La educación como arma para la igualdad

Todas ellas coincidieron en que la educación es el arma para llegar a la libertad que conduce a la igualdad. En este sentido, Fuente consideró que esa igualdad va unida a la libertad económica, «que es algo que te aporta la educación. Debemos ser conscientes de que si invertimos en educación, daremos libertad a las niñas». Y añadió que «las estadísticas no son muy positivas. En 2020, en Cantabria había 94.457 niños en educación inferior a la universitaria. De esos, en altas capacidades había un 0,21% identificados (195 niños) y de esta cifra, el 30% eran chicas. En conclusión, solo 65 niñas en toda la región estaban identificadas como de alta capacidad». Por ello, consideró que «siento que hay un techo de cristal, un agravio comparativo. Y este 30% se da en toda España, no solo en Cantabria. Habría que ver cómo se llega a esta detección».

Para Iparraguirre, el camino para la libertad de las mujeres se inició en 1910, «cuando tuvimos acceso a la educación». Agregó que para ella, «cuando puedo sentir y expresarme, es cuando siento la libertad», además de dejar claro que «el 8M es todos los días del año y hay que trabajar todos los días por ello».

Conquero quiso hablar «de los conceptos que nos constriñen y que nos hacen sentir una falsa sensación de libertad. Se habla de avances, pero en realidad, la sociedad constantemente nos dice qué debemos hacer». Desde su experiencia como escritora, habló de la ficción, «que he tratado a través de los libros y el cine. También en este campo hay mucho por hacer. En la mayoría de las películas, los protagonistas son hombres y las mujeres son relegadas a un segundo plano, como novias, madres...». Pero por si eso no fuera poco, resaltó, «además, a partir de cierta edad, se olvidan de las mujeres o se nos dan papeles como el de la madre de la novia. y esto, al final, es interiorizado por todos, hombres y mujeres».

Gema Igual puso su punto de mira en «la libertad exigida». Desde su punto de vista, la igualdad «es poder elegir lo que yo realmente quiero, no lo que me impone la moda o una tendencia determinada. La libertad es poder elegir aunque no se esté a la moda». La alcaldesa puso un ejemplo: «si yo me tiño, recibo uno u otro comentario. ¿Por qué no puedo elegir cómo quiero llevar mi pelo? Muchas veces, la crítica fácil nos puede desvirtuar en esa elección de lo que de verdad queremos».

En cuanto al reparto de tareas o roles, Igual compartió un pensamiento del resto de las participantes: «Lo que importa no es si hay cosas de chicos o de chicas, sino que haya un reparto igualitario a la hora de una responsabilidad o tarea. Y no siempre ese reparto tiene que ser al 50%. Depende de cada situación».

En este sentido, Iparraguirre también destacó que la corresponsabilidad «se debe otorgar a las familias. En su seno es dónde se tiene que desarrollar y de la manera que cada uno considere».

Preguntadas por la moderadora, las participantes hablaron de cómo veían el avance en la sociedad en términos de igualdad a través de sus propias hijas. Así, Fuente indicó que ella observa «una gran evolución en la educación. Lo digo porque ninguna de mis hijas se plantea que no tengan la oportunidad de estudiar o ser lo que ellas desean», punto en el que coincidió el resto.