Secciones
Servicios
Destacamos
El pasado miércoles dimitió la concejala de Cultura, Deporte y Transparencia del Ayuntamiento de Santander, María Luisa Sanjuán, y su decisión (por esos socorridos «motivos personales») no causó excesiva sorpresa en el entorno municipal: era evidente que la edil tenía poca red alrededor (trabajaba en un equipo de rivales políticos) y que ni siquiera mantenía una relación estrecha con Javier Ceruti, su compañero de partido (Ciudadanos). Aunque él se refiera a esa circunstancia como una «leyenda urbana», todo el mundo -incluso funcionarios- sabía de esa distancia.
Ciudadanos apenas recurrió a Sanjuán en la campaña electoral. Casi todo el protagonismo recayó en el cabeza de cartel, quien levantaba expectación por dos motivos: es un abogado que tuvo protagonismo en los circuitos de la defensa del medio ambiente, la cultura y el patrimonio de la ciudad que, además, parecía perfecto para contrarrestar el papelón jugado en la anterior legislatura (2015-2019) por David González y Cora Vielva, dos absolutos desconocidos en Santander que llegaron a tener un sitio en la Corporación gracias a la oleada de entusiasmo que desató en España un 'nuevo político' como Albert Rivera.
Pero González y Vielva le salieron rana a Cs: desde el primer día apoyaron al PP, así que en 2019 el reto para el partido era apartarse de esa imagen de muleta de los populares. En la práctica, resulta difícil ya que se hicieron socios de gobierno. Aunque esta sociedad es vista por algunos como su mayor logro hasta el momento, toda vez que Ciudadanos se hizo con áreas suculentas de gestión en Santander. Ceruti se quedó con Urbanismo (y el nuevo Plan General), con Innovación y Contratación. Y Sanjuán cogió Cultura, Deporte y Transparencia y ha sido segunda teniente de alcalde, solo por detrás del todopoderoso César Díaz (PP).
Pronto fue evidente que los dos concejales iban cada uno por su lado. Dicen fuentes de la formación que, cuando se convirtieron en tándem se conocían lo justo. Fue el partido el que armó la candidatura electoral (en el que ella tenía responsabilidades orgánicas y llevaba más tiempo que él) y se alude al hecho de que les ha podido pasar factura haber tenido que debutar en un avispero como el ayuntamiento más grande de Cantabria sin tener experiencia previa en gestión municipal. Ceruti supo rodearse desde el minuto uno de una camarilla de fieles de la que Sanjuán «se autoexcluyó o quedó excluida» y en ese círculo de feligreses estuvo desde el principio Felipe Pérez Manso, número tres de la lista municipal, a quien se contrató como director general de Innovación. En breve, Manso se convertirá en el segundo edil de Ciudadanos.
Sanjuán, por su parte, fichó a un peso pesado de la cultura santanderina como Enrique Bolado en calidad de director general de Cultura y le dejó hacer. En el IMD (Instituto Municipal de Deportes), el partido colocó a Fortunato Díaz Porras, un experto en seguros al que nadie reconocía labor en el ámbito deportivo. Su forzada salida de la empresa pública hace poco al trascender que un club que recibe subvención del organismo había colocado a un familiar suyo ha sido, para algunos, la gota que habría colmado a la concejala, obligada a buscar otro director apenas ocho meses de haber empezado a apoyarse en Díaz Porras.
A esto se añade que Ceruti se ha hecho un hueco en el imaginario santanderino desde la portavocía del equipo de gobierno, cargo que usa sin complejos para poner en tesituras incómodas al PP. Sanjuán, por el contrario, quedó absolutamente eclipsada por la alcaldesa Gema Igual, que ha redoblado esfuerzos para estar en todas las convocatorias culturales, con lo que la edil se desdibujaba un acto tras otro.
En parte por este motivo (su escasísima visibilidad) la oposición se cebó con la ya exconcejala a la hora de calificar su gestión para la que se usaron palabras como «inadvertida» o «irrelevante». También se le achacó falta de conocimiento de sus áreas y ausencia de proyecto. El día que Sanjuán dimitió, ni Ceruti se deshizo en elogios ni el comunicado oficial pasó de frío y parco. Ni una voz de Ciudadanos se ha pronunciado en público a su favor. Ni siquiera Javier Fernández Soberón, líder de Ciudadanos en Cantabria, que declinó la invitación de este periódico a pronunciarse diciendo que habría que preguntar al «departamento de acción institucional, que es el área del partido para los cargos institucionales».
Todo lo cual no ha impedido que María Luisa Sanjuán se haya marchado del Consistorio pidiendo «generosidad y acuerdos», así como «otras formas de hacer política». Quién sabe si estas peticiones tienen doble o triple lectura, porque se ha ido tan en silencio como llegó.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.