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En el arco monumental del edificio del Paseo de Pereda, que históricamente albergó la sede de Banco Santander, ya es visible la pasarela que comunicará ... los inmuebles gemelos. Faro Santander, el proyecto cultural destinado a este espacio que viene transformándose desde hace tres años y medio, muestra un nuevo rostro camino del último tramo de las obras.
La sujeción exterior de la fachada, un mecano imprescindible durante el periodo más delicado de la intervención, ya ha sido retirada y, en consecuencia, se ha prescindido de la lona que durante tres años ha cubierto el frente. La tela ilustró piezas y obras de la Colección de Arte de la entidad. La mutación de la antigua sede bancaria en espacio cultural y de ocio responde al diseño del arquitecto David Chipperfield, Premio Pritzker. El proyecto dedicado al arte y la tecnología tendrá un enfoque educativo, medioambiental y social. Salas expositivas, un auditorio multiusos y un espacio dedicado a la tecnología vertebrarán las convocatorias y actividades sobre la diversidad, la sostenibilidad o el desarrollo tecnológico.
En la cuarta planta del edificio se mostrarán los fondos del Santander. Formada a lo largo de más de 160 años, es una de las colecciones corporativas de mayor relevancia artística en la actualidad.
El núcleo principal de la colección está compuesto por pintura, aunque también cuenta con interesantes ejemplos de escultura, de artes decorativas y una completa colección numismática que ofrece un singular recorrido por la historia de España.
Tras la retirada paulatina de los estabilizadores de la fachada de su histórico inmueble, prosiguen los trabajos que van perfilando muchas de las dependencias para sus respectivos usos. En los dos primeros años de trabajos, la construcción discurrió con lentitud, derivada de una edificación que debió afrontar fases de una gran complejidad material y estructural. El próximo mes de mayo se cumplirán cuatro años desde la colocación de la primera piedra y aunque los plazos siempre resultan difíciles de fijar, empieza a asomar la perspectiva del tramo final. El Diario Montañés ya avanzó que los gestores y responsables de la obra estiman que estará concluida a finales de este 2025. A partir de ahí se abre un plazo para abordar la fase destinada a configurar las instalaciones de los espacios públicos antes del montaje definitivo de los fondos de arte.
La fachada del histórico inmueble del Paseo de Pereda, exenta, una vez eliminados los estabilizadores, será sometida a restauración. Los trabajos, según se indicó desde la entidad, han alcanzado la estructura de la quinta planta. Como ya se informó, todo el entramado de instalaciones técnicas se ha ido integrando en la propia estructura a medida que crecía la edificación. En paralelo han comenzado las instalaciones interiores, de cableados a pladures, entre otras labores.
Cuando Faro Santander abra al público habrán transcurrido casi sesenta años desde la inauguración del edificio con su actual configuración. No obstante, durante un siglo albergó un hotel y un club de regatas hasta su conversión en sede del Santander. El inmueble, que se remonta a 1795, fue reconstruido en 1880 tras un incendio.
La necesidad de ampliación de la sede central era evidente dado el crecimiento de la entidad y Javier González de Riancho ideó la unión de los dos bloques que hay en la actualidad. Las obras se iniciaron en 1958 tras la adquisición de los números 9 y 10 del Paseo de Pereda.
La transformación en este siglo XXI en sede cultural, con un destino prioritario como espacio para la muestra permanente de la Colección de Arte de Banco Santander y de las exposiciones temporales, ha requerido de una solución estructural complicada, dado que la fachada desde el principio quedaba exenta y la nueva estructura es autoportante. Gráficamente, la obra ha respondido siempre a una nueva construcción pero a partir de la existencia de dos referencias: el armazón propio, casi ultimado, que albergará las nuevas dotaciones y la fachada con la que se conecta, pero sin intervención en esta.
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Ana del Castillo
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