José María Fuentes-Pila
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José María Fuentes-Pila
Fue su formación en Farmacia y adicciones lo que llamó la atención en 2007 del entonces consejero de Presidencia, Vicente Mediavilla, quien estaba a punto de liderar la candidatura del PRC al Ayuntamiento de Santander y tuvo claro que quería incluirlo en su lista para ... potenciar las medidas de Sanidad en su programa. En aquel entonces, José María Fuentes-Pila llevaba un par de años afiliado al partido, involucrado en la causa por su sentimiento regionalista pero sin aspiraciones de hacer carrera en la política, volcado en su farmacia y en su familia. Aunque no lo tenía previsto, su «vocación de servicio» lo empujó a aceptar la propuesta, que lo mantuvo en el Ayuntamiento hasta las elecciones de 2023 y hasta ahora como secretario general.
Fuentes-Pila se hará a un lado el mes que viene, con la celebración el 16 de noviembre de una asamblea donde se elegirá a su sucesor al frente del Comité Local. A partir de entonces, se centrará al 100% en la escritura y en sus programas de formación contra las adicciones. A sus 62 años no piensa aún en la jubilación. Pero su papel en el partido se reducirá al mínimo: «Seguiré en la militancia y, si necesitan mi mirada en alguna cuestión, la tendrán. Pero el partido necesita ya voces nuevas y renovadas».
El regionalista, concejal desde 2007 y secretario general desde 2012, se ha enfrentado a cuatro legislaturas en el Ayuntamiento santanderino, tres de ellas como portavoz del PRC. Y aunque el Consistorio es un fuerte infranqueable para cualquier partido que no sea el PP –los populares gobiernan desde el inicio de la democracia–, ha vivido situaciones variopintas: desde la mayoría absoluta de 18 concejales con la que arrasó Íñigo de la Serna (2011) a las horas más bajas de Gema Igual (2019), quien gobernó en minoría a pesar de su pacto con Ciudadanos. Fue entonces cuando tocó con la punta de los dedos ser parte del equipo de gobierno, ya que el PP necesitaba sí o sí un socio, pero no se arrepiente «de su batalla desde la oposición».
De padre de Puente Viesgo y madre de Puertochico, Fuentes-Pila vivió fuera de Cantabria –en Bilbao y Madrid– por motivos laborales de su familia hasta los 28 años, aunque el gen regionalista siempre los acompañó. Fue el amor lo que le trajo de vuelta a su tierra natal en 1990. Aquí se casó, abrió su farmacia y su centro de formación contra las adicciones y formó su propia familia. A principios de los 2000 se intensificó su interés por el regionalismo y se afilió al partido «sin más ambición que militar». Y fue poco después cuando Mediavilla se fijó en su perfil y lo fichó. Tras una legislatura como concejal, el PRC confió en él como candidato a la Alcaldía en 2011, cuando cosechó cuatro concejales, los mismos que cuatro años después. Su mejor resultado se produjo en 2019 con cinco ediles, propiciado también por la ola de regionalismo que arrasó en Cantabria. Fue la legislatura en la que el PP estuvo más contra las cuerdas, con once ediles, lo que les obligó a gobernar en minoría a pesar de pactar con los dos concejales de Ciudadanos. Pudo ser Fuentes-Pila quien les diera la llave del gobierno, y aunque la posibilidad estuvo sobre la mesa porque «no había líneas rojas, solo con uno (Vox)», no se logró acercar posturas. «Podríamos haber gobernado con el PP o con otro, mi posición de lealtad es con mi partido. No sé si perdí una oportunidad, si podríamos haber trabajado de otra forma, pero no me arrepiento de haber estado en la batalla ni de la riqueza de nuestras propuestas en la oposición».
Uno de los proyectos de los que más orgulloso se siente de su trayectoria en el Ayuntamiento es de la construcción de la pasarela de la Peña del Cuervo: «Fueron muchas horas de negociación con César Díaz, por teléfono y por correo electrónico. Fue emocionante sacar adelante un proyecto que ha beneficiado tanto a los vecinos de Castilla-Hermida». Enumera otros como potenciar el Arco de la Bahía, las escaleras mecánicas de Vistalegre, las áreas de autocaravanas, la cubierta de parques infantiles y algunos que siguen en el aire, como la rehabilitación del edificio Rema o la transmisión de la titularidad de La Remonta (actualmente del Ministerio de Defensa) a la ciudad, un asunto que se debatió en el Congreso de los Diputados y donde el PRC logró un amplio apoyo, aunque no hubo más avances.
Su última legislatura (2019-2023) fue la más intensa. Con un PP en minoría, la oposición pudo sacar adelante mociones sin depender de los populares. Además, la pandemia les obligó a entenderse: «Era una situación difícil, pero trabajamos juntos para sacar adelante a la ciudad y sus vecinos por encima de las siglas».
Agradecido por todos los años al frente del PRC santanderino y por el apoyo de los miembros del partido hasta al final, Fuentes-Pila se hace un lado «porque todos los procesos tienen su final». Ahora, en el ecuador de la legislatura y con el partido «estable», cree que es el momento de «facilitar el cambio». «Hay que cerrar capítulos, tan importante es la bienvenida como la despedida. No se puede seguir en un pasado constante. Es momento de mirar al futuro».
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