Estudiantes cántabros de Arquitectura imaginan el Santander del futuro

Por un lado, Paula celebra las modificaciones realizadas en esta ubicación hasta el momento. «Con la remodelación de los Jardines, el Centro Botín y el túnel se consiguió crear un espacio muy agradable para los peatones y se cumplió el objetivo de potenciar más toda esa zona tan transitada. Además, estos trabajos tampoco supusieron ningún inconveniente para los vehículos, así que se puede decir que favoreció a todo el mundo», comenta.

Sin embargo, Paula iría más allá y le sacaría más partido a esta zona. Cree que podría ser interesante continuar con esa remodelación hasta el final del Paseo de Pereda. «Sería un gran acierto que el túnel desembocase a la altura de Puertochico y extender así toda esa área para el disfrute de los peatones», detalla. La joven arquitecta confiesa que «es una pena que los vehículos que circulan por el Paseo de Pereda no permitan a la gente disfrutar del espacio en su totalidad».

Un aliciente, según Paula, son las obras que se están llevando a cabo para darle una nueva vida al Banco Santander, que embellecerá el entorno, y la «preciosa Bahía con la que contamos». Todo suma.

Incide en los coches. «Hoy en día los Ayuntamientos de las ciudades cada vez le dan más protagonismo a los vehículos, pero la realidad es que tendrían que permitir a los vecinos disfrutar de la ciudad en su totalidad». Por eso, considera que peatonalizar todo el conjunto del Paseo de Pereda y crear una sinergia con la zona de los Jardines –«estudiando detenidamente cómo diseñarlo»– podría ser «un proyecto muy interesante y atractivo para la ciudad». ¿Cómo lo haría? Convirtiendo todo el espacio en una 'plaza-paseo'. «Muchas ciudades tienen este modelo y aporta un carácter importante y atractivo al entorno, como A Coruña, donde yo vivo», explica.

Raúl tiene 23 años y está cursando el quinto año de Arquitectura en la Universidad de Navarra. Según el estudiante, existen proyectos ya planteados por el Ayuntamiento que mejorarían mucho el modelo de ciudad de Santander.

Entre ellos, destaca el soterramiento de las vías de ferrocarril, con la que se conseguirá una gran liberación de suelo para el disfrute de los ciudadanos y que permitirá unir la Peña del Cuervo con la Calle Castilla. Este soterramiento es una cuestión pendiente desde hace más de 20 años que ahora se hará realidad gracias al acuerdo entre el Ayuntamiento, el Gobierno Regional y el Gobierno Central.

Asimismo, Raúl Revilla considera que también es un gran paso la consolidación de la zona de la Remonta. O al menos la intención, ya que, de momento, no se llega a un acuerdo para instaurar el 'pulmón verde' que pretende el Partido Popular. Estos terrenos pertenecen al Ministerio de Defensa y, tal y como apuntó Pedro Sánchez en su visita a Santander en campaña electoral, su intención era crear 257 viviendas sociales, pero el Ayuntamiento no apoya este proyecto. Sea como sea, la propuesta de Raúl es que se aproveche esta zona.

Adentrándose en nuevos proyectos, el estudiante de Arquitectura pone el foco en la remodelación de los barrios, especialmente en el Barrio Pesquero. «Tiene un buen enclave paisajístico y es un aliciente turístico porque está pegado al Puerto, pero está desaprovechado y mal comunicado. Hay que actuar». De hecho, su Trabajo de Fin de Grado se basa en este barrio.

Raúl también hace hincapié en la playa de los Peligros. «El acceso a la playa desde Reina Victoria habría que solucionarlo porque lleva varios años destrozado y es una pena». Del mismo modo, cree que «también sería interesante intervenir en la Horadada, un local a pie de playa en completo desuso. Se trata de una de las principales playas de Santander y una de las más turísticas que está totalmente dejada desde hace varios años», explica.

En este sentido, la alcaldesa de Santander ya ha asegurado que el Barrio Pesquero tendrá un paseo que llegará hasta la playa de Los Peligros.

Alba, de 19 años, es alumna del 2º curso de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Valladolid. A pesar de estar empezando en el mundo de la arquitectura, tiene claro qué proyectos propulsaría para mejorar la ciudad. Dentro de todos los ámbitos, Alba apuesta por las medidas medioambientales y coincide con su compañera Paula de Carlos: «Más árboles y menos coches», apunta.

La futura arquitecta también propone promocionar zonas en las que se hagan actividades voluntarias para fomentar la participación ciudadana, como parques y mercadillos. « Yo creo que lo más importante es pasar vida del interior al exterior. Es decir, conseguir que la gente salga de los centros comerciales, por ejemplo». Según Alba, esto se puede conseguir, a través de calles comerciales, «instaurando mercadillos». De esta forma, considera que la ciudad tendría «más flujo de personas» y no se focalizarían las masas en los fines de semana.

Otra mejora en la que insiste mucho es la introducción de más calles semipeatonales en la ciudad para regular el tráfico. A principios de este curso, Alba realizó un trabajo sobre la calle Calvo Sotelo que trataba este tema y analizaba qué mejoras se podrían aplicar. A pesar de ser una de las calles más concurridas de Santander, cree que «sería un gran acierto la incorporación de un carril por el que solo puedan circular autobuses y taxis». Además, la estudiante está convencida de que esta medida «promovería más el uso del transporte público», algo que entra dentro de su apuesta por la mejora medioambiental de la ciudad. En relación a esto, Alba también potenciaría el carril bici para que sea «más cómodo» y poder acceder a más sitios sin que el recorrido esté tan limitado.

Sugiere más cosas. «Hay zonas de Santander que no están bien cuidadas». Algo que dice conocer muy bien porque es de Cazoña. «Muchos barrios que se consideran peligrosos podrían prosperar». Para ello, la joven propone mejorar su iluminación y construir zonas residenciales y de ocio, como discotecas. «Así la gente se sentiría segura al caminar por esas calles que dejarían de ser solitarias», concluye.

La cántabra Elvira García tiene 23 años y este curso completará sus estudios de Arquitectura en la Universidad de Navarra. En su caso, alude a proyectos que el Ayuntamiento de Santander tiene encima de la mesa desde hace varios años. La estudiante considera que tanto la apuesta por regenerar el barrio Cabildo de Arriba como el proyecto para cubrir la Plaza de la Porticada son dos ideas «indispensables». Las aprueba pero, al mismo tiempo, aporta nuevos puntos de vista que también se podrían aplicar.

El barrio Cabildo de Arriba –frente al Ayuntamiento– es uno de los más antiguos de Santander pero, por desgracia, también es uno de los más abandonados. Elvira cree que hay que «tomar medidas de inmediato» y, como arquitecta, piensa que se podrían desarrollar proyectos «muy interesantes» para devolver la vida a este barrio. Tanto el Ayuntamiento como los Gobiernos regional y central trataron de poner en marcha varios planes para renovar sus edificios, pero ninguno ha prosperado todavía. Mientras tanto, el Consistorio invertirá este año 600.000 euros en comprar viviendas para regenerar el barrio. «La cuesta del Hospital y la calle de San Pedro son zonas que están en pleno corazón de la ciudad y se encuentran totalmente degradadas pese haberse hecho ya actuaciones urbanísticas». ¿Qué haría ella? «Es una zona donde se podría crear un espacio como la Tabacalera de Donosti, un centro de cultura contemporánea que cuenta con varios espacios de reunión en donde se desempeñan muchas actividades de diferente ímpetu», explica Elvira.

Por otro lado, la cubierta de la Plaza Porticada es un proyecto que los santanderinos esperan desde hace tiempo, pero que nunca llega. La joven arquitecta insiste en ello. «Santander es una ciudad donde llueve mucho y casi no hay zonas cubiertas donde haya ocio, lo que lleva a la gente a ir a los centros comerciales y 'abandonar' la ciudad». Por eso, propone cubrir esta plaza y la calle de San Francisco. «Así se potenciaría el comercio y las actividades que se realizan durante todo el año en la plaza no se paralizarían por el mal tiempo», apunta.

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