La instalación le procura un buen número de admiradores a su propietario, Manuel Sañudo El dueño de la atracción cede con gusto su sitio en la bici a quien quiera colaborar en el pedaleo Sañudo atiende a una pequeña usuaria de su particular tiovivo Trece años llevan ya estos caballitos alegrando a las familias en las fiestas santanderinas Cada viaje dura tres minutos. Si los niños se lo están pasando bien, Sañudo da unas vueltas extra El tiovivo está en pleno centro de la ciudad por unos días
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