

Pérdida

de arena

Espigón

Esta alternativa supondría crear un dique similar al que ya hubo en el pasado y que partía desde la zona del Balneario. Tendría la misma altura del que se puede ver en estos momentos y serviría, de nuevo, para consolidar la playa de Bikinis tal y como hoy se conoce, pero la pérdida de arena

continuaría en La Magdalena y Los Peligros.

Espigones del Balneario

y la isla de la Torre

Propuesta rechazada

Línea de playa

Pérdida

de arena

Espigones

A grandes rasgos, es partir de la opción anterior y posteriormente crear un segundo dique en la isla de la Torre hacia el interior de la Bahía. Esta solución implica que en algunas zonas las playas se puedan consolidar e incluso crecer, pero en otras seguirían menguando y no se evitaría la pérdida progresiva de arena, principalmente en

la parte más occidental del litoral.

Espigón del Balenario

con quiebro al oeste

Propuesta rechazada

Línea de playa

Pérdida

de arena

Espigón

Esta alternativa, que se quedó en el cajón, era similar al proyecto aprobado, pero únicamente con un dique, el ubicado en La Magdalena. De nuevo se consolidan partes de las tres playas, especialmente de Bikinis, pero no se evitaría la progresiva pérdida de arena porque no habría una estructura que hiciera de tope en la entrada a Los Peligros.

Un único espigón sin brazo

y con otro ángulo

Propuesta rechazada

Línea de playa

Pérdida

de arena

Espigón

Similar a la actuación anterior. Sin embargo, en este caso, en lugar de proponer dos elementos para definir el espigón (un tramo sobre el Pantalán y un brazo adicional), se diseña un único elemento de unos 180 metros. A nivel práctico, las consecuencias también habrían sido semejantes. Quizás, incluso, implicaría una mayor reducción de las playas.

Dique exento

en el Balneario

Propuesta rechazada

Línea de playa

Pérdida

de arena

Espigón

Junto a la opción que finalmente salió adelante, fue la otra por la que se consultó a la ciudadanía de Santander como método para estabilizar la arena de La Magdalena y evitar los rellenos anuales. En este caso saldrían beneficiadas Bikinis y La Magdalena, pero en cambio supondría una reducción de la zona seca de Los Peligros. Tendría menos superficie porque, de nuevo, las corrientes no tendrían un tope.

Espigón recto y otro

en el promontorio

Propuesta rechazada

Línea de playa

Espigones

Otra versión similar a la que finalmente se aprobó, pero con algunas deficiencias con respecto a aquella propuesta. El impacto visual de los diques sería prácticamente el mismo y en cambio el efecto sobre el mantenimiento de las playas sería menor. En Los Peligros sólo se evitaría en parte la pérdida de arena durante la época de invierno.

Cambio de alineación del espigón del promontorio

Propuesta rechazada

Línea de playa

Espigones

Con esta alternativa las características de los diques serían muy similares a las del proyecto ‘ganador’, lo que cambiaría sustancialmente es la alineación –el ángulo respecto a la línea de playa– del espigón que partiría del promontorio. Estaría totalmente sobre el nivel del mar y no habría una parte sumergida,

como sí ocurre con la opción que salió adelante.

Las diez alternativas que analizó el Instituto de Hidráulica

Doble

espigón

Propuesta aprobada

Espigón sumergido

Línea de playa

Espigón

Promontorio

La propuesta elegida por el Instituto de Hidráulica contempla la construcción de dos espigones, uno a la altura del balneario de La Magdalena y el segundo cerca del promontorio de San Martín. El primero, con dos brazos (140 metros y otro de 60 en otro ángulo) y, el segundo, de 120 metros y otros 100 sumergidos bajo el mar. La obra, sin embargo, no se llegó a completar y se limitó al primer dique.

Continuación del

espigón de Bikinis

Propuesta rechazada

Pérdida

de arena

Espigón

Línea de playa

Este era el objetivo original del proyecto cuando se construyó este dique hace décadas, completarlo hasta

la isla de la Torre, pero finalmente no se concluyó. Crearía una playa aún más grande en Bikinis y consolidaría en parte la de Peligros. En cambio, supondría una pérdida casi total de arena en la playa de La Magdalena.

La opción se descartó.

Cierre del espigón

del Balneario

Propuesta rechazada

Línea de playa

Pérdida

de arena

Espigón

La propuesta de crear un dique como

el actual y prolongarlo hasta la isla de la Torre también se descartó. El resultado de esta actuación habría sido crear una gran playa –similar a la de La Concha de San Sebastián– en las zonas de Bikinis y la parte que conecta con La Magdalena. En el resto de los arenales la estructura no tendría consecuencias.

Un único espigón

en La Magdalena

Propuesta rechazada

Línea de playa

Pérdida

de arena

Espigón

Esta alternativa supondría crear un dique similar al que ya hubo en el pasado y que partía desde la zona del Balneario. Tendría la misma altura del que se puede ver en estos momentos y serviría, de nuevo, para consolidar la playa de Bikinis tal y como hoy se conoce, pero la pérdida de arena

continuaría en La Magdalena y Los Peligros.

Espigones del Balneario

y la isla de la Torre

Propuesta rechazada

Línea de playa

Pérdida

de arena

Espigones

A grandes rasgos, es partir de la opción anterior y posteriormente crear un segundo dique en la isla de la Torre hacia el interior de la Bahía. Esta solución implica que en algunas zonas las playas se puedan consolidar e incluso crecer, pero en otras seguirían menguando y no se evitaría la pérdida progresiva de arena, principalmente en

la parte más occidental del litoral.

Espigón del Balenario

con quiebro al oeste

Propuesta rechazada

Línea de playa

Pérdida

de arena

Espigón

Esta alternativa, que se quedó en el cajón, era similar al proyecto aprobado, pero únicamente con un dique, el ubicado en La Magdalena. De nuevo se consolidan partes de las tres playas, especialmente de Bikinis, pero no se evitaría la progresiva pérdida de arena porque no habría una estructura que hiciera de tope en la entrada a Los Peligros.

Un único espigón sin brazo

y con otro ángulo

Propuesta rechazada

Línea de playa

Pérdida

de arena

Espigón

Similar a la actuación anterior. Sin embargo, en este caso, en lugar de proponer dos elementos para definir el espigón (un tramo sobre el Pantalán y un brazo adicional), se diseña un único elemento de unos 180 metros. A nivel práctico, las consecuencias también habrían sido semejantes. Quizás, incluso, implicaría una mayor reducción de las playas.

Dique exento

en el Balneario

Propuesta rechazada

Línea de playa

Pérdida

de arena

Espigón

Junto a la opción que finalmente salió adelante, fue la otra por la que se consultó a la ciudadanía de Santander como método para estabilizar la arena de La Magdalena y evitar los rellenos anuales. En este caso saldrían beneficiadas Bikinis y La Magdalena, pero en cambio supondría una reducción de la zona seca de Los Peligros. Tendría menos superficie porque, de nuevo, las corrientes no tendrían un tope.

Espigón recto y otro

en el promontorio

Propuesta rechazada

Línea de playa

Espigones

Otra versión similar a la que finalmente se aprobó, pero con algunas deficiencias con respecto a aquella propuesta. El impacto visual de los diques sería prácticamente el mismo y en cambio el efecto sobre el mantenimiento de las playas sería menor. En Los Peligros sólo se evitaría en parte la pérdida de arena durante la época de invierno.

Cambio de alineación del espigón del promontorio

Propuesta rechazada

Línea de playa

Espigones

Con esta alternativa las características de los diques serían muy similares a las del proyecto ‘ganador’, lo que cambiaría sustancialmente es la alineación –el ángulo respecto a la línea de playa– del espigón que partiría del promontorio. Estaría totalmente sobre el nivel del mar y no habría una parte sumergida,

como sí ocurre con la opción que salió adelante.

Las diez alternativas que analizó el Instituto de Hidráulica

Doble

espigón

Propuesta aprobada

Espigón sumergido

Línea de playa

Promontorio

Espigón

La propuesta elegida por el Instituto de Hidráulica contempla la construcción de dos espigones, uno a la altura del balneario de La Magdalena y el segundo cerca del promontorio de San Martín. El primero, con dos brazos (140 metros y otro de 60 en otro ángulo) y, el segundo, de 120 metros y otros 100 sumergidos bajo el mar. La obra, sin embargo, no se llegó a completar y se limitó al primer dique.

Continuación del

espigón de Bikinis

Propuesta rechazada

Pérdida

de arena

Espigón

Línea de playa

Este era el objetivo original del proyecto cuando se construyó este dique hace décadas, completarlo hasta

la isla de la Torre, pero finalmente no se concluyó. Crearía una playa aún más grande en Bikinis y consolidaría en parte la de Peligros. En cambio, supondría una pérdida casi total de arena en la playa de La Magdalena.

La opción se descartó.

Cierre del espigón

del Balneario

Propuesta rechazada

Línea de playa

Pérdida

de arena

Espigón

La propuesta de crear un dique como

el actual y prolongarlo hasta la isla de la Torre también se descartó. El resultado de esta actuación habría sido crear una gran playa –similar a la de La Concha de San Sebastián– en las zonas de Bikinis y la parte que conecta con La Magdalena. En el resto de los arenales la estructura no tendría consecuencias.

Un único espigón

en La Magdalena

Propuesta rechazada

Pérdida

de arena

Línea de playa

Espigón

Esta alternativa supondría crear un dique similar al que ya hubo en el pasado y que partía desde la zona del Balneario. Tendría la misma altura del que se puede ver en estos momentos y serviría, de nuevo, para consolidar la playa de Bikinis tal y como hoy se conoce, pero la pérdida de arena

continuaría en La Magdalena y Los Peligros.

Espigones del Balneario

y la isla de la Torre

Propuesta rechazada

Pérdida

de arena

Línea de playa

Espigones

A grandes rasgos, es partir de la opción anterior y posteriormente crear un segundo dique en la isla de la Torre hacia el interior de la Bahía. Esta solución implica que en algunas zonas las playas se puedan consolidar e incluso crecer, pero en otras seguirían menguando y no se evitaría la pérdida progresiva de arena, principalmente en

la parte más occidental del litoral.

Espigón del Balenario

con quiebro al oeste

Propuesta rechazada

Línea de playa

Pérdida

de arena

Espigón

Esta alternativa, que se quedó en el cajón, era similar al proyecto aprobado, pero únicamente con un dique, el ubicado en La Magdalena. De nuevo se consolidan partes de las tres playas, especialmente de Bikinis, pero no se evitaría la progresiva pérdida de arena porque no habría una estructura que hiciera de tope en la entrada a Los Peligros.

Un único espigón sin brazo

y con otro ángulo

Propuesta rechazada

Pérdida

de arena

Línea de playa

Espigón

Similar a la actuación anterior. Sin embargo, en este caso, en lugar de proponer dos elementos para definir el espigón (un tramo sobre el Pantalán y un brazo adicional), se diseña un único elemento de unos 180 metros. A nivel práctico, las consecuencias también habrían sido semejantes. Quizás, incluso, implicaría una mayor reducción de las playas.

Dique exento

en el Balneario

Propuesta rechazada

Pérdida

de arena

Línea de playa

Espigón

Junto a la opción que finalmente salió adelante, fue la otra por la que se consultó a la ciudadanía de Santander como método para estabilizar la arena de La Magdalena y evitar los rellenos anuales. En este caso saldrían beneficiadas Bikinis y La Magdalena, pero en cambio supondría una reducción de la zona seca de Los Peligros. Tendría menos superficie porque, de nuevo, las corrientes no tendrían un tope.

Espigón recto y otro

en el promontorio

Propuesta rechazada

Línea de playa

Espigones

Otra versión similar a la que finalmente se aprobó, pero con algunas deficiencias con respecto a aquella propuesta. El impacto visual de los diques sería prácticamente el mismo y en cambio el efecto sobre el mantenimiento de las playas sería menor. En Los Peligros sólo se evitaría en parte la pérdida de arena durante la época de invierno.

Cambio de alineación del espigón del promontorio

Propuesta rechazada

Línea de playa

Espigones

Con esta alternativa las características de los diques serían muy similares a las del proyecto ‘ganador’, lo que cambiaría sustancialmente es la alineación –el ángulo respecto a la línea de playa– del espigón que partiría del promontorio. Estaría totalmente sobre el nivel del mar y no habría una parte sumergida,

como sí ocurre con la opción que salió adelante.

Las diez alternativas que analizó el Instituto de Hidráulica

Doble

espigón

Continuación del

espigón de Bikinis

Propuesta aprobada

Propuesta rechazada

Pérdida

de arena

Espigón sumergido

Espigón

Línea de playa

Línea de playa

Promontorio

Espigón

La propuesta elegida por el Instituto de Hidráulica contempla la construcción de dos espigones, uno a la altura del balneario de La Magdalena y el segundo cerca del promontorio de San Martín. El primero, con dos brazos (140 metros y otro de 60 en otro ángulo) y, el segundo, de 120 metros y otros 100 sumergidos bajo el mar. La obra, sin embargo, no se llegó a completar y se limitó al primer dique.

Este era el objetivo original del proyecto cuando se construyó este dique hace décadas, completarlo hasta

la isla de la Torre, pero finalmente no se concluyó. Crearía una playa aún más grande en Bikinis y consolidaría en parte la de Peligros. En cambio, supondría una pérdida casi total de arena en la playa de La Magdalena.

La opción se descartó.

Un único espigón

en La Magdalena

Cierre del espigón

del Balneario

Propuesta rechazada

Propuesta rechazada

Pérdida

de arena

Línea de playa

Pérdida

de arena

Línea de playa

Espigón

Espigón

Esta alternativa supondría crear un dique similar al que ya hubo en el pasado y que partía desde la zona del Balneario. Tendría la misma altura del que se puede ver en estos momentos y serviría, de nuevo, para consolidar la playa de Bikinis tal y como hoy se conoce, pero la pérdida de arena

continuaría en La Magdalena y Los Peligros.

La propuesta de crear un dique como

el actual y prolongarlo hasta la isla de la Torre también se descartó. El resultado de esta actuación habría sido crear una gran playa –similar a la de La Concha de San Sebastián– en las zonas de Bikinis y la parte que conecta con La Magdalena. En el resto de los arenales la estructura no tendría consecuencias.

Espigón del Balenario

con quiebro al oeste

Espigones del Balneario

y la isla de la Torre

Propuesta rechazada

Propuesta rechazada

Pérdida

de arena

Línea de playa

Línea de playa

Pérdida

de arena

Espigones

Espigón

A grandes rasgos, es partir de la opción anterior y posteriormente crear un segundo dique en la isla de la Torre hacia el interior de la Bahía. Esta solución implica que en algunas zonas las playas se puedan consolidar e incluso crecer, pero en otras seguirían menguando y no se evitaría la pérdida progresiva de arena, principalmente en

la parte más occidental del litoral.

Esta alternativa, que se quedó en el cajón, era similar al proyecto aprobado, pero únicamente con un dique, el ubicado en La Magdalena. De nuevo se consolidan partes de las tres playas, especialmente de Bikinis, pero no se evitaría la progresiva pérdida de arena porque no habría una estructura que hiciera de tope en la entrada a Los Peligros.

Dique exento

en el Balneario

Un único espigón sin brazo

y con otro ángulo

Propuesta rechazada

Propuesta rechazada

Pérdida

de arena

Línea de playa

Pérdida

de arena

Línea de playa

Espigón

Espigón

Similar a la actuación anterior. Sin embargo, en este caso, en lugar de proponer dos elementos para definir el espigón (un tramo sobre el Pantalán y un brazo adicional), se diseña un único elemento de unos 180 metros. A nivel práctico, las consecuencias también habrían sido semejantes. Quizás, incluso, implicaría una mayor reducción de las playas.

Junto a la opción que finalmente salió adelante, fue la otra por la que se consultó a la ciudadanía de Santander como método para estabilizar la arena de La Magdalena y evitar los rellenos anuales. En este caso saldrían beneficiadas Bikinis y La Magdalena, pero en cambio supondría una reducción de la zona seca de Los Peligros. Tendría menos superficie porque, de nuevo, las corrientes no tendrían un tope.

Cambio de alineación del espigón del promontorio

Espigón recto y otro

en el promontorio

Propuesta rechazada

Propuesta rechazada

Línea de playa

Línea de playa

Espigones

Espigones

Con esta alternativa las características de los diques serían muy similares a las del proyecto ‘ganador’, lo que cambiaría sustancialmente es la alineación –el ángulo respecto a la línea de playa– del espigón que partiría del promontorio. Estaría totalmente sobre el nivel del mar y no habría una parte sumergida,

como sí ocurre con la opción que salió adelante.

Otra versión similar a la que finalmente se aprobó, pero con algunas deficiencias con respecto a aquella propuesta. El impacto visual de los diques sería prácticamente el mismo y en cambio el efecto sobre el mantenimiento de las playas sería menor. En Los Peligros sólo se evitaría en parte la pérdida de arena durante la época de invierno.

Más difícil todavía

Al espigón le fueron saliendo hasta pequeñas plantas, igual que a los pedruscos abandonados en un esquinazo vallado de la playa, que empezó a mostrar una imagen cada vez peor. Porque pasó la Navidad, la Semana Santa, llegó el verano... Continuó el debate, la tensión política y El Diario publicó un gráfico explicando, según comentaban los expertos, la dinámica del litoral con todo parado. El IH dejó claro que para conseguir el efecto buscado eran necesarios los dos espigones. Que uno solo tendría un efecto limitado. Y que, sin intervención, con todo parado, la playa (sobre todo, Los Peligros) iría menguando de forma acelerada y la arena se movería hacia la zona de Gamazo.

En la playa, no, pero en la discusión política sí que pasaron cosas. Por haber, por el medio, hubo hasta elecciones municipales (mayo de 2019) en las que el PP, para conservar la Alcaldía, se vio obligado a aceptar las condiciones que le puso Ciudadanos, que entró a formar parte del equipo de gobierno. Uno de los puntos calientes –clave– era apoyar la retirada del espigón. O sea, defender lo contrario a lo que habían defendido.

Así llegamos a julio (2019). Si no se han perdido aún, es recomendable un esfuerzo más de atención porque el giro de este mes fue superlativo. Fue casi a la vez. El Pleno del Ayuntamiento de Santander aprobó dos propuestas y las dos incluían pedir la retirada del espigón. La diferencia es que la de PRC y PSOE defendía básicamente eso –quitarlo– y la del PP, eso y volver a activar los rellenos (Cs votó a favor de las dos). O sea, que el Ayuntamiento socilitaba quitar lo que propició construir.

Pero es que la ministra de Medio Ambiente (PSOE) –ahora ministra para la Transición Ecológica– aseguraba en la UIMP unos días antes que la Administración «después de estos meses de paralización y de contraste con distintos expertos y con las instituciones interesadas, lo que ha visto es que la opción de protección viable más razonable es culminar la construcción de los espigones». Que no harían nada sin el visto bueno desde Santander, pero que «lo más razonable» era retomar la obra y acabarla (teniendo en cuenta que en su departamento habían dejado claro que no están por la labor de volver a los rellenos). O sea, que el Ministerio que paró la obra era ahora partidario de acabarla.

Acabó el verano, llegó Navidad, luego Semana Santa... Las vacaciones estivales de 2020 –pasó otro año y nos situamos ya en plena pandemia– fueron en esta zona más que 'de sol y playa', de 'sol y valla'. Con todo empantanado y ya notando los mordiscos de arena. En septiembre, desde las filas socialistas anunciaron que el Ministerio había iniciado el proceso administrativo de retirada. O sea, que lo quitaban.

Pero una cosa es mover papeles y otra piedras. Las únicas que se movieron durante el otoño y el invierno fueron las del talud de Reina Victoria (que arregló el Ayuntamiento) y las de la rampa de acceso a la playa. Ojo, que esa estructura se cayó ya hace más de dos años y allí sigue. Tirada. Con el Ayuntamiento (PP y Cs) diciendo que lo tiene que arreglar Costas según la legislación vigente y el PSOE que lo tiene que arreglar el Ayuntamiento por un acuerdo de 2002 (y que, si ha pasado eso, es por el espigón). Y esa eterna discusión se extiende a mantenimientos en las playas, a rellenos, a La Horadada...

¿Creen que ha acabado? Para nada. Igual que surgió un movimiento vecinal contra el espigón, apareció otro a favor. Primero fueron 'Salvar el Espigón es salvar La Magdalena' y, más tarde, ya como asociación, 'Magdalena Playa' (que insisten en las miles de firmas que han recogido).

Últimos capítulos disponibles. En marzo de 2021 comenzó la retirada de los materiales abandonados que iban a utilizarse para el segundo espigón (dos años y medio después de parar la obra) y al mes siguiente se vieron palas trasladando arena. ¿Se retomaban los rellenos? No. Era un trabajo ceñido únicamente a la zona en la que se retiraron los restos. Y no fue el único movimiento. En mayo hubo otro. También puntual. Había viajado ya tal cantidad de arena en dirección a Gamazo que la Autoridad Portuaria decidió cambiar de sitio 15.000 metros cúbicos de la zona del Marítimo para «recuperar el calado del Muelle del Promontorio con el fin de retomar su operatividad» y «desatascar las bombas de inmersión que el Museo Marítimo tiene en ese muelle». La arena llegaba tan arriba que las atascaba «poniendo en peligro la supervivencia de la fauna acuática» –aseguraron desde el Puerto– que alberga el centro.

Fue hace casi dos años. Última acción sobre el terreno –que ha retrasado un tanto los cálculos de los expertos sobre la vida de la playa–. Dos años de ese movimiento y camino de cinco desde que se paró la obra. En enero salió a información pública el proyecto para retirar el dique que sí se hizo. De momento, ya está confirmado que empezará 'vivo' una nueva legislatura.

O sea, que hay –seguro– una próxima temporada de la serie.

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