Martita de Graná estrena Magdalena Deluxe a carcajadas

El protocolo anticovid se hace patente desde antes de que empiecen los espectáculos, con unos horarios de acceso escalonados según la zona a la que accedan los espectadores. Así, desde las ocho de la tarde hasta las diez de la noche, tienen que ir acudiendo cada día los asistentes para evitar aglomeraciones al entrar. Además, tanto el público como los trabajadores tienen que medirse la temperatura para poder acceder y disponen de gel hidroalcohólico dentro de las instalaciones para poder desinfectarse siempre que lo necesiten.

Una vez dentro del recinto delimitado, cada uno a su sitio. Las cerca de 2.000 personas que se reunieron ayer en la Campa fueron directamente a sus asientos siguiendo las indicaciones del personal del evento. Aquí existen varias opciones: mesas para cuatro, mesas para dos, sillas individuales o las gradas. Una vez acomodados, ya no hay que levantarse para nada. Bueno sí, sólo si hay urgencia para ir al baño. Para evitar colas multitudinarias en estos espacios, cada zona -un total de cinco- tiene sus propios servicios, donde hay trabajadores que los desinfectan constantemente.

¿Ganas de beber o comer algo? Tampoco hay que levantarse de las sillas. Aquí hay dos opciones: comprar las consumiciones a través de internet, con antelación, para que las lleven directamente a las mesas o pedirlas desde allí a través de un código QR que se lee con el teléfono móvil. Son los camareros que trabajan en los diferentes puestos del recinto quienes llevan lo solicitado hasta las mesas sin necesidad de que el consumidor se mueva. Aunque el festival se desarrolla en un espacio al aire libre, desde la organización recalcan que está prohibido fumar una vez se acceda y que la mascarilla es obligatoria.

Con el fin de cada espectáculo, las salidas de la Campa de La Magdalena también son escalonadas para evitar aglomeraciones. El recinto, además, se desinfecta antes de que empiece cada actuación.