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El gran dispositivo puesto en marcha por la Policia Nacional y la Policia Local de Santander para evitar que se repitieran los graves disturbios ocurridos en la noche del viernes ha servido para no repetir las violentas escenas de la jornada anterior, pero eso ... no quiere decir que este sábado no se hayan producido incidentes.
No han volado piedras y botellas contra la fuerza pública ni los agentes han tenido que responder con cargas a los violentos, pero se han producido multitud de pequeños incidentes por otras zonas de la capital. Sobre todo, la quema de contenedores que también se vio 24 horas atrás. También algunas calles rociadas con aceite que han causado la caída de algunas motos.
A medianoche, el paisaje de la ciudad estaba completamente desierto de caminantes, aunque a esa hora continuaban las patrullas policiales, especialmente en el Ayuntamiento, epicentro de los disturbios en la jornada anterior.
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En ese punto, había sido convocada una concentración a las 18.00 horas, a través de redes sociales, para protestar contra el toque de queda, pero no se detectaron participantes ni incidentes.
Una segunda concentración, en ese mismo punto pero a las 23.00 horas, sí generó tensión. Los agentes allí congregados observaron a medio centenar de jóvenes que mostraban «signos evidentes» de que se planteaban acometerles, pero, finalmente, no llegaron a hacerlo y se dispersaron ante la primera muestra de reacción de los policías.
En la dispersión, estos jóvenes quemaron contenedores y papeleras, que fueron inmediatamente apagados por los bomberos. En otros puntos de la ciudad también prendieron en llamas más contenedores.
Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía procedieron entonces a la detención de tres jóvenes, uno de ellos menor, por el incendio de uno de los contenedores, resultando herido leve uno de los policías nacionales que participó en las detenciones, que se suma de esta manera a los otros cinco compañeros heridos el viernes.
También la Policia Local de Santander detuvo a un cuarto joven, que es reconocido como uno de los agresores a policías de la UPR en la noche del viernes.
Con posterioridad, a las 03.00 horas de la madrugada, se procedió a la detención de otro implicado en los sucesos del día anterior.
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La noche del sábado se saldó de esta manera con cinco detenidos, tres españoles y dos extranjeros, uno de ellos menor, que se suman a los otros ocho detenidos durante la noche del viernes. Actualmentese se ha iniciado la instrucción de diligencias en la Jefatura Superior de Policía Nacional, donde permanecen los detenidos hasta su puesta a disposición judicial.
Además, también se interpusieron 15 denuncias por incumplir las restricciones de movilidad nocturna.
Como refuerzo de la Policía Nacional y la Local, se trasladaron desde el País Vasco a Santander agentes antidisturbios pertenecientes a la Unidad de Intervención Policial (UIP), que continuarán varios días más en Cantabria para reforzar los dispositivos de seguridad que coordina la Policia Nacional.
Si la noche del sábado estuvo caracterizada por una tensa calma, la del viernes estuvo marcada por altercados de entidad: el centro de Santander fue escenario de graves disturbios provocados por grupos de jóvenes, organizados por las redes sociales, que protestaban por las restricciones del toque de queda y las medidas impuestas por el Gobierno cántabro y el nacional y acabaron enfrentándose violentamente a la Policía. Ocho detenidos y cinco policías heridos fue el saldo de estos altercados del viernes.
Entre los detenidos por estos hechos está un joven que realizó en redes sociales una llamada a la participación en la «revolución» convocada anoche en Santander, un individuo encapuchado que muestra dos espadas y lanza un discurso de odio e incitación a la violencia mezclado con incoherentes mensajes de crítica política.
Los incidentes más graves se produjeron en la plaza del Ayuntamiento, donde al menos 150 jóvenes, bajo gritos de «¡libertad!», se encararon contra la Policía Nacional. Estas personas habían acudido a una concentración convocada a las once de la noche en ese punto a través de las redes sociales contra las medidas impuestas a raíz del estado de alarma. Estaban perfectamente organizados, según fuentes policiales. Los incidentes se desencadenaron cuando la Policía les conminó a abandonar la zona y a dirigirse a sus domicilios, ya que se acercaba la hora en que daba comienzo el toque de queda.
El ambiente se caldeó de tal manera que algunos de los manifestantes arrojaron bengalas ardiendo a los agentes, piedras, botellas, adoquines que arrancaban del suelo... También cortaron la carretera tirando contenedores y causaron daños en mobiliario urbano y en algún vehículo. Llegaron a lanzar un monopatín contra una de las patrullas, que acabó con la luna reventada. Hubo carga policial contra los más violentos, provocando escenas que mantuvieron en vilo a los ciudadanos del centro.
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Los vídeos de lo ocurrido no tardaron en correr por las redes sociales. Los altercados se fueron desencadenando en distintas calles, a las que corrían los concentrados en la Plaza del Ayuntamiento, sumándose más personas a la turba. Al final hubo ocho detenidos por desórdenes públicos, daños y atentado a la autoridad. Son siete varones y una mujer, todos muy jóvenes y de nacionalidad española. Entre ellos hay dos menores de edad. Siete de ellos fueron detenidos por la Policía Nacional y el otro, por la Local.
El Ayuntamiento de Santander hizo en la mediodía del sábado un recuento de daños materiales registrados en la ciudad por lo ocurrido en la noche del viernes. Se han contabilizado cinco contenedores quemados en las siguientes calles: Santa Clara de residuos sólidos urbanos, y en el Arrabal, un punto completo de dos contenedores de sólidos urbanos, de envases y de cartón,
También se encontraron cinco papeleras destrozadas en Isabel II y otros puntos del centro en los que se han arrancado las tapas. Y contenedores volcados en la calle Ruamayor (de residuos sólidos urbanos y de vidrio) y en Isabel II de vidrio.
El balance de policías heridos fue creciendo a medida que se conocieron más datos de lo ocurrido. Constan cinco, todos de carácter leve. Cuatro son agentes de la Policía Nacional -uno recibió un botellazo en la cabeza, en principio sin gravedad-, y otro policía local también acabó lesionado al ir a detener a uno de los implicados.
A uno de los manifestantes se le intervinieron diez tracas y nueve petardos «de los gordos», según fuentes policiales, arsenal de artefactos pirotécnicos que llevan a plantear que se podría estar preparando una batalla campal, en consonancia con lo ocurrido en otras ciudades españolas.
En la noche del viernes también se vieron arder contenedores de basura (en el entorno del Río de la Pila, en la calle Santa Clara...) y destrozos en el mobiliario urbano de varios puntos de la ciudad.
Durante los disturbios se intervinieron objetos utilizados como armas arrojadizas, como el monopatín lanzado contra la patrulla, una piedra del tamaño de un balón que habrían arrojado contra los agentes y material pirotécnico. Además de las detenciones, se realizaron 18 propuestas de sanción por incumplimiento de las medidas de restricción de libertad de circulación establecidas por el Estado de Alarma.
La alcaldesa de Santander, Gema Igual, aseguró este sábado que los disturbios provocados el viernes en la ciudad durante las protestas contra las medidas decretadas frente al coronavirus «no representan a la ciudad» y ha pedido que «no se vuelvan a repetir».
«Me da verdadera pena y tristeza». «No reconozco a la ciudad de Santander en esas imágenes», sentenció la regidora en un vídeo que ha difundido en las redes sociales, que les ofrecemos aquí.
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Por su parte, el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, pidió una «masiva repulsa ciudadana» ante los disturbios y expresó «todo el apoyo» a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
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También la delegada del Gobierno en Cantabria, Ainoa Quiñones, condenó lo ocurrido en la noche del viernes en la capital y quiso realizar «una llamada a la calma», además de poner en valor el «gran trabajo» de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
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Por su parte,en Torrelavega unas doscientas personas, en su mayoría del sector de la hostelería, cortaron el tráfico y recorrieron las calles en la noche del viernes con una gran pancarta y al grito de «¡Libertad!» y «¡Queremos trabajar!». Varias patrullas policiales controlaron esta protesta, que se desarrolló de forma pacífica y se disolvió sin incidentes.
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