El establecimiento 'Estrella Dorada' de General Dávila reparte «un millonzuco» de euros al acertante de El Millón

«¡Hola! Estoy muy feliz, hemos repartido un 'millonzuco'». Hacía tiempo que alguien no contestaba con tanta efusividad y alegría al teléfono. No es para menos. «Repartir un premio así sobre todo ahora, en medio de una crisis sanitaria y económica, es una alegría». Daniel Gómez López, propietario del establecimiento 'Estrella Dorada', ubicado en General Dávila, vendió un boleto de El Millón a «alguien del barrio» con el código KNG88119, premiado en el sorteo de ayer con un millón de euros, según Loterías y Apuestas del Estado. El ganador no tuvo que acertar ni números ni estrellas. Simplemente elegir un cógido del nuevo sorteo del Euromillón que tiene lugar cada viernes y cruzar los dedos.

Al otro lado del teléfono, Gómez López no para de recibir felicitaciones de sus clientes, que este miércoles entran como cada día a comprar el pan, pero también a tirarle de la lengua, por si suelta prenda. «Me preguntan todo alborotados pero no sé a quién le he vendido ese código, pero seguro que a alguien que lo necesita porque este es un barrio obrero de gente trabajadora», explica a este periódico.

Y no es la primera vez que este establecimiento sale en los medios por noticias como ésta. En julio de 2018, Gómez López vendió un boleto con el segundo premio de la Bonoloto, valorado en 163.144 euros, y eso que sólo llevaba seis meses vendiendo lotería. Un año después, en mayo de 2019, entregó otro boleto premiado con 164.000 euros. «Y premios pequeños muchos, pero como este ninguno», apunta.

Gómez López se ha enterado de que ha vendido el código de El Millón premiado el mismo día que Sanidad ha anunciado que el interior de los establecimientos hosteleros seguirá cerrado 14 días más. Una noticia que para este autónomo, aunque no pertenezca directamente al sector, es un palo. «¿Sabes por qué? Porque esto es una cadena. Si rompes un eslabón nos vamos todos al garete. En este barrio hay muchos bares y todos están cerrados. Se nota, hay menos movimiento en la calle y da pena. Si todos trabajamos hay más consumo diario», señala.