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Seguramente Reyes no va a olvidar la tarde de este domingo nunca. A la hora de comer estaba «tan tranquila, como un día más». Pero a eso de las 14.00 horas recibió una llamada que cambió sus planes de domingo. Una llamada que explica ... su presencia en el entorno del Palacio de Festivales, desde donde partió el pasacalles cántabro que congregó a medio millar de participantes y que recorrió las calles de Santander en lo que se convirtió en un homenaje a las tradiciones y a la cultura de Cantabria. «Me llamó una amiga que participaba en el desfile y me explicó que una de sus compañeras no podía acudir». Y ahí se plantó Reyes, sin pensárselo dos veces, y sin nervios aparentes. Aunque con mucha emoción. «Poder estar aquí hoy me hace una ilusión tremenda», reconocía minutos antes del inicio de la multitudinaria cita.
La fila de participantes llegaba, antes de comenzar el acto, casi hasta la Caseta de Bombas, un restaurante ubicado dentro del muelle de Gamazo. Y justo al final se encontraba el Coro Ronda La Encina, que ya son veteranos en desfilar. A pesar de ello, la ilusión nunca falta. «Hoy nos toca al final de la cola y aunque es algo nuevo nos apetece. Desde ahí se controla todo», relataba Gonzalo Blanco, director de la agrupación. Y a las 19.00 horas, con un sol todavía radiante, comenzó el pasacalles encabezado por los piteros gigantes, que constituyen uno de los elementos más llamativos del evento. Tanto era el calor, que entre las miles de personas que contemplaron el desfile, repartidas desde Gamazo hasta la plaza del Ayuntamiento –donde concluyó–, había quien intentaba sofocar a los integrantes de las agrupaciones con pequeños ventiladores. «Te lo agradezco muchísimo, con este traje se pasa un calor...», comentaba una mujer a otra vecina de Santander.
Durante el pasacalles, organizado por la Asociación en Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC), la Federación Cántabra de Agrupaciones de Folclore (Fecaf) y la Federación Cántabra de Coros, en colaboración con el Ayuntamiento de Santander y el Gobierno autonómico, los folcloristas hicieron varias paradas para que los grupos actuaran. Por ejemplo, a la altura de Puertochico, el grupo de danzas La Robleda arrancó el aplauso de los asistentes con un baile tradicional. Y en una cita como la de ayer no podían faltar los versos de 'La fuente de Cacho', de la mano del Coro Ronda Garcilaso. «Ayer te vi que subías, por la Alameda primera, luciendo la saya blanca y el pañueluco de seda...», se atrevieron a entonar también desde el público.
Más de hora y media después del inicio del desfile, este concluyó frente al Ayuntamiento, donde los participantes fueron recibidos, además de por las autoridades, por Nando Agüeros, invitado de honor en las siguientes actuaciones. Pero todavía quedaba más, y el folclore se desplazó hasta la cercana plaza Porticada, donde Miguel Cadavieco y Agnieska Marciniuk pusieron el broche final a una emotiva jornada en torno a las tradiciones.
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