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El proyecto de rehabilitación del edificio se corona con una azotea de 400 metros cuadrados
El proyecto de rehabilitación del edificio se corona con una azotea de 400 metros cuadrados Fotos: Javier Cotera | Vídeo: Pablo Bermúdez

Faro Santander ilumina sus espacios

La obra del proyecto cultural en el Paseo de Pereda, que cumple en mayo cuatro años desde la colocación de la primera piedra, prevé concluir durante enero de 2026

Guillermo Balbona

Santander

Domingo, 23 de febrero 2025, 07:39

Faro Santander, la nueva sede para el arte, la innovación y la cultura, muestra ya los espacios definidos de lo que será un icónico proyecto. A través del diseño concebido por David Chipperfield, referente internacional de la arquitectura contemporánea, ganador del Pritzker 2023, el proyecto camina hacia su recta final. El mes de enero de 2026 es el señalado para la conclusión de los trabajos. A partir de ahí se abrirá la etapa dedicada a los ajustes, dotación de mobiliario y, por supuesto, la planificación de los contenidos museísticos y su exhibición. Aún es prematuro fijar una fecha para la definitiva apertura al público, aunque se contempla la perspectiva de finales del primer semestre del próximo año como la más probable.

El recorrido por las entrañas del edificio, al que tuvo acceso El Diario Montañés, muestra la evolución y buen ritmo de las obras que dejan ver las grandes superficies y espacios para sus respectivos usos y destinos públicos, dada la pluralidad y diversidad funcional del ambicioso proyecto: arte y tecnología, enfoque educativo, medioambiental y social, en un entramado de salas expositivas, un auditorio polivalente y multiusos (para 150 personas) y un espacio específico dedicado a la tecnología que condicionarán las convocatorias y actividades sobre la diversidad, la sostenibilidad o el desarrollo tecnológico.

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Imagen frontal de los trabajos en el emblemático arco del histórico inmueble, que será acristalado. Ya es visible la comunicación entre ambos bloques, con sus escaleras interiores, que conectarán con una pasarela pendiente de construcción.

Las fachadas serán sometidas en paralelo a trabajos de restauración. Ya se opera sobre balcones y detalles de ornamentación.

Los operarios trabajan en la restauración de los balcones y los detalles de ornamentación del edificio

La escalera helicoidal, en plena construcción, comunicará el acceso del futuro museo con la primera planta, a modo de eje principal de recepción de visitantes

En el sótano se concentran los equipamientos técnicos, grupos electrógenos y de control de incendio y climatización, entre otros

El sótano albergará una sala multiusos del Santander con capacidad para 150 personas

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Decenas de operarios trabajan en labores paralelas en los sótanos y en las seis plantas en las que queda configurado el rostro de la infraestructura que tendrá como eje principal la exhibición permanente de fondos de la Colección de Arte de la entidad. El inmueble histórico del Banco Santander, desde el próximo año, se convertirá así en «punto de encuentro», «espacio abierto para los ciudadanos» y «celebración de la cultura de la ciudad», según expresó la presidenta de la entidad, Ana Botín, el pasado mes de septiembre, en su última referencia pública al proyecto cuando aludió, asimismo, a 2026 como horizonte del fin de la obra.

En mayo se cumplirán ya cuatro años de la colocación de la primera piedra en el Paseo de Pereda. La compleja rehabilitación de la antigua sede del Banco Santander –en realidad el proceso de una nueva construcción enmarcada por la obligada conservación de las fachadas que permanecieron exentas– tuvo que afrontar en sus dos primeros años los retos que supuso la cimentación, cuya consecuencia se plasmó en la demora de los trabajos. En los últimos meses el acelerón se hace visible en todas las plantas, que albergarán desde exposiciones temporales a convocatorias dedicadas a las nuevas tecnologías y lo digital.

Pablo Bermúdez

Esta semana concluía, además, la retirada de los estabilizadores que aún eran visibles en la fachada posterior frente a la calle Marcelino Sanz de Sautuola. De igual modo se ultiman los detalles de conductos y equipamientos técnicos de una edificación pionera en muchos aspectos sobre sostenibilidad, seguridad y eficiencia. En esta última fase de las obras las fachadas son sometidas en paralelo a trabajos de restauración. Y ya se opera sobre balcones y detalles de ornamentación. En el vestíbulo y recepción, el visitante, desde el Paseo Pereda, se encontrará con una espectacular escalera de diseño helicoidal y hormigón, ahora ya en plena construcción, que dará acceso a la primera planta. En los 1.200 metros cuadrados de la planta baja, se ubicará el área a modo de cubo, ubicado en el ala oeste y de manera simétrica a la recepción, un espacio dedicado por la entidad a propuestas de inmersión digital. En la cubierta, correspondiente a la quinta y sexta plantas, se trabaja en las superficies de la azotea-mirador a la bahía de Santander para el visitante, y en la que se prevén varios servicios como cafetería y restaurante.

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Estancia situada en la entrada desde el Paseo de Pereda, a modo de cubo, pero ubicada en el ala oeste, destinado a actividades de inmersión digital

En la tercera planta se trabaja en la definición y diseño de lo que será la doble sala de muestras temporales

La cuarta planta, distribuida en una doble superficie, cuenta –de manera simétrica como el resto de niveles– con 1500 metros cuadrados destinados a la muestra de la Colección Permanente

Imagen de la cubierta, quinta y sexta plantas, donde se opera ya en las superficies de la azotea-mirador a la bahía para el visitante, y en la que se contemplan varios servicios como cafetería-restaurante.

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El emblemático arco del inmueble, que será acristalado, revela ya su entramado de comunicación entre el lado oeste y este de la construcción. Cabe recordar que la antigua sede del Banco Santander data de finales del siglo XVIII, aunque la entidad adquirió el edificio en 1919 cuando era hotel y club de regatas. La ampliación se inició en 1958. Se adquirieron los números 9 y 10 del Paseo de Pereda y se construyó un edificio gemelo. Para unir ambas partes se diseñó el arco monumental. Esta peculiaridad arquitectónica propicia que ahora la nueva edificación contemple espacios simétricos en todas las plantas.

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