«A estas alturas, aunque me haga mucha ilusión, todavía no veo la alternativa»

-Hoy hace doblete, por la mañana Mont de Marsan y por la tarde Santander. ¿Viene en avión de Francia a Cuatro Caminos?

-No, iremos en furgonetas. Hemos calculado que la novillada matinal acabará sobre las 13.30. En cuanto acabe montaremos en el vehículo vestidos de toreros, desvestirnos por el camino y comer durante el trayecto para llegar al hotel y vestirnos de nuevo para ir a la plaza. En un caso extremo me tendría que cambiar en el coso de Santander.

-Ya conoce Santander y su plaza. ¿Qué le parece la feria de Santiago?

-Siempre me ha encantado, desde que era muy pequeño. En 2021 fue a veranear allí con mi familia, vimos la feria entera y compaginamos toros y playa. Me quedé maravillado con el ambiente respetuoso y sensible que hay. Siempre he querido torear en la feria de Santiago. Es una plaza con mucho sabor.

-Es famoso en el ambiente taurino desde que era un niño. ¿Lleva bien ser tan conocido desde muy pequeño?

-La verdad que bien. Todo niño, desde que es pequeño y en cualquier ámbito, sueña en ir por la calle y que se le reconozca y se quieran hacer fotos con él y le tengan respeto. Me queda mucho por delante, pero ver que niños de mi edad o mayores o menores se me acercan después de los festejos o por la calle me llena de orgullo. Al final, te ves reflejado en lo que yo hacía hace uno o dos años. También supone un punto más de exigencia cada vez que me visto de luces. Pero, sobre todo, me enorgullece.

-¿Tenía antecedentes taurinos en la familia que le inculcaron la afición?

-Sí, mi padre fue novillero primero y posteriormente banderillero. En un festival sufrió un percance y se apartó del mundo de los toros. Nunca me enseño fotos o vídeos suyos, no quiso que fuera torero porque sabía de las dificultades que entraña. Todo cambió un año en carnavales. En vez de ir al sur de vacaciones fuimos al Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo y aquello me impactó. Ahí fue cuando les dije a mis padres que quería apuntarme a la Escuela de Salamanca.

-Desde entonces, ¿en quién se ha fijado como torero? ¿De qué fuentes bebe su toreo?

-Yo siempre digo que me gusta fijarme en todos los toreros. Cada uno es distinto, tiene un concepto diferente y de todos he aprendido registros y nuevas formas de concebir el toreo. Luego, eso lo asimilo y lo introduzco en mi estilo personal, que creo que es lo bonito, aportar una propia personalidad. De uno aprendes la suerte de matar, de otro un quite, de otro la torería... Es importante. Aparte, tres de los toreros antiguos que me llenan son de mi tierra: El Viti, El Niño de la Capea y Julio Robles. Con ellos me identifico por todo lo que han conseguido en el mundo del toro.

-Salamanca es tierra taurina, con muchas ganaderías. ¿Cuál es el encaste que mejor se adapta a sus características?

-He tenido la suerte de probar con el encaste Domecq, Santa Coloma y también Murube, que son los tres encastes que más se ven hoy en día. Son animales muy distintos entre ellos y creo que lo más importante a la hora de torear una ganadería es conocerla. Si conoces el fondo que tiene un toro sabes que, a base de ponerte en su terreno y de tocar ciertas teclas, al final va a romper y va a ser agradecido. Todos los encastes tienen cosas muy especiales, a pesar de que el más común es el Domecq. A lo mejor un toro de Santa Coloma puede regalarte una embestida más profunda o que te haga sentir más, pero el toro que más triunfos aporta es el de Domecq. A mí me gusta conocer todos.

-Es su primera temporada completa con caballos. ¿Cómo se han planteado que sea su carrera a corto plazo?

-Desde el principio el planteamiento ha sido ir a plazas con categoría, pero que no sean de la máxima exigencia, no como Madrid, Sevilla o Pamplona. Creemos que son sitios a los que hay que ir muy preparado y con todas las consecuencias. A triunfar sí o sí, y para ello se necesita mucho rodaje. A mí personalmente me gusta ir día a día y no pensar mucho en lo que pueda pasar en el futuro. A estas alturas, la alternativa, aunque me haga mucha ilusión, todavía no la veo. Acabo de empezar con picadores y me falta rodaje.

-En los últimos años ha habido una conexión Salamanca-Cuatro Caminos a la hora de las alternativas...

-Sí, ha habido una vinculación. Ahí está en el aire, no se sabe todavía, pero es importante dejar buen ambiente, ya sea para la alternativa o para ir de matador.

-¿Es consciente de que es una de las grandes esperanzas de futuro del mundo del toreo?

-En parte sí que noto la responsabilidad. Siempre se habla de mí a la hora de arrastrar a los jóvenes e impulsar la tauromaquia. Yo creo que soy un novillero como cualquier otro. Hay un escalafón con una gran cantidad de jóvenes que apuntan grandes cosas y hacen la competencia. Al final lo importante es que salgamos muchos y que la rivalidad atraiga al público.

-Estudia todavía en el instituto. ¿Tiene antitaurinos alrededor? ¿Qué le dicen sus compañeros y los profesores?

-Este año me he cambiado de centro y me ha sorprendido el grado de desconocimiento que tenían del mundo taurino, pero siempre me han tratado con mucho respeto y, de hecho, sin conocerlo, poco a poco, se han ido acercando y preguntando. Con los profesores también he sido muy afortunado.

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