

Secciones
Servicios
Destacamos
«Son dos mujeres jóvenes, de entre 30 y 40 años, y una de ellas tiene un ojo de cristal. Las vemos tantas veces merodeando ... por la zona que ya casi nos sabemos hasta su número de pie». Desde hace mes y medio, los comerciantes del centro de Santander están sufriendo una oleada de hurtos por parte de una pareja de delincuentes que aprovecha que los responsables de las tiendas están atendiendo a clientes para asomarse a la puerta y llevarse lo primero que pillan del escaparate. No hacen ascos a nada, lo mismo se llevan perfumes, como productos de higiene personal, ropa o sobaos. «Nosotros llegamos a pegar un cesto en el escaparate, para que no se lo llevaran, pero ni con esas, arrancaron hasta el mantel», señala Amparo Salmón, propietaria de la compañía La Ermita, con tienda en la calle Jesús de Monasterio. Es uno de los establecimientos que ha interpuesto una denuncia por los «repetidos» hurtos que han sufrido.
Da igual que sea de día, que haya mucho movimiento en la calle, la pareja actúa sin miedo a que las vean. Tal es su desparpajo que incluso gritan a los comerciantes que las vigilan. «Después de que me hayan robado varias veces, aquí tienen prohibida la entrada. A veces, cuando las veo pasar, me recriminan que las mire y me dicen en tono elevado 'que no vamos a entrar, boba'», señala una comerciante que, por miedo, prefiere nos desvelar su nombre ni el del establecimiento. Ella también ha puesto una denuncia. «La última vez me enteré de que me robaron porque se presentó la policía en la tienda con nuestros productos después de haberlas interceptado. Fueron los agentes los que me animaron a denunciar, pero el problema es la ley».
Anónima
Comerciante del centro de Santander
Y es que cuando lo que se llevan no tiene un valor superior a los 400 euros se considera hurto leve y no hurto, por lo que el 'castigo' es menor y la sanción «ridícula». «Como se saben la ley de memoria conocen hasta donde pueden coger, además de que se declaran insolventes y no llegan a pagar la sanción ni a entrar en la cárcel. Pero los comerciantes no podemos seguir así. Necesitamos más presencia policial, que nos hagan caso y que se cambie la ley porque lo pasamos fatal», explica Agustín Ordejón, gerente de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo de Santander, que este lunes ha mandado una nota a los medios de comunicación para denunciar públicamente los reiterados hurtos que están padeciendo. «Es una sangría constante que está causando numerosas pérdidas económicas al pequeño comercio, a negocios ubicados entre Numancia y Puertochico», añade.
Cuando este periódico se pone en contacto con Andrea Posada, otra de las comerciantes del centro afectada por la oleada de hurtos, señala que en ese preciso momento -11.30 horas de este lunes- las está viendo. «Ya están por aquí. Una de ellas es muy delgada, va con un bolso grande y una chaqueta en la mano. Estamos hartos. Es lo mismo todos los días. La están liando siempre por aquí. Que nos ayuden, por favor».
Andrea Posada
Comerciante del centro de Santander
La Asociación Casco Viejo es exigente con las autoridades, a quienes piden que pongan remedio «al grave perjuicio que esto supone para el pequeño comercio que, con gran sacrificio, mantienen sus negocios».
El comunicado señala que son «muchos» los comerciantes que conocen a estas dos mujeres que, cuando los dependientes están atendiendo a sus clientes, «aprovechan para entrar y coger los artículos que hay en el escaparate o estanterías próximas a la entrada y salir huyendo».
Ese parece ser el modus operandi de esta pareja. Entrar silenciosamente, robar y echar a correr. «Cuando nos damos cuenta llamamos a los agentes, pero vienen, las buscan y ellas, como saben dónde esconderse –a veces en portales– no las encuentran. Entonces van a casa, dejan las cosas robadas y vuelven a por más», señala Posada, cuyo negocio está ubicado al lado de una cafetería con terraza. Pero ni con esas, el hecho de que pueda haber testigos no las preocupa. «Por eso pedimos más vigilancia en las calles. Los comerciantes no nos sentimos seguros, tenemos miedo y eso que estamos en pleno centro de Santander», añade.
El gerente de la asociación ha explicado a este periódico que los 135 comercios que la forman, entre los que hay establecimientos de la calle Arrabal, Hernán Cortés, Numancia, calle Burgos, Puertochico o Jesús de Monasterios, ya están al tanto de los hechos. «Les hemos pasado a todos la nota, sobre todo a los que están más céntricos, para estar prevenidos y atentos a estas mujeres que en solo mes y medio han cometido más de seis robos en nuestros locales».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias seleccionadas
Ana del Castillo
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.