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Era mediados de los años 70 cuando la escuela infantil Tagore abría sus puertas en la avenida de la Reina Victoria, 61, de Santander. Casi ... 50 años después, se prepara para hacer su mudanza. La cooperativa, que integran cuatro profesores del centro, ha llegado a un acuerdo con los dueños del inmueble, la congregación de los Hermanos Capuchinos. Así, en 2024 se trasladará a uno de los dos edificios que forman parte del colegio San Antonio y que actualmente no tiene uso.
Eva Alonso, Alba Fernández, Guillermo Fernández y Marina Bringas son en estos momentos los responsables de la cooperativa. «Llevamos años trabajando en este colegio. Cuando se jubilaron los integrantes de la anterior cooperativa en noviembre decidimos asumir nosotros la responsabilidad, porque esta escuela es única, en todos los sentidos», indican.
Actualmente acoge a 80 alumnos de 0 a 6 años (primer y segundo ciclo de Educación Infantil) atendidos por diez profesores, aunque «la idea es crecer, porque aquí no tenemos muchas más opciones», defienden.
'La casita', como así se conoce a este chalé de Reina Victoria, está situada en un lugar privilegiado y juega en las grandes ligas inmobiliarias. Sin embargo, el paso de los años ha hecho mella en el inmueble y precisa de una importante reforma, con la consiguiente inyección de dinero.
Con el cambio, todos ganan: «Nosotros nos iremos a unas instalaciones que se reformarán bajo nuestro criterio y supervisión. Aunque la obra en el nuevo colegio correrá a cargo de los Capuchinos, han entendido que debemos ser nosotros los que indiquemos cómo han de hacerse. Así, la zona de Infantil estará a pie de calle, sin que los más pequeños tengan que subir escaleras, y dispondremos de comodidades, como baños dentro de las aulas». Pero además «dispondremos de dos patios, uno exterior y otro interior techado para poder salir a jugar los días que hace malo».
Una vez «enfilado» el traslado y ahora que todo sigue su curso desde el punto de vista administrativo y burocrático, la cooperativa ha empezado a hablar con las familias. «Como a nosotros, a ellas también les da pena el cambio, pero todas nos han apoyado. Es más, ¡hasta hay padres que se han ofrecido a ayudarnos con la mudanza!», cuentan agradecidos.
Pero por muy especial que sea, 'La casita' «no es la que enseña. Los valores y el sentido de familia que se ha creado en el Tagore es lo realmente importante. No conocemos otro centro escolar que tenga esta unión entre los profesores y las familias. Nuestros teléfonos están abiertos las 24 horas del día. No es raro que algún padre te llame a las ocho de la tarde, y ahí estamos», agregan.
Entre las señas de identidad del Tagore está su manera de enseñar a los pequeños: «Seguimos el método constructivista, lo que implica que son los propios niños quienes construyen sus aprendizajes, a través de las experiencias y la autonomía». Todo ello complementado «con los valores que aportan el arte o la naturaleza. Todas las semanas hay salidas al teatro, a la playa, a un museo... Noches de acampada con los profesores. El Tagore es un poco mágico».
El traslado al nuevo colegio de la calle San Martín está decidido a falta del visto bueno para la concreción de la equipación. De manera paralela, y para ir ahorrando tiempo, también se está tramitando la licencia de obra, un paso fundamental.
El nuevo inmueble, como se especifica en un anuncio del Boletín Oficial de Cantabria publicado el pasado diciembre, precisa de obras para mejorar la accesibilidad, con escaleras y ascensor, una alteración puntual de la estructura y aumento de edificabilidad en uno de los edificios del conjunto para albergar un colegio de Infantil de primer y segundo ciclo.
En cuanto a la motivación, se especifica que el edificio desocupado del colegio San Antonio «no reúne condiciones mínimas para impartir docencia» y solo se usa para albergar usos complementarios de un colegio adyacente.
La intención de la dirección de los Hermanos Capuchinos es «acometer las importantes obras para corregir todos los defectos constructivos y convertir el edificio actual en un edificio docente moderno, con todas las instalaciones adecuadas».
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