Las doce salas de la cadena Unión Cine Ciudad del centro comercial Peñacastillo cierran sus puertas

Quien pretendió ayer reservar su entrada vía internet, no pudo hacerlo. Y el cierre se consumó sin que fuera notificado públicamente por parte de la cadena. Por la mañana, incluso, responsables de Unión Cine Ciudad, con sede en Sevilla, ni confirmaron ni negaron la despedida de las veteranas salas de Santander a consultas de este periódico.

Justo semanas antes de la pandemia, los cines de Peñacastillo anunciaban el proyecto de una reforma de sus instalaciones que nunca llegó a ejecutarse.

Los efectos de la pandemia siguen siendo letales para algunos sectores. El de la exhibición cinematográfica es uno de los más castigados. La reincorporación y reapertura de salas ha sido gradual e irregular en todas las capitales; además, el número de sesiones reducidas debido, sobre todo, a las restricciones de horarios y, finalmente, una distribución de películas muy dañada, han sido factores que han acompañado a los cines en el último año. A ello hay que sumar un regreso ralentizado de los espectadores a las salas, como han ratificado las estadísticas.

Tras concluir el confinamiento en la primavera de 2020, la sala santanderina Los Ángeles, primero, y la cadena Cinesa, después, reabrían sus puertas. Los cines de Peñacastillo precisamente no regresaron hasta final de año, el 4 de diciembre.

En este 2021, cuando la incidencia del coronavirus volvió a provocar restricciones, las salas volvían a cerrar a mediados de enero tras una irregular campaña navideña. Ya a finales de marzo se reanudaban las proyecciones.

En abril, paradójicamente, la cartelera se reavivaba con un hecho insólito en esta época, la suma de nueve salas de la cadena nacional Ocine Premium, franquicia que abrió en el nuevo centro comercial Bahía Real de Camargo una oferta con más de mil butacas. Así, la competencia ha sido otra de los factores que ha precipitado este cierre de los cines UCC Peñacastillo, que se inauguraron en el año 2000. Contaban con doce salas y una capacidad de 1.817 butacas. Para celebrar el veinte aniversario la firma, que cuenta con salas en distintas ciudades, anunció esa renovación de las instalaciones que afectaría, fundamentalmente, al rediseño de las butacas y a la zona de acceso al vestíbulo. Pero la epidemia impidió que se ejecutaran las anunciadas obras, cuya fecha de inicio estaba prevista hace justamente un año.

El cierre de Peñacastillo se une ahora al de los dos cines Groucho, las únicas salas comerciales que quedaban en el centro de Santander, a excepción del caso de Los Ángeles que mantiene una programación más exigua pero coherente, reforzada con colaboraciones temporales y parciales.

De esta manera, Santander y su entorno quedan a partir de ahora con una oferta en lo comercial de veintidós salas. Cifra a la que habría que sumar la pantalla de la Filmoteca.

Las restricciones en cuanto aforo y movilidad o la lenta recuperación del ocio asociado al cine han sido claves en los cierres de salas, en este caso afectadas por una falta de competitividad. Las salas arrastran una sangría importante de espectadores desde que estalló la crisis del coronavirus. Primero con el confinamiento total y después con las severas restricciones sanitarias para frenar la expansión del virus, el número de personas que acuden a ver películas en pantalla grande no ha hecho más que descender. En 2019 fueron 105 millones los ciudadanos que fueron al cine, el mejor dato de la década, mientras que 2020 se cerraba con 28,2. En consecuencia, a nivel estatal, esa bajada se tradujo en unas pérdidas en taquilla de 446 millones comparado con el ejercicio anterior, lo que supuso un descenso del 72%. En total, las salas de cine acabaron el año con 169,7 millones de euros de recaudación.