La Feria del Stock de Santander «se consolida» entre demandas de más calidad en las tiendas

Marián Sánchez dejaba el Palacio de Exposiciones ayer por la mañana con una bolsa en la mano, «he picado, como cada año, pero echo de menos más marcas de primera categoría». Como esta visitante a la Feria del Stock, que se celebró este fin de semana, hay más clientes y comerciantes que son de la misma opinión. Uno de ellos es Pedro de Beraza, propietario de la tienda Quiksilver-Roxy, dedicada al mundo del surf y la nieve, principalmente. Lleva viniendo a la feria «desde sus inicios». Su queja es clara: «Esto no tiene nada que ver con lo que era en sus inicios. Todo tiendas conocidas del centro de Santander. Hay que volver a sus orígenes».

Sin embargo, desde la Federación del Comercio de Cantabria, el secretario general de Coercán, Gonzalo Cayón, afirmó que «la feria se ha consolidado, tanto en público como en ventas. No hay las colas de hace trece años, cuando empezamos, pero en esta edición no ha estado mal».

Desde hace tres años, la organización (el Ayuntamiento de Santander y Coercán) decidió incluir a comercios de otros lugares y no limitarlos a Santander, medida que no convence a todos «porque se desvirtúa la feria», apuntó De Beraza.

De la misma opinión fue Leire Rodríguez, que estaba echando una mano en el puesto de su madre, la mercería 'Can Can', en liquidación por su jubilación. «Antes esto era otra cosa. Y los clientes no son tontos. Yo he visto menos público que en otras ferias».

María Rodríguez estaba contenta con lo que había comprado, «no hay vez que venga que no pique con algo. Ahora, para otras ediciones, recomiendo que traigan algún producto de maquillaje y perfumería. Estoy segura de que a una droguería le iría genial aquí».

Uno de los comerciantes que triunfa cada año es José Madrazo, con su tienda de decoración 'Muebles Madrazo', situada en Primero de Mayo, y que también vende colchones. «Lo ideal es dar con personas que se han comprado un piso o que se van a mudar en unos meses y así van a la tienda a mirar con tranquilidad. Para mi es una manera de hacer publicidad fantástica. Además, ya he vendido algún sofá y colchones».

Uno de los éxitos de esta feria ha sido la ludoteca, montada para entretener a los más pequeños mientras sus padres hacen compras. Para Elisa Saiz ha sido «una gran decisión, así puedo mirar tranquilamente los puestos». Una de sus responsables cuenta que los niños «se dedican a pintar y a jugar con piezas tipo Lego. Para un ratito está muy bien. Pero habría que indicar a la entrada dónde estamos (al final de la planta), porque hay padres que no se enteran hasta que casi ya se van».