Borrar
Sergio Bermejo columpia a sus hijos en Las Llamas. Roberto Ruiz
La diversión vuelve a los parques

La diversión vuelve a los parques

Los espacios infantiles de Mataleñas, Las Llamas, Jardines de Pereda y La Magdalena se han reabierto al público después de tres meses clausurados

Pedro Fomperosa

Santander

Martes, 23 de junio 2020, 07:08

Unos suben al tobogán, otros bajan por él. Unos se balancean en los columpios, otros esperan turno. Los niños de Santander ya juegan en los parques. «Mis hijos se habían olvidados de lo bien que se lo pasaban aquí, lo están disfrutando mucho», indica José Manuel Franco mientras señala a sus hijos correteando entre obstáculos. En Las Llamas el vacío, las cintas rojiblancas y el silencio han dado paso a los gritos, los chirridos de los columpios y los bancos ocupados por padres.

Esta 'nueva normalidad', que se parece a la antigua, incluye algunas novedades: niños con mascarilla y sin ella, bicicletas y patinetes por doquier y fuentes inutilizadas. Ahora los niños aparcan las bicis, que les han acompañado desde el 26 de abril, cuando se les permitió dar los paseos diarios de una hora. Desde entonces han pasado casi dos meses: «Cuando empezamos a pasear volvieron a recordar lo bien que se lo pasaban en los parques y no han dejado de preguntar cuándo podríamos volver», comenta José Manuel.

Y mientras las actividades económicas se reactivaban, los espacios de recreo gratuito esperaban. Primero abrieron las playas y semanas más tarde lo han hecho cuatro parques infantiles.

No ha sido hasta la llegada del verano y el cierre del curso educativo cuando han reabierto los columpios y toboganes. Como primer paso, el Ayuntamiento de Santander ha decidido abrir cuatro de los parques más grandes: Mataleñas, Las Llamas, La Magdalena o los Jardines de Pereda. Mientras tanto, los demás permanecen precintados.

Roberto Ruiz
Imagen principal - La diversión vuelve a los parques
Imagen secundaria 1 - La diversión vuelve a los parques
Imagen secundaria 2 - La diversión vuelve a los parques

Con la reapertura de los parques, el Consistorio santanderino obliga a llevar mascarilla a los padres y los niños mayores de seis años. Algo que este lunes no se cumplía del todo. Algunos padres pensaban que su uso simplemente era «recomendado». No lo usaban ellos y no se lo hacían poner a sus hijos. Mientras tanto, otros padres, como Sergio Bermejo, y sus hijos de cuatro y ocho años, sí cumplían con la medida aunque para el menor no es obligatoria: «Nuestros hijos se han acostumbrado a llevarla y no supone un problema». La nueva situación también pone a los padres ante la decisión del distanciamiento entre los niños. Sergio Bermejo no les deja jugar con niños desconocidos: «Todavía nos preocupa que tengan contacto con otros niños aunque la situación haya mejorado». En este sentido, el Ayuntamiento invita a que se mantenga la distancia entre los pequeños. Mientras tanto, algunos padres han apostado por una socialización progresiva primero «con otros niños de la familia», como han decidido Sergio Bermejo y su pareja, y después con «niños de la urbanización», como decidieron José Manuel Franco y su compañera.

A los parques también han vuelto los abuelos. José Ramón Fernández llevó a su nieto ayer al parque ya que «sus padres están trabajando». Así que ahora irán «todas las mañanas, que para eso están de vacaciones, para jugar y divertirse», asegura.

La asistencia no fue masiva. En esto ayudó el buen tiempo y que las playas ya estén abiertas. Unos veinte niños en Las Llamas a mediodía, otros quince en La Magdalena una hora más tarde y menos de diez en los Jardines de Pereda a las 14.00 horas. Mientras tanto, el sol pegaba de lleno en las estructuras y el calor del corcho del suelo se dejaba notar en las suelas de los zapatos.

Fuentes sin agua

El verano se ha presentado con todas sus cartas: más de veinte grados y un cielo despejado, por lo que hidratarse es más necesario que antes. En esta situación, las fuentes municipales no funcionan. «Así se evita que todos toquemos el botón, pero también nos obliga a traer las botellas de casa», afirma Sandra Álvarez, madre de una niña. A otros, como José Ramón Fernández, les gustaría que estuvieran operativas ya que ellos evitan tocarse la cara y «nos lavamos las manos siempre al entrar en casa».

El higiene y el distanciamiento siguen en el primer puesto de las prioridades políticas. Mientras tanto, la 'nueva normalidad' y el verano hacen que algunas de las medidas hayan empezado a revertirse. Es el caso de los botones para los peatones en los semáforos, que ya se están poniendo en funcionamiento. Este puede ser un avance de que las fuentes públicas volverán a funcionar. Hasta entonces, los niños deberán llevar sus propias botellas.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes La diversión vuelve a los parques