La Duna de Zaera, cerrada por reforma

Es decir, desde el Ayuntamiento no aclaran si se ejecutará una renovación integral de este paseo de diseño con un graderío escalonado frente a la bahía. Esto, a pesar de que los vecinos creen que es lo más «necesario». Unos vecinos que ya se han quejado en más ocasiones del «mal aspecto» que presenta una de las zonas más turísticas de la ciudad. Ya en 2018, criticaron públicamente su estado. Entonces ya se aclaró que la responsabilidad de arreglar los desperfectos correspondía al Ayuntamiento, que detalló que desde la inauguración de la Duna en 2014 se habían acometido diversas reparaciones en las tablas de madera sintética. También se realizaron actuaciones a cargo de talleres municipales, ajustando y colocando tablas nuevas.

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Ahora, la situación es similar. «Aquí venimos a diario precisamente por lo espectacular que es esta zona. Con nuestros perros o simplemente a dar un paseo. Es una pena y más cuando traes a alguien que no es de aquí y que lógicamente se sorprende», apuntaba Luis Ortega, vecino de Santander, que frecuenta la zona de Gamazo «prácticamente a diario». De hecho, allí se encontraba el miércoles. «Esto lleva vallado varios días. La verdad que da rabia que no se pueda disfrutar en un día tan bueno. Aunque si está cerrado, será por algo. Mejor no arriesgarse». Una opinión muy similar a la de Nacho, otro paseante habitual, que no logra entender por qué una infraestructura como la Duna puede encontrase en ese estado. Y es que, fueron las propias autoridades las que comentaron que la apertura al público de la Duna y el Dique de Gamazo suponía «un momento histórico». «La ciudad cambió completamente. Esta parte en concreto. Y que lo dejemos así, por desidia, o no sé por qué será... No se entiende», añade el vecino.

El pasado noviembre, cuando este periódico hizo un recorrido por este espacio, también cuestionó al Ayuntamiento acerca de futuras intervenciones y no aportaron más detalles. Y es que ya entonces, pasear por la grada escalonada suponía «un peligro», tal y como comentaron los propios vecinos.

Y más en un día de lluvia, muy habitual en Santander. Algunas maderas están rotas, pero el riesgo de otras es que, al pisarlas, se hunden. Una situación muy parecida hay en la infraestructura sobre la que se encuentra la 'Paloma de la paz', escultura instalada como homenaje al marino santanderino Vital Alsar. Así, en vista de la decisión que tomen las administraciones implicadas, se sabrá si se rehabilita este espacio y recupera su «esplendor».