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Van algo más lento de lo esperado porque se están encontrando con un terreno muy duro, que les obliga a emplearse a fondo para sacar los hallazgos. Pero los arqueólogos que trabajan en la calle de Los Azogues, pegada a la catedral, están haciendo descubrimientos ... interesantes. Los profesionales llevan desde febrero en la zona: primero investigaron los posibles restos en la calle Somorrostro (junto al edificio de Correos) y ahora excavan ya la necrópolis medieval que tenían localizada en Los Azogues desde el año pasado. Allí se han topado con un tramo de muro «que podría haber formado parte del castillo medieval», anterior al construido en el mismo sitio en el siglo XVI, señala Lino Mantecón, uno de los dos profesionales que está llevando a cabo el estudio por encargo del Ayuntamiento.
La pared en cuestión mide unos 3,60 metros de ancho y está realizado en mampostería y relleno de cal. Está por estudiar con más detenimiento todo lo que le rodea, pero 'a priori' se cree que es parte del castillo original del lugar, del que hasta ahora no se habían encontrado vestigios.
Mantecón indica que aunque por el momento sólo se han dedicado a las capas más superficiales, se han estudiado ya unas 18 sepulturas. Se trata de un área de «una densidad enorme» de restos humanos. «No están completos», explica, «porque les han afectado obras a lo largo de los años para meter tuberías y servicios y otras excavaciones». Entre ellos han localizado «tres o cuatro niños y un bebé».
La zona contabiliza tantos enterramientos (apenas hay quince centímetros de separación entre una capa y la siguiente) porque en la Edad Media era muy habitual elegir los lugares preferentes de las iglesias, «sobre todo cerca de los altares». Los expertos creen que están operando en el cementerio primitivo del lugar, sobre el cual se construyó la iglesia gótica. Sobre ésta, más adelante, se elevó la catedral.
Además de las sepulturas, que son de ataúd, se están sacando los alfileres que se usaban para atar los sudarios. Son de bronce, pequeños y con una cabeza redondeada. «Algunos de los huesos salen teñidos de verde debido a estos alfileres». Los restos serán enviados a un gabinete de paleopatología, que será capaz de informar sobre la dieta de aquellas personas e incluso sobre sus enfermedades y dolencias.
La excavación está sirviendo para obtener pequeñas piezas de cerámica, si bien lo más reseñable hasta el momento es una moneda de Alfonso I el Batallador, que fue rey de Aragón y Navarra, y también de Castilla, en el siglo XII; la moneda se acuñó en Toledo.
Y también se han encontrado algunas señales romanas. «De momento, poca cosa, pero estamos seguros de que encontraremos más porque, a escasos metros, se encontraban las termas». Mantecón estima que será necesario excavar más tiempo del previsto inicialmente por las dificultades que están teniendo con la tierra que rodea a los esqueletos.
Esta exploración en la que se considera una de las calles más antiguas de Santander, se ejecuta al hilo de la remodelación que el Consistorio promueve en todo el entorno de la catedral por medio de dos proyectos diferentes. El primero se centra en las calles Somorrostro y Los Azogues (en esta se lleva a cabo la excavación actual) y el segundo aún no se ha iniciado: consistirá en la reforma de la plaza Eguino y Trecu.
Este otro plan tiene como objetivo convertir la plazuela en un lugar abierto al uso público y hacer que se convierta en un vestíbulo de bienvenida para los ciudadanos que acudan a la catedral.
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