Secciones
Servicios
Destacamos
Nieves Bolado y Alfredo Casas
Santander
Jueves, 26 de julio 2018, 18:27
Lució el cielo un terno panza de burra y plata. Tarde bochornosa y pegajosa. Los abanicos echaron humo. Los gintonics implorados como agua en el desierto. Los tendidos prácticamente colmados. Se rozó el lleno en Cuatro Caminos. Ambiente festivo y chirene. Sugestionado el respetable antes de iniciarse el paseíllo. Todo el mundo dispuesto a vivir y participar de un festejo, programado de antemano, para el recuerdo. Por si tienen dudas de ello, ya en el programa de mano se informaba que, en el transcurso de la lidia del primer o cuarto toro de la tarde, la banda de música interpretaría
Quedaba la duda del comportamiento de los toros propiedad de Justo Hernández. Ya saben que Dios propone, el hombre dispone y el toro lo descompone. No fue el caso. Aunque en líneas generales
No comenzó con bien pie el festejo. El toro que rompió plaza, corto de manos, recogido y apretado de carnes, tuvo una fría salida y no tardó en acusar el severo y excesivo trancazo que le propinó el picador Manuel Quinta.
De llamativo pelo fue el ejemplar que completó el lote del maestro valenciano. Indecorosos sus pitones, cortas sus manos y pelín achichonado. Protestado por su manifiesta falta de fuerzas,
De
El
Para cerrar plaza se corrió un morlaco ancho de sienes, hecho cuesta arriba y corto de cuello, de reservona condión, peligroso pitón derecho y defensivas arrancadas por el izquierdo. Pese a su deslucido juego,
.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.