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El popular hostelero del Barrio Pesquero, 'Pin' Peñucas y el presentador de televisión Quico Taronjí. Javier Cotera
Ese 'conocidos de vista' tan de aquí

Ese 'conocidos de vista' tan de aquí

MUY SANTANDERINOS ·

El conductor del programa 'Aquí la tierra' y antes 'Capitán Q', Quico Taronjí, se junta con el hostelero Pin Peñucas, un rostro reconocible de la ciudad. Una cita muy marinera

Álvaro Machín

Santander

Viernes, 20 de julio 2018, 22:19

Se conocen de vista. Y ese es un ejercicio plenamente santanderino. Repetido. Lo simpático es que, al poco rato, Quico Taronjí (Santander, 1970) y 'Pin' Peñucas (Santander, 1950) andan hasta discutiendo si tuvo o no que ver que echaran a Lopetegui en que España no pasara de octavos, compartiendo recuerdos de la vieja lonja y las subastas en vivo o repasando las últimas obras de la ciudad. O sea, como dos tipos de aquí de siempre que quedan todos los sábados para pedirse unas cañas y tomar las rabas.

Es el Barrio Pesquero y son dos hombres de mar. A Quico le conocen por todos los puertos de España desde que se convirtió en el 'Capitán Q' y emitieron sus aventuras por televisión. Además, recorrió el Mediterráneo en solitario a bordo de un trimarán, ha completado el descenso del Duero en paddle surf, ha rodeado la península a bordo de lo que sea ya tres veces y acaba de comprarse un velero con el que cumplir los sueños de infancia. «¿Y tú eres el de...?», le preguntan en la terraza de 'Los Peñucas'. Sí, también es el presentador de los domingos del programa 'Aquí la tierra' (TVE). A Agustín de la Peña nadie le llama por su nombre. Es 'Pin' y lo del mar le viene de madre llamadora y de pasarse desde que recuerda entre olor a sardinas. 'Pin', el del Pesquero. El de Los Peñucas, con Fidel. 'Pin', el de Iván (su hijo Iván de la Peña). 'Pin', «chulo».

«Yo de pequeño, en los setenta y los ochenta, he venido aquí mucho», dice el periodista con el ruido de fondo de 'Santander la marinera' cantado con acento rociero –el día que se hace la foto y la entrevista son las fiestas del Carmen y eso es un tema muy serio en este rincón y en otros tantos de Cantabria–. «Me traían mis abuelos paternos y me acuerdo de ver entrar los barcos cuando llegaban a la dársena. Una hora más tarde te estabas comiendo aquí ese mismo pescado». Para darle más 'sustancia' al relato, justo en ese mismo momento traen al restaurante una caja con cuatro o cinco bonitos pescados en el día y de muy buen ver.

«Me he comprado un velero hace poco y mi sueño es entrar aquí por la dársena y venir directo a sentarme a comer»

quico taronjí | Presentador de televisión y aventurero

'Pin' le explica cómo va lo del puente levadizo para que entren los barcos porque a Quico le ronda la cabeza una entrada triunfal con su nueva embarcación. «Atracar aquí mismo y sentarnos a la mesa». Gozada. Es «un sueño». «Yo me acuerdo de hace años cómo venía la gente bajándose de las lanchas a comer directamente las sardinas», comenta el hostelero mientras va colocando a los clientes que llegan en su sitio. Va y viene. Entra y sale (todo el que ve a 'Pin' en la puerta sabe que es así todo el tiempo).

Es muy de salitre todo. Los personajes que pululan por el Pesquero un sábado por la mañana. Los cachivaches de las fiestas del Carmen. Los turistas que llegan y que preguntan si hay alguna mesa libre. Y los dos santanderinos ('Pin' y Quico, en este caso) sentados con mejillones, rabas y paella de por medio.

Es el arroz que han preparado a medias –a ver, ellos se han puesto para la foto y poco más, pero algo han tenido que ver en el resultado y le han puesto interés–. «Que me quemo los brazos». El fotógrafo les pide que se adelanten cuando están echando el 'fumet' para que se les vea bien y pasa lo que pasa. Todos los camareros están mirando y partiéndose de la risa. Hasta espontáneos vacilando. Buen humor, que de eso se trata. Huele que alimenta y las brasas que ha preparado el paellero –aquí estuvo durante años la mítica Chola– están a punto.

El presentador ha cumplido y viene con los deberes hechos. «Ayer lo estuve pensando y me metí en internet a mirar las imágenes del debut de Iván de la Peña con el Barça». Cielo ganado. Su compañero le habla de «un pase a Popescu» (se sabe de memoria esos minutos) y encadena anécdotas una tras otra. Ronaldo, Robson, el Espanyol, los partidos con la selección... Del fútbol a las cosas del barrio. De eso, a las de la ciudad. Y de ahí, a las fiestas.

«Los hosteleros, en Santander, dependemos de dos meses al año. El plan estas fiestas es trabajar y trabajar»

'pin' peñucas | Hostelero en 'Los Peñucas'

«Yo, además de trabajar, muy poco podré hacer». Para un hostelero, las fiestas son el pan del año. Hay que aprovechar. Planes. «Trabajar y trabajar. En Santander dependemos de dos meses de verano y hay que estar a tope. No queda más remedio, que luego el invierno es muy largo». Sí, pero a los nietos –que ya tiene cinco– promete llevarles un día a las ferias. «Que sí, que les llevo».

'Aquí la tierra' tampoco le dejará mucho margen a Quico. Su sitio en la parrilla está normalmente los domingos –el día de la foto es un sábado y se marcha esa misma tarde a Madrid–, pero en estos días suplirá a su compañero de vacaciones y estará también de lunes a viernes. «O sea, que este año me pillan currando, pero yo siempre he sido mucho de fiestas de Santiago». Y se pone a contar batallitas de santanderino. «Con los amigos íbamos en lanchas a la zona de La Magdalena y veíamos los fuegos desde allí, desde el agua. Era una gozada. Ahora, si me pillan aquí, los veo desde casa de mis padres, que viven por Valdenoja». La madurez... Porque Quico no olvida las rondas por los bares de Jerónimo Sainz de la Maza a eso de la una y acabar abriendo un 'tupper' con espaguetis en los tendidos de la Plaza de Toros.

Es un tío inquieto. De los que no paran. Boxeó en sus años universitarios, ha navegado (y volado) en casi todo, fue reportero en los inicios de 'España directo', da conferencias, ha publicado un libro ('Aislado', contando una de sus grandes aventuras)... Y en casa –porque se le cae por todas partes lo de que es santanderino–, desprende ganas de agradar a todo el que se acerca. Como al marinero que se le aproxima cuando está tomando un café en la barra de 'Los Peñucas'. Al minuto, como si se conocieran de toda la vida. Quico le pide hasta permiso para sacarle una foto de sus manos. Lleva tatuajes que huelen a travesías a kilómetros. Y todo lo que sea mar a este hombre le apasiona...

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