El Espacio Pereda afronta a partir de enero la fase definitiva del proyecto

Entre el punto de partida de la ejecución de los trabajos, anunciado el pasado mes de febrero por el concejal de Fomento, César Díaz, y el director de Inmuebles de Banco Santander como responsable técnico del proyecto, José Villena, y la gran lona desplegada este pasado jueves sobre la fachada principal del edificio que albergó a la entidad bancaria, el proyecto ha afrontado seis fases.

Desde el inicial trasplante de los árboles que se hallaban alrededor del inmueble a la colocación en la zona de los Jardines de Pereda de las casetas de obra. Durante tres o cuatro meses se llevaron a cabo diferentes trabajos de adecuación, lo que obligó al corte del tráfico rodado y peatonal a través del arco, y la ocupación de un carril de la calzada del Paseo Pereda.

La fase de mayor complejidad, que arrancó a mediados de septiembre y prácticamente se ha prolongado durante dos meses, consistió en la estabilización de las fachadas. El punto de inflexión en los trabajos, con la demolición total del interior del edificio, radica en levantar nuevos forjados y una distribución completamente nueva de las plantas y salas que conformarán el futuro espacio museístico y de innovación. En estos ocho meses de obras, lo más visible y complejo ha sido esa mencionada instalación de estabilizadores de fachada, donde quedan sujetos los muros del edificio a través de anclajes y, por ende, garantizan su permanencia.

La técnica de esta fase residió en que la estructura interna se echó abajo, pero las fachadas norte y sur del emblemático edificio permanecen intactas al estar protegidas por su valor arquitectónico. Hasta la plasmación del forjado interior, la estructura supone arrostrar las fachadas, casi exentas pero lógicamente no sueltas, ni expuestas al viento o movimientos imprevisibles.

El sistema para sujetar los muros del exterior del edificio -ancladas la fachada norte, en la calle Ataúlfo Argenta, y la fachada sur, que asoma sobre el Paseo de Pereda- ha dejado al aire un mecano de estructuras metálicas cuya función es «atar bien la fachada para darle estabilidad porque está protegida y permanecerá». La infraestructura metálica de colores rojo y gris alcanza actualmente desde el suelo hasta el techo.

El edificio, desde esta semana, está cubierto en buena parte por la lona ilustrada con fragmentos de obras de arte de la Colección del Santander que albergará el futuro espacio museístico. Son las huellas de catorces artistas que aparecen representados en una superficie de 1.375 metros cuadrados. Obras que a partir de finales de 2023, cuando concluyan los trabajos, serán expuestas en las tres plantas. La Colección se ha formado a lo largo de más de 160 años por las diversas entidades financieras que se han ido integrando en lo que hoy constituye Banco Santander.

En noviembre quedaron lastradas al suelo las estabilizadoras que recorren las dos fachadas hasta que estén construidos los nuevos forjados. Fuentes municipales aseguraron que el estado actual que presenta todo el entorno del inmueble ya no sufrirá afecciones de cortes o cambios en el perímetro, salvo imprevistos.

El proyecto se centrará durante 2022, en sucesivas fases, en trabajos en el interior. Además de la transformación del edificio del Paseo Pereda, a cargo del arquitecto David Chipperfield, se está llevando a cabo la remodelación del inmueble de la calle Hernán Cortés -antiguo Banesto-, que será la nueva sede territorial del banco tras la rehabilitación y remodelación que lleva a cabo el estudio sevillano Cruz y Ortiz Arquitectos.

Chipperfield se ha mostrado partidario de que el futuro espacio cultural, como los nuevos museos, debe ser un «elemento de instrucción y diálogo, además de que asumir una función social».

Los plazos se están cumpliendo y la intención de Banco Santander es terminar las obras del proyecto en los dos años marcados. Así, la previsión es que las exposiciones comiencen en el tercer trimestre de 2023.

Previamente a estos más de ocho meses de obras que se cumplen ahora, el Espacio Pereda estuvo sometido a una compleja labor durante casi cuatro meses de «vaciado» del inmueble, entre la mudanza temporal y el desmontaje. En total, 2.800 piezas y 700 elementos de pintura, escultura, mobiliario, bóvedas y cúpulas se retiraron del histórico edificio. En el futuro, la mayor parte de estas piezas regresarán al Espacio Pereda y algunas irán a parar a la Sala de Exposiciones de la Ciudad Grupo Santander.

La intención de los trabajos hasta el presente ha radicado en intentar «minimizar el impacto» a su alrededor, aunque las diferentes intervenciones provocaron no obstante algunos cortes.

La inversión tanto en el Paseo Pereda como en el edificio de Hernán Cortés supera los 85 millones de euros. En estos meses, según la entidad, se han contratado servicios con empresas locales y se seguirá contando con entidades cántabras para la ejecución del resto del proyecto. Así, la presidenta del Santander, Ana Botín, aseguró en mayo que se han contratado servicios con empresas locales por valor de 1,5 millones de euros. Fruto de la inversión directa, los efectos indirectos (proveedores y servicios) y los inducidos (aumento de empleo, renta y consumo), el proyecto genera casi 2.000 empleos directos e indirectos durante sus tres años de ejecución, según reveló un informe de la Universidad de Cantabria.