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Y llegó el final. El ocaso de 'Moreno' puso fin a la Feria de Santiago, una muerte anunciada que, eso sí, hoy tendrá la extremaunción con el Concurso de Recortadores. La desazón de ver cómo el láser de los taquilleros perfora el código de la ... última entrada del serial se veía paliada este año por la sensación de que, al menos, se ponía fin a un ciclo. Para cerrar el círculo, la corrida protagonista de los créditos finales fue la de La Quinta, triunfadora los últimos dos años, y que ayer estropeó la película con la edulcoración que da la falta de casta. Los grises se perdieron en la banda sonora de la feria, que tiene pocas notas ganaderas y un estribillo en el que se ha repetido el triunfo todos los días menos el último.
El 8 de agosto de 2023 el jurado compuesto por peñas y medios de comunicación entregó el premio a mejor ganadería del Santiago 2023 a La Quinta. Por pliego, empresario y ganaderos sabían que de Palma del Río tenía que llegar un camión de toros. Había tiempo, desde luego, para conformar un lote a la altura del triunfo y de la plaza, para evitar que salieran por chiqueros animales pobres de hechuras, desiguales, sin cara y, alguno, con aspecto anovillado. Es la misma descripción, o parecida, de toda la feria, síntoma de que el aspecto ganadero no se ha cuidado. Sin casta, raza y humillación, el encierro sólo tuvo de Santa Coloma el pelaje.
Pero claro, en este juego a tres bandas que es el toreo el único que no tiene culpa del bochorno de ayer es el público, que estoicamente ha tragado durante la semana. Miguel Ángel Perera y Daniel Luque ya sabían lo que era triunfar con los grises de la familia Martínez Conradi y en el corazón de Cuatro Caminos siempre palpitará aquel encuentro de Hurón con el de La Puebla de Prior. Esta vez, ni en fondo ni en forma, el alma y el concepto del toreo de Perera estuvieron en la ferruginosa arena del coso. Que ya tocaba decir que la arena es ferruginosa.
La ficha
Ganadería Seis toros de La Quinta, de encaste Santa Coloma. Muy desiguales de hechuras, con dos por encima del resto en cuanto a tamaño, fuera del tipo habitual de la ganadería, y todos pobres de cara y trapío. Descastados, faltos de raza y humillación, el mejor de ellos fue el quinto de la tarde.
Miguel Ángel Perera Bajonazo y aviso (ovación con saludos), bajonazo (palmas) y bajonazo sin soltar, pinchazo hondo, estocada y aviso (ovación con saludos desde el tercio.
Miguel Ángel Perera Estocada (ovación con saludos), pinchazo, estocada, aviso (ovación con saludos) y estocada en los medios y aviso (ovación con saludos).
Incidencias Última de la Feria de Santiago. Tres cuartos de plaza en tarde nublada. Presidió el festejo Javier Plaza, actuando de sobresaliente Miguel Ángel Sánchez. Se guardaron dos minutos de silencio en memoria de Pepe Luis Vázquez.
No tuvieron oponentes, cierto es. Pero ante animales sin casta y humillación está en la mano del de luces echar esa pata para adelante y salir a pelear, a ganar, a arrasar. Pero no era el día. Los dos primeros de su lote quisieron comprobar el color del cielo santanderino desde que abandonaron la comodidad de los corrales. Con la cabeza alta y las miras hacia arriba, con la emoción de una tarde lluviosa de domingo sin fútbol, Perera muleteó y muleteó antes de sendos bajonazos. Le quedaba el quinto, que era cárdeno claro, bragado, meano, coletero y nevado, entre otras cosas, y que estaban más en los cánones santacolomeños en presencia y comportamiento. El pacense giró y giró, con el mérito de la ligazón y el temple, con el demérito de la colocación y con el regusto clásico de tratarse de la faena que lleva haciendo dos décadas. Tampoco mató bien.
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Sócrates Sánchez Lajarín
Daniel Luque pareció más entusiasta con el acapachado de pitones que hizo segundo, con el que Juan Contreras se llevó un susto antes de saludar tras dos buenos pares de banderillas. El sevillano mandó parar a la banda (que ha movido las manos en todos los toros de la feria), para alargar la agonía de un animal que saludaba al tendido. En el cuarto, tras otro buen segundo tercio de Iván García y Jesús Arruga, hubo hasta luquesinas, en un intento desesperado de conectar con un graderío aburrido de pases vacíos. Y eso que, por el izquierdo, alguna foto buena salió.
Cerraba 'Moreno', anovillado y escaso, que acababa siempre por arriba hacia afuera, que amagaba hacia adentro y que fue el reflejo de lo que ha sido la feria. No quería irse, se levantó cuando Arruga asomó la puntilla y despidió un serial que agonizó como comenzó, bajo los sones del pasodoble 'Santander'.
Por rematar, la tarde ya había comenzado mal cuando una descoordinación hizo que se guardaran dos minutos de silencio por Pepe Luis Vázquez, que los merece, pero las cosas hay que hacerlas bien y no de manera tan chapucera.
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