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La plaga del picudo rojo está arrasando las palmeras de Santander –y de toda la región–. Así lo advierten los expertos del sector, desde jardineros a paisajistas y grupos proteccionistas como Alceda. Todo hace indicar, por el estado de los ejemplares y el 'modus ... operandi' del escarabajo que, si no están infectadas todas las palmeras de la ciudad, lo están la gran mayoría. Aunque el Ayuntamiento no responde a las preguntas de este periódico respecto a los tratamientos que están recibiendo estos árboles, vecinos de El Sardinero señalan que en los últimos días se ha estado actuando en un ejemplar del entorno de la Plaza de Italia.
La presencia del picudo rojo en las palmeras es fácil de detectar si el insecto lleva ya años cavando túneles en el interior del árbol. Cuando los síntomas se ven a simple vista, la plaga ya se ha dado un buen festín. Como señala un paisajista que prefiere no revelar su identidad, el escarabajo «lleva entre dos y dos años y medio en una palmera cuando su presencia es evidente». Esa evidencia son unas hojas aplastadas en la parte superior de la copa y otras en tonos ocre en la parte baja. Aún así, no es tarde para actuar. «Si se tratan, se salvan, a no ser que esté muy muy afectada», garantiza. Señala que también es importante tratar aquellas que están en fincas privadas para frenar la epidemia. «Es importante que haya ayudas porque el tratamiento no es tan costoso para la Administración».
Las temporadas del año son importantes: el viento sur de final de año favorece el vuelo del escarabajo, que puede recorrer kilómetros para encontrar su siguiente víctima y poner en su interior cientos de huevos. También a finales de primavera y principios de verano se intensifica la plaga, por lo que hay que tenerlo en cuenta para poner en marcha los tratamientos de prevención. Es importante, además, podar las palmeras en invierno, cuando hace frío y hay menos picudos que puedan salir volando y atacar otros ejemplares.
Desde la asociación de jardineros de Cantabria insisten en esa necesidad de un plan de choque se desarrolle a nivel regional para salvar las palmeras, ya que la plaga ha avanzado de un municipio a otro y, según estima este grupo, «en torno al 80% de las palmeras están infectadas».
El Grupo Alceda, muy involucrado en defender el patrimonio, también está volcado en la defensa de las palmeras, que forman parte del paisaje de Cantabria «desde hace más de cinco siglos». Por eso, insisten en «la necesidad de actuar con urgencia, queremos llevar el mensaje a los ciudadanos y a las administraciones para que se actúe, advirtiendo que el no hacer nada puede ser dramático». Subrayan en que «la subida de temperatura a partir de marzo supondrá el inicio de los vuelos de adultos» y que, en otoño, «nos encontraremos con numerosas palmeras con más de 100 años de historia infectadas. No podemos quedarnos impasibles ante tal pérdida».
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