Francisco Galache

Ganadero

«Creo que va a ser un espectáculo distinto al del resto de corridas de la feria»

-¿Qué supone lidiar en Santander para una ganadería como la de Galache?

-Creo que no voy a descubrir nada. Santander es un sitio maravilloso, tanto la plaza como la ciudad. Y es un cartel muy interesante para el aficionado. La empresa ha hecho unos carteles que son la envidia de cualquier feria de España.

-No iba a ser la primera vez y finalmente no podrá torear, pero que Morante se anuncie con sus toros significa que algo está haciendo bien.

-Ha sido un aliciente. Tanto para la ganadería como para la tauromaquia en general ha sido un revulsivo. Le ha empezado a dar al aficionado ilusión haciendo cosas nuevas y matando encastes que otros no matan. De esta manera demuestra que su tauromaquia es apta para todo tipo de encastes y animales.

-¿Cómo es la corrida que se va a lidiar esta tarde?

-Es una corrida muy en tipo de la casa, muy seria. Muy abierta en capas, que para el aficionado también es una parte importante. En definitiva, creo que va a ser un espectáculo distinto al resto de las corridas. Por la manera de embestir, por la manera de ser de los toros y por el comportamiento que tienen en la plaza.

-¿Qué ha valorado más a la hora de elegir el encierro?

-Un poquito de todo. Cuando quieres que salgan las cosas bien intentas poner, con los medios que tienes, todo. Se mira todo: reatas, sementales evidentemente y luego hechuras, que son muy importantes. La corrida tiene que ir igualada, en línea de lo que tiene que ser una presentación para la plaza de toros de Santander.

-Los ganaderos siempre hablan de que llegar a tener el toro que quieren es un proceso muy largo. ¿Cómo ha sido el proceso para que los animales de Galache se vuelvan a lidiar en plazas como Santander?

-Ha sido un proceso muy largo. Ha habido unas crisis muy fuertes a todos los niveles porque todo el mundo habla del covid, pero hemos tenido unos años antes una crisis estructural de ganaderías en la que se han ido por el desagüe muchas. Han sido años muy duros. Por ejemplo, lo que tiraba de nosotros era Francia, donde no hemos podido lidiar por problemas con la Junta de Castilla y León. Mantener la ganadería ha sido algo duro. Ahora vemos un poco de luz. Tampoco es que sea muy luminosa, pero se está mejor que hace unos años.

-Otro de los problemas que tiene una ganadería como la suya es a la hora de refrescar. ¿Hacia dónde mira cuando piensa en hacerlo?

-Al final no refrescamos. Lo que hacemos es abrir las familias dentro de lo que tenemos en casa, abrir lo más posible. Muchas veces echas un semental que a priori te gusta menos, pero es de una familia de la que tenemos menos individuos. Hay que jugar con estas cosas y con un hándicap que no tienen otras ganaderías, que tienen las opciones más abiertas.

-Crisis ganaderas, pandemias, guerras, sequías... ¿Qué han inventado en el campo charro para sobrevivir?

-Hay que hacer de todo. Nosotros nos hemos dedicado más a los festejos menores, a los erales, a lidiar por los pueblos. Ha sido lo que nos ha dado un poco la vida, además de los toros de cajón. Esas cosas nos han mantenido en pie.

-Hay ganaderos que tienden a menospreciar el festejo popular. ¿No es una parte fundamental para la supervivencia de las ganaderías a nivel económico?

-A todos los niveles. En lo económico evidentemente, pero en todas las esferas, porque el aficionado del día de mañana sale de los populares. Al final en un festejo popular es donde la gente se pone a la distancia que él cree que se debe de poner del toro, siente esos bufidos del toro, ese respirar que al final es lo que atrapa a mucha gente.

-Si tuviera el poder de decidir dentro de la tauromaquia. ¿Cuál sería la primera decisión que tomaría para permitir la supervivencia de los encastes en peligro de extinción?

-Lo primero es que las televisiones públicas empiecen a televisar festejos. Habría una serie de protocolos que hay que quitar, precisamente por el bien de la fiesta. Han desaparecido muchas ganaderías, pero no en manos de los antitaurinos, sino de algunos que van de taurinos, que están actuando con una serie de protocolos que no se usan con otros animales en peligro de extinción como el lince.