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El aumento del nivel del mar será, más pronto que tarde, un problema serio para Cantabria. Zonas como la bahía de Santander estarán especialmente afectadas y los estuarios desaparecerán. No es un dilema futuro, hay que actuar «con urgencia». Ante esta amenaza, las playas sirven ... de protección. Por eso, tras echar atrás la construcción de los espigones de La Magdalena, los rellenos tendrán que ser frecuentes para evitar que se queden sin arena. Así lo explica el director de Investigación del Instituto de Hidráulica Ambiental (IH) de la Universidad de Cantabria, Íñigo Losada (Bilbao, 1962), que está sumido ahora en varios proyectos europeos relacionados, sobre todo, con la eólica 'offshore' flotante.
-La UC ha conseguido el primer puesto en el ranking Fundación CYD en términos de investigación, ¿qué supone esto para una universidad pequeña?
-Que una universidad de tamaño pequeño como es la UC ocupe en uno de sus ámbitos más importantes, la investigación, un lugar tan destacado pone de manifiesto la calidad de los investigadores que tiene, la calidad del esfuerzo que se está haciendo y que esa investigación tiene un impacto internacional real.
-La inversión en investigación en el IH suele tener un importante retorno económico, además de otros beneficios, ¿invierten suficiente las administraciones en investigación?
-La forma en la que se financia el IH es a través de proyectos de investigación que suelen ser de Horizonte 2020 (proyectos nacionales) o de transferencia, es decir, de proyectos que hacemos para organismos internacionales multilaterales o para empresas y administraciones públicas de todo el mundo. Siempre tratamos de tener un equilibro 50-50 y también es cierto que desde hace aproximadamente un año contamos con un programa específico del Gobierno regional que trata de impulsar meramente la investigación. No hay que olvidar que somos 150 personas, de las cuales cerca de 130 obtienen sus salarios de los proyectos.
-El cambio climático es una de sus especialidades y para remediarlo son imprescindibles las energías renovables, como los eólicos. ¿Qué le parece la polémica surgida sobre su instalación en Cantabria? ¿Pesan más los 'contras' que los 'pros'?
-Es un aspecto muy complicado que requiere un debate profundo. Es decir, no podemos pensar que vamos a contribuir a la descarbonización si no implementamos energías renovables. En Cantabria hay otras iniciativas, como la ampliación del embalse, pero la más madura, con diferencia, es el establecimiento de parques eólicos. ¿Tienen impacto visual? Cierto. ¿Van en contra de otras iniciativas de desarrollo socioeconómico vinculado al turismo o al mantenimiento de la biodiversidad? Bueno, es algo que hay que discutir: qué es lo que queremos como región, cual es el plan energético que queremos desarrollar en los próximos años, cuál es nuestra contribución a la descarbonización... Tenemos que poner las cosas sobre una balanza y tomar una decisión.
PROYECTOS EÓLICOS
NIVEL DEL MAR
-Otra polémica relacionada con el Medio Ambiente es la retirada del único espigón de La Magdalena que llegó a construirse (el segundo ni siquiera se inició). ¿Era la mejor opción? ¿Debería haberse terminado la obra?
-Nos hemos pronunciado varias veces sobre esto. Inicialmente hicimos un análisis con diez soluciones diferentes, una de ellas era precisamente esa que se estaba construyendo y que nunca llegó a terminarse, así que jamás se pondrá de manifiesto si funcionaba o no. Nosotros creemos, por todos los estudios que hemos hecho y con toda la información recogida, que era la solución, o una de las soluciones, que había que implementar. Pero parece que no hubo aceptación por parte de diferentes entidades que reclamaron su levantamiento.
-El problema, entonces, sigue.
-Sí, el problema que teníamos, lo seguimos teniendo. La playa se va a seguir erosionando, cada vez vamos a tener más inundaciones, hemos visto ya problemas en el talud, si llega más agua al talud tendremos más consecuencias... Así que vamos a tener que implementar algún otro remedio. Nosotros pusimos un catálogo de soluciones encima de la mesa, unas son más o menos permanentes, como los espigones, y otras que requieren una solución anual. Sale totalmente fuera de nuestro ámbito tomar la decisión. Pero el problema existe, perdurará y cada vez será mayor. Algo habrá que hacer.
-¿Cuál es ahora la mejor solución para evitar esta pérdida de arena en La Magdalena y Los Peligros?
-La playa va a necesitar permanentemente aportaciones de arena. Muchos años, hasta tres veces: antes de la Semana Santa, después, e incluso durante el verano. Habrá que hacer un mantenimiento permanente porque la playa no va a ser estable, seguirá habiendo erosión, seguirá aumentando el nivel del mar. Además, si no existe playa, no hay protección y cada vez va a haber más inundaciones. La única opción que existe es la aportación permanente, pero no hay que olvidar lo que significa: se extrae el sedimento de un sitio y se echa en otro lugar. Desde el punto de vista del impacto ambiental no sé hasta qué punto es una solución que podamos mantener en el tiempo indefinidamente.
-El IH es una institución prestigiosa en el mundo, ¿se le reconoce como merece en Cantabria?
-En torno al 80% del trabajo que realizamos es internacional. Creo que el instituto, a través de la gran instalación que tenemos (el Gran Tanque), en estos momentos es un referente conocido sobradamente en Cantabria y España y uno de los referentes internacionales en su ámbito en todo el mundo. En ese sentido, siempre queremos que se conozca mejor desde esta región nuestra labor y que la gente entienda lo que se hace aquí y los beneficios económicos y sociales que tiene.
-El Gran Tanque celebra este año su décimo aniversario, ¿qué metas tiene por delante?
-El Gran Tanque, afortunadamente, tiene un altísimo nivel de ocupación. Tanto a lo largo de este año como parte del año que viene. Lo que está dominando ahora es su vínculo con las energías renovables marinas. En este ámbito hay muchísimos proyectos. A lo que más nos dedicamos es a la eólica 'offshore' flotante y también se ancla esto con la generación de hidrógeno, que está siendo un proyecto que está en las carteras de muchas empresas de todo el mundo que vienen aquí a estudiar sus dispositivos.
-Están cerrando ahora proyectos europeos, muchos sobre el aumento del nivel del mar.
-Tenemos varios proyectos vinculados con la eólica 'offshore' y trabajamos también en la evaluación del recurso de la eólica en EE UU y otros países del mundo donde se están diseñando parques. En materia de investigación, tenemos varios proyectos que están vinculados con temas de adaptación y resiliencia al cambio climático. Uno muy importante, que es el 'Life Garachico', lo que pretende es ver qué medidas de adaptación se pueden tomar en ciudades que están situadas en archipiélagos donde es prácticamente imposible el retroceso para luchar frente al aumento del nivel del mar o los eventos extremos y lo que trata es de buscar qué tipo de intervenciones urbanas se pueden hacer mediante el uso de seguros, concienciación social y sistemas de alerta temprana.
-¿En qué otros frentes trabajan?
-Estamos trabajando en el proyecto 'Life Adapta Blues', que trata de buscar las sinergias entre la adaptación y la mitigación basada en ecosistemas, y en un gran proyecto europeo que tratará de crear una nueva generación de herramientas para luchar contra los efectos del cambio climático en zonas costeras y que empezaremos en septiembre.
Cambio climático
–Alemania ha sufrido esta semana las inundaciones más graves en décadas, que han provocado la muerte de, al menos, un centenar de personas. ¿Es una consecuencia del cambio climático? ¿Una advertencia de que se debe actuar ya?
–Uno de los métodos que usamos las personas que trabajamos en cambio climático para que la gente entienda lo que esto puede suponer es precisamente poner ejemplos de eventos extremos. En lo que llevamos del mes de julio hemos visto dos cuestiones realmente llamativas: la ola de calor en Canadá, en latitudes donde nunca había pasado, y sus consecuencias en el Ártico, y el caso de Alemania. Que un país tan desarrollado, con una economía tan avanzada, con unos sistemas sociales y de seguridad tan importantes, tenga tal cantidad de muertos, demuestra que nos dirigimos a una situación en la que el incremento de eventos extremos no sólo va a afectar a los más vulnerables en islas remotas del Pacífico, sino que también tendrá una incidencia muy importante sobre países como el nuestro. Desgraciadamente, estamos aprendiendo a partir de eventos de estas características y sirve un poco para que la gente se conciencie: o actuamos contra el cambio climático o la situación va a ser cada vez peor.
–¿Sólo este tipo de sucesos drásticos consiguen concienciar sobre el cambio climático?
–Desgraciadamente suele ser así y el problema es que se nos olvida bastante rápido.
–Salvando las distancias, las inundaciones son recurrentes en varias zonas de Cantabria cada vez que hay tormentas. En el barrio Santiago el Mayor de Santander, por ejemplo, el IH realizó un informe y el Ayuntamiento va a construir un dique de contención. Es la solución más inmediata, ¿pero es también la más eficiente?
–Entendemos que es la solución que hay que implementar, por un doble sentido. Cuando estudiamos los riesgos del cambio climático, por un lado está el clima en sí (más o menos precipitación, más extrema, concentrada...), y por otro lado está la exposición y la vulnerabilidad de los elementos: si es una zona que ha crecido mucho, si es un área donde hace varias décadas no importaba que ocurriera un hecho como ese pero que ahora ha tenido un desarrollo urbano importante e incrementa el riesgo... Eso obliga a implementar medidas como esta.
–Si no se actúa contra el cambio climático, ¿este tipo de sucesos serán cada vez más habituales en Cantabria?
–Hay zonas que ya se están viendo afectadas por eventos extremos con consecuencias relevantes. Por ejemplo, el temporal de 2014 dejó daños muy importantes en nuestra costa: hay que recordar las imágenes de Somo, del Sardinero... Pero también en el resto de la comunidad autónoma. La gente tiene que tomar conciencia de que el aumento medio del nivel del mar va a hacer que esos eventos cada vez sean más frecuentes. Si ya hemos tenido problemas en esas circunstancias, irán a más si no se hace nada. Esto nos demuestra que no queda más remedio que actuar con cierta urgencia.
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