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Casetas de la Feria de Día en la Plaza de Pombo, en pleno centro de la ciudad. Roberto Ruiz
La Feria de Día sale a pedir de boca
Gastronomía

La Feria de Día sale a pedir de boca

La Semana Grande ha estado inundada de música, toros y demás eventos pero hay algo que nunca falla, que es para todas las edades: el buen comer

Sábado, 27 de julio 2024, 07:50

«No comes nada». Típica frase de abuelos. Quién no la ha escuchado alguna vez. Esta Semana Grande ha estado colmada de música, toros y de todo tipo de eventos pero, sobre todo, de barras de pinchos y más pinchos. Desde el norte al sur de la capital cántabra. La frase de los abuelos no tiene cabida en la Semana Grande santanderina ya que daba igual dónde fueras, que las casetas de pinchos te estaban esperando para dejarte sin escapatoria pero con el estómago lleno.

Con el sol pegando desde las primeras horas del día, los hosteleros vuelven a subir sus persianas y a poner los pinchos sobre el mostrador. Desde el típico, la tortilla de patatas, que nunca falla, hasta algunos más elaborados como el huevo poché con setas. 'Kilómetros' de barras que durante esta semana han acogido a locales y turistas, a niños y mayores. «Todos están buenos. Nos encanta venir», asegura María en el Parque de Mesones, dónde se encuentran siete de las casetas. Ella es vecina del barrio y ha bajado con su marido, José Ramón, varias veces a comer allí. «Esto es increíble, con el mar aquí mismo no tiene nada que envidiar a la zona del centro», confiesa. Ambos se encuentran sentados en 'Tapas 52', la caseta de Héctor Cardenal. Durante esta semana ha ofrecido una amplia variedad de pinchos pero, cuya especialidad son los croquetones. «Nosotros hemos pasado unos días estupendos. La gente es encantadora», asegura. La zona de Mesones tiene un público más familiar, que para Héctor «es el mejor». Confiesa que el pincho que ha triunfado hasta el momento es el croquetón de jamón y, como no, la tortilla de patatas. «Es nuestro primer año, pero el próximo repetiremos sin duda» concluye el hostelero. Todo lo contrario que Elisa Ruiz, que la pillamos entre fogones en 'El Trébol', una caseta que lleva participando en la Semana Grande «toda una vida». «Nosotros este año no hemos parado aunque ya no se ven las muchedumbres de gente que había hace diez años», asegura la hostelera. ¿Los que nunca fallan? Pincho de salchicha crujiente, bocarte y bocadillo de lomo.

Viandantes disfrutando de los pinchos en una caseta. Roberto Ruiz

El pasado miércoles fue el Día de los Fuegos y esto supuso un pico en la ocupación de las casetas de la Feria de Día de este barrio, confirman ambos hosteleros. Aunque Elisa confiesa que «hacen falta más atractivos y eventos para que venga más gente a esta zona porque se concentran mucho en el centro y se olvidan de nosotros. También necesitamos trabajar».

El sábado pasado no fue una buena jornada en la Feria de Día en el Parque de Mesones y así lo notaron ambos hosteleros. «A las 21.30 horas cerramos, parecía enero», afirma Elisa.

¿Lo más típico del norte? Irse de pinchos. Así que El Diario Montañés continúa su ruta hasta la Plaza del Ayuntamiento. Dónde descansan seis de las treinta casetas repartidas por la capital. Más de una veintena de personas disfrutan de la variedad de pinchos que ofrece, sobre todo, 'La Cantina del Prado de Santa Ana', que con su mostrador lleno es el que lleva la batuta en la plaza. «Lo más importante es ofertar una gran variedad de pinchos porque la gente quiere irse comida para casa», asegura Francisco Javier Santandrés, encargado de la caseta.

Desde pizza y hamburguesa para los más pequeños hasta cachopo con huevo para los mayores. «En general, este año ha sido increíble, hemos arrasado tanto que hasta nosotros nos hemos sorprendido», confiesa Francisco Javier. Y es que es indudable que la gente de Santander sale de casa con ganas de picar algo. «Hemos tenido que abrir 30 minutos más tarde porque no teníamos productos suficientes». Pero no solo la gente de Santander, confiesa el encargado de esta caseta que «sobre todo han venido andaluces». Y, cuenta, entre risas, que «el otro día vinieron unos sevillanos, estaba lloviendo a mares y no se querían ir. Les tuve que sacar la sombrilla y de vez en cuando salían para mojarse».

Potón, así se llama la joya de la corona de 'La Chirigota', la caseta de Mari Paz Sergio. «Ha habido más gente que otros años pero sin alegría para gastar», confiesa la encargada. Desde la clásica tortilla hasta el marmite, la barra de este puesto no deja indiferente a nadie. Lucas y Esperanza, dos vecinos del barrio afirman que, «nos gusta mucho y lo disfrutamos. Nuestro favorito es el potón, sin duda».

En general, han sido unas gastronómicas las de la Feria de Día que han salido a pedir de boca tanto para vecinos como para la mayoría de los hosteleros.

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