Empiezan a funcionar las tuberías de General Dávila con quejas entre los vecinos

«Están bastante molestos porque algunos portales se han quedado sin agua estos días», reconoce Emilio Pérez, presidente de la Asociación de Vecinos La Encina-Los Ríos, que es quien trata de calmar los ánimos y explicar la situación a quienes viven, por ejemplo, en la calle Junco que se han visto afectados por los problemas en las tuberías. No obstante, las quejas no son una novedad. Es más, «se han intensificado en las últimas semanas», denunció el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de la ciudad, Daniel Fernández, que también recibió las protestas de los vecinos que le trasladaron la existencia de «roturas de tuberías e insuficiencia en la presión de agua». Un punto que, precisamente, pretendía solucionar el plan de renovación de la red de abastecimiento que ha llevado a cabo el Consistorio a lo largo del año. Ocurre que, una vez terminadas las actuaciones, poner en funcionamiento el nuevo sistema puede provocar «fugas, roturas o incidencias» en las conducciones, explican desde el equipo municipal.

¿A qué se deben esas averías? Al cambio de presión. Las tuberías secundarias que hasta ahora estaban sometidas a niveles muy bajos -es lo que se pretende solucionar-, a partir de ahora multiplicarán esa tensión y llegarán «hasta los 4 kilos», añade el Ayuntamiento. Y la apertura del agua ha provocado, efectivamente, incidencias. Así, incluso ha hecho falta retrasar algunos pasos de la planificación prevista. La primera fase se puso en funcionamiento el pasado 18 de julio con «total normalidad» y afectó a las calles General Dávila (portales 26, 17, 19, 23, 27, 29, 31, 28, 30, 32, 34, 36, 38, 42, 44) y La Barraca (portales 1 y 3).

No obstante, la segunda fase que comenzó el 31 de julio sí tuvo que paralizarse por «la necesidad de mejora de un tramo de tubería en la calle Bajada de la Encina», indican desde el Consistorio. Una renovación que se espera acabar en los próximos 15 días, pero que ha obligado a cambiar el orden de la organización. Por eso este miércoles comenzó la puesta en marcha de la fase número cinco -afecta a las calles Benidorm (1 al 8), Fernando de los Ríos (8 al 13) y Trasmiera (6)- que, según la previsión, terminará también a lo largo de la semana que viene. Y a partir de ahí continuarán con el resto de pasos aunque no se han dado fechas de cada uno de ellos.

En cuanto a los números. La actuación afecta a 3.700 viviendas ubicadas entre la calle Universidad y la Plaza del Alto de Miranda, en las cuales residen 9.300 personas. En total, se trata de un ámbito de actuación de 343.000 metros cuadrados. Por eso la alcaldesa de Santander, Gema Igual, siempre ha insistido en que se trata de un proyecto «muy importante» para mejorar la presión de miles de hogares de manera que puedan prescindir de los grupos de presión particulares que tienen la mayoría de ellos.

La intervención abarca un área urbana con edificios de gran altura y el abastecimiento del agua se llevaba a cabo mediante unas tuberías antiguas de hierro fundido de un diámetro de 350 mm desde el depósito de Avellano. Eso impedía que un gran número de inmuebles pudiera conectarse directamente a la red de distribución por insuficiencia en la presión. Se trata de una «mejora fundamental» para los santanderinos. No obstante, dada la envergadura y complejidad de la actuación, se desarrolla en varias fases -la última ha supuesto una inversión de más de un millón de euros-, cuya planificación puede cambiar en función de las necesidades que se detecten.

El Ayuntamiento presentó el proyecto de mejora de la red a la convocatoria para la selección de estrategias de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (DUSI), con una inversión de 8 millones de euros, de los cuales el 48,5% se financiará con fondos europeos. Es decir, 3,9 millones.